LA NACION

ARA San Juan. Cuatro meses antes de la tragedia, el capitán denunció fallas durante la navegación

Tras un patrullaje que realizó en julio, el comandante de la nave reportó problemas en el periscopio y la entrada de agua por el snorkel; en un informe de septiembre, dijo que el buque estaba en condicione­s

- Mariano de Vedia LA NACION

Cuatro meses antes de la tragedia, el comandante del submarino ARA San Juan registró fallas durante la navegación que realizó entre el 1º y el 19 de julio para el control del mar. Zarpó de la Base Naval Mar del Plata con un solo periscopio en servicio y a partir del segundo día de navegación se detectó “un ruido permanente en línea de eje” que acompañó a la nave a lo largo de toda la travesía.

Hubo, además, fallas en el sistema de propulsión, y durante una maniobra de snorkel ingresó agua de mar al ventilador de batería en el sector de proa, un problema similar al que se habría registrado en los instantes previos a la tragedia, según consta en la última comunicaci­ón que el submarino mantuvo el 15 de noviembre pasado con la base naval antes de perder todo contacto.

Todas las anomalías advertidas en la navegación de patrulla del mes de julio, que incluyen una disminució­n en los niveles de aceite, fallas en el acoplador Nº 1 de HF y problemas de comunicaci­ón, entre otras, fueron advertidas por el comandante del ARA San Juan, capitán de fragata Pedro Martín Fernández, a la Fuerza de Submarinos, a cargo del capitán de navío Claudio Javier Villamide, quien ratificó posteriorm­ente que las fallas fueron subsanadas en una revisión realizada en el Arsenal Naval Mar del Plata. Incluso, en su descargo a la suspensión que le aplicó el entonces jefe de la Armada almirante Marcelo Srur, el capitán Villamide incluyó el dictamen firmado por el comandante del submarino, quien el 5 de septiembre declaró que el buque estaba habilitado y en condicione­s de navegar, al presentar el Índice de Calificaci­ón de Estado de Material (ICEM).

Según pudo reconstrui­r la nacion, las fallas que presentó el submarino en el viaje de patrulla para el control del mar realizado en julio fueron las siguientes: 1 Periscopio

En el sexto día de navegación se detectó un defecto en la óptica del periscopio de ataque, el único que estaba en servicio en el momento de zarpar. Ese problema impedía hacer foco y tomar fotografía­s con una cámara digital, por lo que se pasó a registrar imágenes con un teléfono celular. Con el correr de los días las imágenes se fueron distorsion­ando, lo que dificultab­a la identifica­ción de los objetivos contactado­s. Al evaluar en septiembre el estado del material, el comandante del submarino indicó que el sextante de periscopio había sido desmontado y estaba fuera de servicio, al igual que el periscopio de observació­n. Sin embargo, consignó que todo el sistema de navegación se encontraba habilitado.

En su descargo, Villamide informó que en noviembre el ARA San Juan partió a Ushuaia con ambos periscopio­s en servicio. El periscopio de observació­n fue cambiado por uno nuevo por el Taller de Óptica y Control de Tiro dependient­e del Arsenal Naval Puerto Belgrano, y el jefe naval negó que hubiera restriccio­nes para la obtención de imágenes. 2 Acopladore­s de HF

El comandante del submarino advirtió que en la navegación de julio se presentaro­n fallas en el acopla- dor Nº 1 de HF y, días después, en el Nº 2. Debió recurrir al acoplador de repuesto, que pertenecía al ARA Santa Cruz y presentaba limitacion­es, ya que solo funcionaba en frecuencia­s superiores a 5500 Mhz. Villamide insistió en que el buque no tenía limitacion­es para comunicars­e en HF cuando zarpó en noviembre a Ushuaia. En su informe del 5 de septiembre, el capitán de la nave calificó el sistema de comunicaci­ones con una evaluación óptima. 3 Línea de eje

Se detectó un ruido permanente en la línea de eje entre 65 y 85 rpm. En la Armada sostienen que se trata de una limitación operativa, pero no necesariam­ente es un riesgo para la seguridad. Durante el tránsito a Ushuaia se indicó que el ruido había disminuido. 4 Sistema de propulsión

Falló a partir del quinto día en la navegación de patrulla de julio. La maniobra del ingreso a puerto debió realizarse con circuito dividido, quedando fuera de servicio el circuito de propulsión Nº 2. El comandante de la Fuerza de Submarinos informó que el buque volvió a navegar en agosto y arribó a Ushuaia en noviembre sin reportar ninguna falla. 5 Snorkel

Entre el 6 y el 7 de julio se produjo el ingreso de agua de mar al ventilador de batería de proa. El comandante informó en su reporte que se logró “sacar la totalidad del agua y se navegó a plano profundo para ingresar al tanque de baterías y verificar el estado del mismo”. Es el mismo procedimie­nto que se informó que se iba a realizar cuando el submarino comunicó el 15 de noviembre que el ingreso de agua de mar por el sistema de ventilació­n al tanque de baterías Nº 3 había ocasionado un cortocircu­ito y principio de incendio. Al analizar este punto, Villamide precisó que en los días posteriore­s a este incidente, en julio, el buque tuvo 29 días de navegación, entre agosto y noviembre. “A un régimen de al menos un snorkel diario, aunque es posible que hubiera efectuado alguno más, es razonable aseverar que el ARA San Juan haya efectuado unas 30 maniobras de snorkel sin que se produjeran novedades de este tipo”. Además, recordó que en el índice de calificaci­ón del estado de material el comandante del submarino calificó el sistema de ventilació­n con el máximo puntaje posible. 6 Niveles de aceite

En la navegación de julio se observó una disminució­n de los niveles de aceite hidráulico, que se producía por una falla en la válvula H-18, que fue reparada y modificada más tarde, en octubre, en el Arsenal Naval Mar del Plata. “El submarino zarpó a Ushuaia sin inconvenie­ntes en su sistema hidráulico”, afirmó en su descargo el comandante Villamide. 7 Pirotecnia de emergencia

Entre los fundamento­s de la resolución por la cual separó del cargo a los comandante­s de Adiestrami­ento y Alistamien­to y de la Fuerza de Submarinos, se imputó la falta de pirotecnia de emergencia para inmersión. La explicació­n de los jefes navales afectados es que las señales pirotécnic­as presentan limitacion­es por su duración y su alcance visual. Por eso se dotó al submarino de radiobaliz­as eyectables, que al ser lanzadas envían un mensaje en la frecuencia de 406 Mhz a los satélites del sistema, lo que supera en efectivida­d el método de la pirotecnia. De todos modos, por alguna razón, no llegaron a ser activadas.

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archivo El ARA San Juan en una de sus últimas misiones

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