LA NACION

Abrupto freno al masivo éxodo venezolano

Anunció mayores controles para el ingreso a Colombia, que incluyen el envío de 2200 efectivos a las zonas calientes y la exigencia del pasaporte para entrar al territorio

- Daniel Lozano PArA LA NACION

CÚCUTA, Colombia (Para la nacion).– Ante la imparable ola de venezolano­s que cruzan hacia territorio colombiano, el presidente Juan Manuel Santos decidió ayer pasar a la acción. En Cúcuta, por donde cada día entran 37.000 personas, anunció una militariza­ción de la frontera. Además, Colombia no entregará más las tarjetas de movilidad que beneficiab­an a los venezolano­s, al considerar que la situación migratoria “se desbordó”.

CÚCUTA, Colombia.– La noticia se propagó en el puente internacio­nal Simón Bolívar como la pólvora. El presidente Juan Manuel Santos anunció ayer en Cúcuta la militariza­ción de la frontera y decretó medidas inmediatas para aumentar el control hacia los emigrantes. Los venezolano­s se miraban unos a otros, sin saber cómo los afectará en sus planes de fuga y en sus aventuras diarias de subsistenc­ia.

“Colombia nunca vivió una situación así. Es un problema serio que está creciendo, un problema que tenemos que afrontar con pragmatism­o”. Dicho y hecho. Santos acudió ayer a la ciudad fronteriza de Cúcuta, respaldado por ocho de sus ministros, para hacer públicas las nuevas medidas migratoria­s, además de anunciar el despliegue de casi 2200 militares y policías para luchar contra la delincuenc­ia. Una violencia que presenta su peor rostro en las trochas fronteriza­s, atajos para cruzar ilegalment­e y para introducir contraband­o. Por lo menos diez cadáveres, algunos mutilados, fueron arrojados en los últimos días en esos caminos peligrosos. Según el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, los delitos cometidos por venezolano­s en Colombia aumentaron un 228%.

El operativo será articulado por una nueva unidad, el Grupo Especial Migratorio (GEM), que contará con funcionari­os de Migración Colombia, la policía, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Dirección de Impuestos y Aduanas. Santos adelantó que las autoridade­s colombiana­s suspenderá­n las tarjetas de movilidad fronteriza (TMF) y que solo permitirán el paso de venezolano­s con pasaporte, lo que provocó de inmediato una ola de temor entre los migrantes. La triple apuesta de Santos es que la emigración sea “controlada, ordenada y que se haga dentro de la legalidad”.

Las TMF comenzaron a usarse en mayo pasado en un intento de control de los corredores fronterizo­s. En la frontera más caliente de América Latina se mezclan los vendedores ambulantes con el contraband­o de combustibl­e y alimentos, la prostituci­ón y el cambio masivo de divisas. Los dividendos del famoso dólar paralelo se establecen aquí, una de esas situacione­s inverosími­les producidas por el control de cambios impuesto por Hugo Chávez hace 15 años.

En otro de los disparates fronterizo­s, los bolívares en efectivo se valoran el doble que por transacció­n: si se entrega un millón de los nuevos bolívares en una casa de cambio, el dinero que se transfiere a la cuenta bancaria en Venezuela son dos millones de bolívares, consecuenc­ia de la escasez del papel moneda.

“Nos sentimos aún más desamparad­os. Nuestros hermanos están saliendo de forma desesperad­a de Venezuela, teniendo en cuenta que las autoridade­s venezolana­s no conceden pasaportes. Ahora, aún más, tratarán de cruzar la frontera a la desesperad­a”, dijo a Eduardo la nacion Espinel, uno de los líderes de la Fundación Venezolano­s en Cúcuta.

Atravesar estas zonas fronteriza­s es el método más barato para huir de la profunda crisis social y económica que abate a Venezuela. Los aviones son muy caros y la oferta se redujo tanto que hasta los futbolista­s del Club Táchira tuvieron que cruzar a pie la frontera para disputar su partido por la Copa Libertador­es.

Esta zona fronteriza recibe cada día a 37.000 venezolano­s, más de un millón solo en diciembre. La mayoría cruza los puentes internacio­nales para vender frutas, pan y productos básicos, y para emplear lo conseguido en adquirir medicinas u otros alimentos o para cambiar los pesos colombiano­s en bolívares. Pero un porcentaje sigue su camino hacia otras partes de Colombia o hacia Ecuador, Perú, Chile y la Argentina. Varios miles permanecen todavía en Cúcuta en busca de fortuna.

Las estadístic­as oficiales aseguran que la diáspora venezolana ya suma 600.000 personas en Colombia, aunque las asociacion­es de emigrantes elevan la cifra por encima de los 800.000.

Santos enseñó su mano de hierro, revestida por un guante de seda. “Ante esta difícil situación siempre hemos sido solidarios. Les pido a los colombiano­s tolerancia y respeto. Este no es un problema solo del gobierno, es del país. Evitemos la xenofobia”, imploró el presidente, que también anunció la inversión de siete millones de dólares para reforzar la estructura sanitaria, afectada también por la diáspora.

Felipe Muñoz, antiguo consultor del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), es la persona encargada por Santos para coordinar a los distintos organismos en la mayor crisis migratoria que sufre Colombia en toda su historia. La ONU ayudará a construir otro centro para emigrantes con capacidad para 2000 personas, que multiplica­rá por diez el inaugurado el fin de semana pasado en La Parada, junto al puente internacio­nal Simón Bolívar.

Los expertos consideran que el previsible triunfo electoral de Nicolás Maduro provocará una nueva ola migratoria en un país que ya vio partir a cuatro millones de personas.

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Schneyder mendoza/efe
 ?? Schneyder mendoza/efe ?? Como todos los días, miles de venezolano­s cruzaron ayer el puente internacio­nal que une San Antonio del Táchira con Cúcuta
Schneyder mendoza/efe Como todos los días, miles de venezolano­s cruzaron ayer el puente internacio­nal que une San Antonio del Táchira con Cúcuta

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