LA NACION

El hijo de Zhong Qin Sun reconoció una prenda de su madre

Es un suéter que llevaba el cadáver hallado el fin de semana; harán exámenes de ADN

- Gabriel Di Nicola

Zhening Ma, el hijo de Zhong Qin Sun, la mujer china desapareci­da el 19 de enero pasado cuando llegó en un vuelo al aeropuerto de Ezeiza, reconoció que era de su madre el suéter que llevaba puesto el cadáver hallado el fin de semana pasado en un arroyo cercano a la terminal aérea internacio­nal.

así lo informaron a calificada­s la nacion fuentes judiciales. El reconocimi­ento hecho por Ma fue realizado ayer ante funcionari­os que interviene­n en la causa.

En cambio, todavía no se pudo identifica­r el cuerpo mediante procedimie­ntos científico­s. El avanzado estado de descomposi­ción impidió obtener huellas dactilares con las cuales proceder a una identifica­ción. El próximo paso será la realizació­n de estudios con muestras de aDN de familiares de Qin Sun para hacer una comparació­n genética que arroje un resultado indubitabl­e. Los resultados estarían listos recién dentro de dos semanas, señalaron fuentes de la investigac­ión.

a falta de pruebas científica­s irrefutabl­es para identifica­r el cadáver, se sabe que el cuerpo hallado a unos 300 metros de donde se habían encontrado varias pertenenci­as de Qin Sun tenía rasgos asiáticos, es de sexo femenino y su talla y peso coinciden con el de la mujer desapareci­da hace 19 días.

Durante la autopsia, realizada anteayer en la morgue judicial de Lomas de Zamora, los forenses no encontraro­n lesiones recientes en el cuerpo y dataron la fecha de muerte entre los 15 y los 20 días previos al hallazgo del cadáver, lo que coincide con el tiempo que Qin Sun lleva desapareci­da.

La mujer, que se hacía llamar María en la argentina, llegó a Ezeiza el 18 de enero a las 22.30. Una hora y diez minutos después, su hijo –que había ido a recibirla– se presentó en la Oficina de Guardia de prevención de la pSa en Ezeiza para denunciar que no podía encontrar a su madre, que había llegado desde Shanghai.

El joven relató que había llamado a Turkish airlines y con informació­n precisa le dijeron que Qin Sun había abordado el vuelo en Estambul y que en la escala en tierra brasileña ningún pasajero bajó de la aeronave.

Ma, entonces, decidió hacer una revisión en el aeropuerto por su cuenta. Buscó a su madre por pasillos, baños y locales gastronómi­cos, pero no la encontró. regresó a su casa con la esperanza de que todo hubiese sido un desafortun­ado desencuent­ro, pero tampoco estaba en el hogar familiar.

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