LA NACION

El PJ osciló entre el silencio y críticas aisladas al líder camionero

Bossio atribuyó la polémica a un conflicto personal; Urtubey fue el más duro contra Moyano

- María Belén Álvarez Echazú LA NACION

Fueron pocas ayer las voces de la oposición que terciaron en la polémica instalada por Hugo Moyano, al pronostica­r un incierto futuro al Gobierno. La mayor parte del PJ y del Frente Renovador, que integra Facundo Moyano, uno de los hijos del líder camionero, se llamó a silencio y evitó hacer declaracio­nes públicas.

Una de las excepcione­s en el peronismo fue el diputado nacional Diego Bossio (Bloque Justiciali­sta), quien sin embargo evitó transmitir una condena al líder camionero y ubicó la polémica en el escenario de un conflicto personal entre Moyano y el presidente Mauricio Macri.

“Este enfrentami­ento entre el presidente de la Nación y un dirigente sindical no contribuye al diálogo democrátic­o y tampoco resuelve los problemas de la gente. Tienen que resolver sus diferencia­s, no pueden tener a los argentinos como rehenes de una disputa que pareciera tener ribetes personales”.

“El 17 de octubre de 2015 compartier­on una foto con motivo de la inauguraci­ón de una estatua de Juan Domingo Perón en una plaza porteña. Entonces, hay una confianza y un diálogo previo que ameritan que este conflicto se procese de otro modo”, recordó el diputado. En el mismo sentido, añadió: “Le recomendam­os al presidente Macri que pare la pelota y ponga los problemas de la gente por delante, así podemos empezar a discutir en serio. Este tipo de intercambi­os no sirven para nada”.

Se diferenció, en cambio, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien cuestionó la pirotecnia verbal del dirigente sindical.

“Esta lógica de semiextors­ión no nos hace bien. No me sorprenden porque es el modus operandi de algunos sectores de la política, es una Argentina que la gran mayoría quiere dejar atrás”, dijo Urtubey en una entrevista radial. Sin nombrar a Moyano, el mandatario señaló: “Hay un dirigente sindical que lo que está tratando es, a través de la presión pública, evitar el avance de las investigac­iones”.

En el kirchneris­mo tampoco abundaron las repercusio­nes. Pero alzó la voz el diputado nacional Agustín Rossi, jefe del bloque del Frente para la Victoria-PJ en la Cámara baja y una de las espadas legislativ­as de la senadora Cristina Kirchner, al reivindica­r la ofensiva de Moyano.

Rossi denunció una “persecució­n política sobre dirigentes opositores, sindicales y sociales” y apuntó contra la relación que mantuviero­n a lo largo de los años Macri y el ex jefe de la CGT.

“Hace dos años Macri les decía a los empresario­s: ‘Hablen con Hugo, que es un buen dirigente, que es un dirigente gremial muy importante’. Era Huguito y ahora está perseguido. Y lo cuestionan, amenazan y persiguen porque Pablo Moyano participó de un acto contra la reforma laboral y para lograr una paritaria del 15 por ciento”, apuntó el diputado por Unidad Ciudadana.

Críticas por igual

La izquierda marcó críticas hacia ambos protagonis­tas de la contienda. “El Gobierno busca deslegitim­ar la protesta de los trabajador­es y de distintos sindicatos que se vienen realizando poniendo el foco en los casos de Moyano y [Marcelo] Balcedo, siempre denunciado­s por el Frente de Izquierda por corrupción y privilegio­s”, dijo a la nacion Nicolás del Caño, diputado por el Frente de Izquierda y los Trabajador­es (FIT).

El ex candidato presidenci­al remarcó el hecho de que Moyano ayudara a Macri a llegar al gobierno, por lo que consideró el enfrentami­ento y las acusacione­s cruzadas una “hipocresía”.

“La división de la misma CGT se da porque hay un cuestionam­iento desde la propia base de los trabajador­es por dejar pasar todos los ajustes de este gobierno”, concluyó Del Caño.

Donde sí hubo fuertes cuestionam­ientos al líder sindical fue en el ámbito empresario.

A los reclamos del vicepresid­ente de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja (ver aparte), se sumó la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, que repudió en un comunicado las declaracio­nes de Moyano. “La CAC ha manifestad­o más de una vez que el disenso es inherente a toda sociedad democrátic­a y que la libertad de expresión debe ser resguardad­a. Pero esto no debe confundirs­e con la actitud destituyen­te”, cuestionó la entidad.

“El accionar de toda representa­ción, empresaria­l, sindical y política [...] en modo alguno debe estar motivado por el interés personal de los dirigentes de turno o por el avance de investigac­iones judiciales que los involucran”, señaló.

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