LA NACION

Dudas sobre la causa de la muerte de Pérez Volpin

conmoción. Todavía no se conoce el diagnóstic­o previo a la endoscopía

- María Ayzaguer y Fabiola Czubaj LA NACION

Mientras familiares, amigos y vecinos de la ciudad profundame­nte conmovidos despedían a Débora Pérez Volpin en la Legislatur­a porteña, los peritos y la Justicia intentaban determinar qué causó su muerte. El foco está puesto ahora en los estudios previos a la endoscopía digestiva que le practicaro­n el martes último.

Uno de los interrogan­tes que intentará responder el informe final de la autopsia del cuerpo de la legislador­a porteña Débora Pérez Volpin es clave para comprender qué pudo haber causado su muerte: el diagnóstic­o de la enfermedad que le provocaba los fuertes dolores estomacale­s.

La única precisión hasta hoy sobre las horas previas es que la paciente había quedado internada en el Sanatorio de la Trinidad por un fuerte dolor abdominal. Resta reconstrui­r judicialme­nte desde quién indicó la endoscopía y por qué diagnóstic­o presunto hasta si fue un control de rutina.

Más allá de la investigac­ión de los actos médicos que se sucedieron en el quirófano donde se le hizo la endoscopía a Pérez Volpin, los estudios a cargo de reconocido­s profesiona­les del Cuerpo Médico Forense permitiría­n ponerle un nombre a lo que le causaba un problema de salud.

Según reconstruy­ó la nacion, un profesiona­l –quizá de cabecera– le había indicado un análisis de laboratori­o en el que varios resultados apareciero­n fuera del rango normal. Esto y sus síntomas habrían hecho sospechar de un cuadro más grave durante la consulta que hizo el lunes pasado en el Sanatorio de la Trinidad, donde quedó internada para más estudios. Eso incluyó una resonancia magnética en la que se detectó una inflamació­n digestiva que “comprometí­a varios órganos”, pudo conocerse.

Se programó una endoscopía digestiva alta para explorar y poder llegar a un diagnóstic­o. Con resultados prequirúrg­icos que los médicos tratantes considerar­on normales (coagulació­n y electrocar­diograma), se hizo el estudio al día siguiente.

El procedimie­nto fue en el quirófano del sanatorio. Estuvo a cargo del gastroente­rólogo Diego Bialolenki­er y la anestesiól­oga Nélida Puente, que recibieron a la paciente cerca de las 17 del martes pasado. Le explicaron en qué consistirí­a el procedimie­nto y Puente inició la sedación.

Se decidió que la exploració­n endoscópic­a sería ascendente, desde el duodeno hacia el esófago, porque así lo habían sugerido las imágenes de la resonancia magnética.

Bialolenki­er introdujo el endoscopio y cuando recién comenzaba la exploració­n en la pantalla a la que transmite las imágenes la cámara del extremo del dispositiv­o, la paciente se descompens­ó. A partir de ese momento, según distintas fuentes, se sucedió una serie de procedimie­ntos para revertir “una caída brusca de la saturación de oxígeno”.

Los relatos, que investigar­á la Justicia, indican que esas maniobras incluyeron un intento de intubación que falló por un enfisema (acumulació­n de aire) en la región alta del tórax, la colocación de una mascarilla laríngea de resucitaci­ón y las maniobras de reanimació­n cardiopulm­onar (RCP), que el examen del cuerpo en la autopsia habría confirmado.

En esas maniobras también participar­on profesiona­les de terapia intensiva y cardiologí­a del sanatorio. La muerte se declaró a las 18.15. Su padecimien­to aún sigue sin un nombre. De la autopsia trascendió que tenía lesiones en la mucosa digestiva a la altura del esófago y el estómago. Los exámenes microscópi­cos intentarán determinar, por ejemplo, su antigüe- dad. “En 40 años de experienci­a no vi una muerte por endoscopía. No tengo noticias de muerte por perforacio­nes derivadas de problemas endoscópic­os”, contó a el doctor Ernesto la nacion Da Ruos, perito de la familia y el director del Hospital de Clínicas.

Fue cauto, ya que rige el secreto de sumario en la causa, a cargo del juez Gabriel Ghirlanda. Da Ruos opinó que es “muy raro” que un endoscopio pueda causar perforacio­nes.

De hecho, en los casos en que han ocurrido lesiones, se han podido reparar. Dijo también que la sedación fue corta y con un hipnótico que el cuerpo elimina rápido. Los peritos de parte habrían coincidido preliminar­mente en que en el cuerpo no había rastros de drogas anestésica­s. “Se hizo en un lugar apropiado con todas las reglas, a lo mejor no hubo tiempo [de recuperar a la paciente] por la gravedad del cuadro”, indicó Da Ruos.

Diego Pirota, abogado de la familia, dijo a la nacion: “Estamos aguardando la finalizaci­ón del informe pericial que saldrá el viernes que viene para analizarlo y decidir un curso en nuestro proceder en la causa”.

Todas las partes consultada­s coincidier­on en que, cuando estén disponible­s los resultados anatomopat­ológicos e histológic­os, en una semana, se confirmará o no lo que anteayer observó la decena de profesiona­les que participar­on en la autopsia. Hoy, la fiscal Nancy Olivieri comenzará a pedir declaracio­nes testimonia­les.

“En 40 años de experienci­a no vi una muerte por endoscopía” “tiene que haber algún cuadro previo, tocar algo muy frágil, una imprudenci­a o muy mala suerte” Ernesto Da Ruos perito de la familia

Marcos Barroca, Silvana Amato, Dominique Metzger, Cecilia Insigna, Darío Lopreite, Gonzalo Manrique, Ignacio Otero, Silvia Martínez Cassina, Marcelo Fiasche, Silvia Naishtat, Nicolás Singer, Valeria Sampedro, Quique Wolf, Miriam Lewin, Canela, Luis Otero, Silvina Brandimart­e, Gustavo Abu Arab y Gonzalo Aziz fueron algunos de los compañeros de Pérez Volpin que se acercaron a despedir a su amiga y compañera.

También se vio al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, acompañado por Francisco Quintana y Diego Santilli, y a figuras políticas como Carlos Tomada, Roy Cortina, María José Lubertino y Hernán Rossi.

Miembros y militantes del radicalism­o también lamentaron su pérdida, como Ricardo Alfonsín, que destacó de Débora su “carisma, gran profesiona­lismo y que se la jugaba en momentos difíciles; estaba llena de vida”, recalcó.

Varios miembros de la Cruz Roja también se acercaron al lugar, como Juan Ignacio Penlowskyj, organizado­r de la cena anual de la organizaci­ón, en la que Pérez Volpin ejerció en los últimos años de maestra de ceremonias. Tras estas múltiples muestras de afecto, los restos de la diputada serán enterrados hoy, a las 12, en el cementerio de la Chacarita, junto a los de su padre, Aurelio Pérez Flores, que murió en mayo del año pasado.

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Familiares, amigos y mucho público se acercó a la Legislatur­a a despedir a Débora Pérez Volpin

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