En una encrucijada, la oposición debate qué hacer en las elecciones
Con las horas contadas, los dirigentes analizaban la abstención o bendecir un candidato de unidad
CÚCUTA, Colombia (Para la na
cion).– La llamada tercera vía se abre paso como la estrategia mayoritaria en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), reunida de forma “permanente” desde ayer y que tiene “las horas contadas” para decidir si participará en las elecciones presidenciales del 22 de abril próximo.
Se trataría de una estrategia intermedia entre la abstención, apoyada masivamente por los radicales, y los que quieren participar, que también los hay pese al nuevo fracaso en las negociaciones de Santo Domingo.
“Los venezolanos debemos entrar en una etapa de lucha que permita abrir las compuertas para tener elecciones libres. Hay que definir un solo líder que encabece a todos los sectores en la lucha por condiciones electorales”, insistió Luis Florido, dirigente de Voluntad Popular (VP), el partido del dirigente opositor –y preso político del chavismo– Leopoldo López.
El partido de izquierda La Causa R incluso avanzó acerca de quién sería la persona adecuada para encabezar este movimiento de unidad nacional: el jesuita Luis Ugalde, que fue rector durante dos décadas de la Universidad Andrés Bello. Este teólogo, nacido en España pero nacionalizado venezolano, es uno de los intelectuales más brillantes del país. En una entrevista reciente denunció que el adelanto de las elecciones busca “perpetuar por seis años más el infierno que estamos padeciendo”.
“Plantearemos en el seno de la MUD no postular candidatos a la fraudulenta elección presidencial”, destacó Andrés Velásquez, líder de La Causa R, cercano a VP y a Primero Justicia (PJ), la agrupación centrista encabezada por el excandidato presidencial Henrique Capriles y por Julio Borges, jefe de la delegación opositora en la capital dominicana.
Velásquez, a quien se le arrebató en diciembre la gobernación del estado de Bolívar mediante un fraude para entregar el distrito más rico en minerales a un militar chavista, advirtió en repetidas ocasiones que el gobierno pretende lanzar un “caballo de Troya” como candidato electoral opositor para “legalizar” las elecciones revolucionarias, al estilo de la Nicaragua de Daniel Ortega.
Todas las miradas se dirigen ahora hacia el exgobernador Henri Falcón y hacia el dirigente socialdemócrata Henry Ramos Allup, precandidatos que consideran que con una participación masiva se puede vencer a Maduro.
“En esta coyuntura la mesa está servida para que los operadores políticos de la oposición se reencuentren con Venezuela y los venezolanos como prioridad. La sociedad civil acompañaría a un liderazgo coherente en el tránsito de una hoja de ruta clara hacia la democracia”, sopesó el politólogo Félix Seijas, director de Delphos.
Mientras la oposición consultaba sus oráculos, Nicolás Maduro proseguía su campaña presidencial con una propuesta pintoresca. “Apenas regresemos del Carnaval vamos [el pueblo] a una gran jornada de firma y apoyo al acuerdo del diálogo”, aseguró el presidente, empeñado en darle legitimidad a un pacto adoptado de forma unilateral por el chavismo.
“Sin la firma de un acuerdo marco entre las partes involucradas, oposición y gobierno, no hay forma de que la comunidad internacional mayoritaria reconozca el proceso electoral venezolano, por lo que la elección de abril no legitimará de origen al presidente”, sentenció Luis Vicente León, presidente de la consultora de opinión Datanálisis.