El caso Báez, en el limbo por un insólito error técnico
Se elevó a juicio oral en diciembre, pero la computadora da una falla y no le asigna tribunal; al que le toque podría acumular las causas contra Cristina
La causa por lavado de dinero por la que está preso Lázaro Báez fue elevada a juicio el último día hábil del año pasado, pero quedó atrapada en un laberinto informático y todavía no se sorteó el tribunal oral que la juzgará.
Es el primer gran caso de corrupción que investiga al empresariado kirchnerista. Solo en esta primera tanda tiene 25 imputados que van a juicio y tres que están presos. Es una causa con 191 cuerpos (unas 38.200 hojas) y 270 incidentes. Está prácticamente toda informatizada. Según fuentes judiciales, es por eso, por su volumen, que el sistema informático no logra procesarla y sortearla. Una y otra vez da “error”.
Este sorteo es clave porque el tribunal que reciba el caso podría terminar juzgando en conjunto las principales causas de corrupción que avanzan hoy contra el kirchnerismo: obra pública, Hotesur y Los Sauces. La Cámara Federal ya advirtió que era factible que todos estos expedientes resultaran unificados en la instancia de juicio. Esta causa contra Báez, conocida como “la ruta del dinero k”, es la primera en elevarse. Por eso, las demás podrían acumulársele.
El periplo del caso Báez empezó el 2 de enero, el primer día de la feria judicial. El juez federal Sebastián Casanello había dado por cerrada la instrucción y había ordenado elevar la causa el 29 de diciembre, último día hábil de 2017. Por eso, el 2 de enero, en horario de tribunales, un secretario del juzgado llevó la causa a la Oficina de Sorteos de la Cámara de Casación, pero estaba cerrada. Le informaron que no se hacían sorteos durante la feria. Ni siquiera de causas con detenidos.
El 4 de enero, el juez Sergio Torres, que reemplazaba a Casanello, dispuso entonces que se postergara la elevación hasta el primer día después de la feria.
Siguiendo esta instrucción, el 1º de febrero volvieron los funcionarios del juzgado a la Cámara de Casación. Cuando los encargados de la oficina intentaron sortear el caso, el resultado fue “error”.
Los sorteos los hace una computadora, sobre la base de una “minuta” que genera electrónicamente el secretario del juzgado con la información básica de la causa, que en este caso es mucha porque deben cargarse todos los imputados y todos los incidentes.
Ese mismo jueves, llamaron a “la mesa de ayuda del Lex 100” (el sistema). Las opciones que les dieron tampoco funcionaron.
Al mediodía, Casanello dispuso entonces que de todos modos se remitiera el caso a Casación. Sostuvo que un problema del sistema no podía impedir la elevación a juicio de la causa.
En Casación volvieron a intentar cargar el caso y el resultado, otra vez, fue “error”. El viernes, a las 14, Casación le devolvió la causa al juzgado diciendo que debían comunicarse con los responsables del sistema.
El juzgado convocó entonces al jefe del Departamento de Organización y Sistemas de la Dirección General de Tecnología de la Administración General de Consejo de la Magistratura, Marcelo Domínguez. Estuvo en el juzgado hasta las 20 y consiguió hacer una “minuta”. No incluía toda la información de la causa, pero Domínguez dijo que tenía lo suficiente para poder ser sorteada. En el juzgado dejaron asentada esta declaración y ayer, a primera hora, volvieron a la Oficina de Sorteos.
El resultado, otra vez, fue “error”.
En Casación dispusieron entonces no seguir intentando. Volvieron a derivar el asunto a la Dirección de Tecnología.
“El garante del sistema es el Consejo de la Magistratura”, dijo a una fuente la nacion de Casación. Hoy, a las 10, intentarán otra vez hacer el sorteo.
Ayer por la tarde el presidente del Consejo de la Magistratura, Miguel Piedecasas, relató que había pedido un informe sobre el caso y que la Dirección de Tecnología le había explicado que el problema fue “por cuestiones absolutamente técnicas de la extensión del contenido de la causa” (demasiados incidentes). Que ya se hicieron las “correcciones tecnológicas” y que hoy se hará el sorteo “sin demoras”.
Mientras tanto, la causa está en un limbo, entre la instrucción –que Casanello ya declaró cerrada– y la instancia de juicio oral.