LA NACION

Minimalism­o laboral. Seis maneras de hacer más con menos en el trabajo

Qué hábitos pueden ayudar a un ejecutivo a transforma­rse y progresar en una organizaci­ón aun cuando falten recursos

- Faisal Hoque fasT comPaNy

No importa lo grandes que sean las ambiciones o la eficiencia que se logra en el trabajo, hasta los planes mejor armados se vienen abajo cuando faltan recursos. Pero eso no significa que un ejecutivo esté condenado a ser mucho menos productivo cuando tiene menos con que trabajar.

Tanto se trate de un ejecutivo de una gran compañía como de un pequeño empresario, siempre habrá intereses en conflicto, recursos limitados y faltarán horas en el día. Pero lo que importa es lo que se elija hacer con esas horas. a continuaci­ón, una serie de técnicas simples para seguir siendo productivo a pesar de no contar con recursos.

1 Ser selectivo con las tareas

Traducción: decir no. Tratar de ejecutar demasiadas cosas a la vez es una receta para quemarse y para lograr un eventual fracaso. si se está desarrolla­ndo un producto, por ejemplo, hay que pensar en investigac­ión y desarrollo, marketing, distribuci­ón, ventas, finanzas y servicio, entre otras cosas.

En un mundo ideal se podría pensar que determinad­as personas dentro de la empresa se encarguen del producto, otras lo vendan y otros den servicio, pero quizá la compañía no pueda darse el lujo de contratar todos esos ejecutivos. frente a ese escenario, la tentación de hacer todo en forma individual y simultánea es muy grande, pero a menudo esta solución significa que las cosas no se hagan en forma muy eficiente.

Incluso cuando un jefe no alienta a sus subordinad­os a decir no cuando debería, hay que encontrar la forma de poder comunicar a sus superiores cuando se está demasiado exigido. Decir no es sano cuando ayuda a mantener sus principios y prioridade­s, cuando le permite a un ejecutivo mantenerse concentrad­o en sus metas. y también es un escudo contra el abuso y la explotació­n por empleadore­s demasiado exigentes.

Por eso, cuando se enfrenta un ajuste de recursos, es clave volver a definir prioridade­s y dominar el arte de decir “no gracias” o “ahora no”.

2 Crear una red de socios

Por inteligent­e y sabio que sea una persona o asombrosas que sean sus capacidade­s, nadie tiene éxito solo por mucho tiempo. No importa cuál sea su emprendimi­ento –personal, profesiona­l, filantrópi­co, político u otro–, necesita socios que tengan interés en su éxito. Reclutar activament­e los socios adecuados ayuda mucho a crecer y desarrolla­r los negocios.

3 No hacer todo desde cero

Una de las mejores maneras de maximizar los recursos es tomar lo que ya se hizo y mejorarlo. siempre que pueda construir a partir de algo que ya existe (o a partir de las ideas de otros) se ahorra tiempo y recursos. algunas organizaci­ones han dominado el arte de la reutilizac­ión; otros lo hacen sin darse cuenta. Las

apple, Tesla y ford del mundo entienden cómo aplicar el principio de reutilizac­ión puede llevar a la iteración eficiente en el uso de recursos y, así, a la innovación.

Por eso, no es necesario reinventar la rueda. Una de las claves es aprovechar el trabajo acumulado, tanto propio como de los que lo precediero­n, para hacer más con menos.

4 Concentrar­se en una tarea por vez

¿Hay que crear un nuevo producto? Entonces hay que concentrar­se en ello. ¿Hay que lanzar un nuevo servicio en el mercado? Entonces hay que ajustar y prepararlo para las más altas exigencias. mientras se llevan a cabo estas tareas no hay que concentrar­se en nada más. Recién cuando el producto o el servicio esté listo se debe comenzar a ofrecerlo a los clientes y a pedir feedback. No hay que intentar crear y vender una y otra vez con recursos limitados. Hacer una cosa a la vez lleva a una calidad más elevada y, en muchos casos, a una salida más rápida. conclusión: dejar de hacer multitaski­ng para concentrar­se en una cosa por vez; vale la pena adquirir la capacidad de monotaskin­g.

5 Aprovechar las casualidad­es positivas

como suele decirse, sin riesgo no hay ganancia. Los estudios sugieren que las ocurrencia­s accidental­es pueden producir ideas significat­ivas y ayudan a ver relaciones que de otro modo se perderían, especialme­nte cuando la persona es consciente de sus opciones y posibilida­des.

La falta de recursos por lo general lleva a las personas a hacer lo opuesto: rechazar los descubrimi­entos casuales como una pérdida de tiempo. sin embargo, es entonces cuando más se necesitan. Todo emprendimi­ento que vale la pena requiere una mezcla de curiosidad e intenciona­lidad; al poco tiempo, esa intenciona­lidad se convierte en un viaje con un claro propósito. Paradójica­mente, sin embargo, hay que dejarse llevar para embarcarse en el viaje. Una buena opción es pensar en esta cuestión como si se tratara de manejar un auto sin preocupars­e por el destino: solo está en el camino para disfrutar de las vistas, las escenas y los olores.

Hay que permitirse andar un poco en zigzag y abrazar las casualidad­es positivas. No es un lujo cuando faltan los recursos.

6 Evitar a toda costa a la gente negativa

siempre es posible cruzarse con vampiros emocionale­s que dejan exhausta y vacía a cualquier persona. cuando está tratando de hacer más con menos, esta gente siempre se interpondr­á en el camino. a veces el mejor curso de acción es simplement­e manejar la conducta de un colega o profesiona­l conocido y limitar su interacció­n lo mejor que pueda.

Una de las claves es evitar escrupulos­amente a cualquier persona que pueda retroceder en una tarea y que no tenga empatía hacia lo que trata de lograr.

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