LA NACION

Eliminarán ContratoS firmadoS por dE vido

El ex ministro de Planificac­ión los usó, entre otras cosas, para destinar fondos a actividade­s sin relación con su cartera; también los usa el gobierno actual; el recorte empezó en el Ministerio de Energía

- Pablo Fernández Blanco

La estrategia del Gobierno que busca recortar el gasto público mediante la reducción de personal vinculado a la política llegó a una modalidad de contrataci­ón criticada por especialis­tas, pero muy utilizada por los gobiernos. Se trata de la triangulac­ión de empleados a través de universida­des nacionales, que trabajan para el Estado en una situación precaria.

La Justicia cree además que ese mecanismo sirvió también para que el Ministerio de Planificac­ión, a cargo hasta 2015 de Julio De Vido, desviara fondos a la Universida­d Tecnológic­a Nacional (UTN) para aplicarlos al desarrollo de la mina carbonífer­a Río Turbio.

Esta modalidad tiene la ventaja de que hace mucho más difícil el control del gasto. Y el ex hombre fuerte del kirchneris­mo la utilizó con varias universida­des del conurbano, entre otras cosas para producir contenido audiovisua­l, una tarea sin relación con las funciones de su cartera.

Si bien De Vido hizo conocida la contrataci­ón de empleados temporario­s a través de universida­des, es una práctica que llevaron a cabo varios ministerio­s, tanto del gobierno anterior como de Cambiemos, porque permite esquivar la ley marco de contrataci­ón para la administra­ción pública.

Un funcionari­o que trabaja en la Casa Rosada admitió que el Estado no tiene previsto un mecanismo de contrataci­ón adecuado para empleos de carácter temporal, por lo que está tentado de acudir a las universida­des con ese fin.

Esa situación se desmantela­rá progresiva­mente en los próximos meses, en el marco del plan de recorte de gastos y empleados que lanzó el presidente Mauricio Macri la semana pasada, explicaron fuentes cercanas a la Jefatura de Gabinete y a dos ministerio­s.

Modalidad “cuestionab­le”

Además del objetivo fiscal, el Gobierno reconoce que se trata de una modalidad cuestionab­le, algo que esgrimen los especialis­tas en temas laborales. A eso se suman el uso que hizo de las casas de estudio el kirchneris­mo y el hecho de que la triangulac­ión implica el pago de una comisión del Estado a las universida­des superior al 10%.

El Ministerio de Hacienda, a cargo de Nicolás Dujovne, es uno de los que ya pusieron en marcha el plan, confirmaro­n fuentes al tanto de la decisión. Al menos hasta el año pasado, trabajaban para este ministerio un grupo de personas contratada­s a través de la Universida­d de San Martín a las que se les debían pagar $ 8 millones para asistir en proyectos con la finalidad de “lograr la eficiencia y la eficacia del gasto público”.

Esa casa de estudios saltó a la fama porque fue la elegida por De Vido para destinar fondos millonario­s a la realizació­n de produccion­es audiovisua­les como la telenovela Mamá corazón, de Andrea Del Boca, que nunca se emitió.

Con la misma universida­d, Hacienda cerró el año pasado un contrato de $ 4,8 millones para dotar a la ex Secretaría de Finanzas, convertida en ministerio, de gente capaz de “promover la elaboració­n de propuestas que coordinen las normas que involucran a los distintos servicios financiero­s, acordes con la realidad del mercado y las tendencias internacio­nales”, así como “entender en la ejecución de las políticas y medidas relativas a los aspectos crediticio­s de la política financiera y el endeudamie­nto interno y externo” del país.

Uno de los que inauguraro­n los recortes es el ministro de Energía, Juan José Aranguren, que a fines del año pasado rescindió 140 contratos de asistencia técnica que tenía con la Universida­d de La Matanza. Los empleados, heredados de la época de De Vido, debían tomar reclamos por cortes de luz, algo que, según la interpreta­ción de la gestión actual, tiene que estar a cargo de las empresas y del ente regulador de la electricid­ad (ENRE), que es precisamen­te el que controla a las empresas.

Aranguren mandó a hacer estudios métricos de la actividad del call center. En 2016, por ejemplo, los 202 empleados que allí se desempeñab­an tomaron un promedio de siete llamadas diarias de tres minutos de duración. Si bien ese número ya era exiguo, bajó más al año siguiente: cinco llamadas por día por persona, de solo dos minutos. El ministerio sostiene que se les encontró una nueva posición en el sector público y en el privado a unas 80 personas.

La red de relaciones entre el Estado y las universida­des será un entramado difícil de desarmar. Hasta fines del año pasado, según cálculos de la nacion sobre la base de documentos oficiales, los ministros de Macri habían cerrado acuerdos por más de $200 millones.

En los primeros meses de 2016, el ministro de Modernizac­ión, Andrés Ibarra, dio de baja 5000 contratos de asistencia técnica porque había encontrado irregulari­dades. Pese a eso, según estimacion­es oficiales, hay unos 9000 trabajador­es que continúan trabajando bajo esa modalidad.

El Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Carolina Stanley, firmó uno de los mayores contratos con una casa de altos estudios. Se comprometi­ó a pagarle $48,12 millones a la Universida­d de La Matanza para la contrataci­ón de hasta 470 asistentes técnicos para el área metropolit­ana de Buenos Aires y 30 referentes regionales para las provincias.

El personal debe tener formación en ciencias sociales, educación o salud pública y su trabajo es relevar la situación de al menos 35.000 titulares del Programa de Ingreso Social con Trabajo. La misma cartera puso en marcha convenios con la Universida­d de San Martín. Sin embargo, Desarrollo Social también había puesto en marcha planes para limitar esa clase de convenios.

Este año se cerraron dos convenios con universida­des. Es un número que muestra la nueva tendencia, dado que el año pasado se habían concretado casi 60.

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El ministro de Modernizac­ión Andrés Ibarra

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