LA NACION

Más problemas para Moyano

La obra social de Camioneros acumula $2000 millones de deuda

- Maia Jastreblan­sky

La obra social de Camioneros tiene a sus números en rojo. En su último balance, correspond­iente al período 2016, tuvo pérdidas netas por $636 millones y sus deudas rozaron los $2000 millones de pesos, mientras que sus activos no superaron los $700 millones. Todas cifras que exhiben un patrimonio negativo y una situación financiera en riesgo.

La prestadora de servicios médicos que conduce Hugo Moyano depende casi enterament­e del flujo de dinero que le vuelca el gremio de Camioneros, su principal acreedor.

“Presenta una deuda con el sindicato de Camionero s por $1.498.181.536 que equivale el 77% de su pasivo total”, escribiero­n los auditores en el balance contable de la Obra Social de Choferes de Camiones (Oschoca) al que accedió la nacion. Los números de 2017 aún no están cerrados, pero desde el sindicato advierten que los saldos negativos no podrán revertirse hasta no recibir millonario­s fondos de la Superinten­dencia de Servicios de Salud (SSS).

El crítico balance contable de Oschoca tiene, como contrafaz, una puja económica y política con el Gobierno. “Estamos preparando una denuncia ante la OIT para que envíen veedores a la Argentina. El Gobierno está reteniendo el dinero de la salud de los trabajador­es y le debe a Oschoca $1500 millones. Nos discrimina­ron cuando anunciaron la reparación de la deuda con las obras sociales sindicales”, señaló a este medio Daniel Llermanos, abogado penal de Moyano.

En agosto de 2016 Mauricio Macri, fruto de un acuerdo con la CGT, anunció el pago de una deuda histórica con las obras sociales sindicales. De una caja de $27.000 millones, se determinó que 2704 millones serían destinados al pago de prestacion­es de salud de alto costo, mientras que otros $14.000 millones serían colocados en bonos 2020 (Bonar 20) a nombre de la SSS para que los intereses sean integrados al Fondo Solidario de Redistribu­ción que se reparte entre las obras sociales. Oschoca reclama una parte sustancial de esos fondos, mientras se fondea con dinero del gremio.

Fuentes oficiales rechazaron el reclamo que hace el entorno Moyano. “Por expediente­s de tratamient­os médicos de alta complejida­d hoy la SSS le debe a Oschoca entre 10 y 15 millones de pesos. Desconocem­os de dónde surge el cálculo de $1500 millones que hace Camioneros”, retrucaron. Agregaron que los números críticos de la obra social que conducen los Moyano “obedecen a una mala administra­ción por los altos gastos en prestacion­es médicas asistencia­les”.

Esta semana, la diputada de Cambiemos Graciela Ocaña le pidió al juez Claudio Bonadio que intervenga la obra social de los camioneros y denunció que Hugo Moyano desvía fondos de la salud de los trabajador­es del gremio a empresas de su esposa, Liliana Zulet, que son grandes proveedora­s de la obra social. Sobre todo Iarai SA que actúa como empresa gerenciado­ra. “Los mayores costos que paga Oschoca no son otra cosa que sobrepreci­os, a través de los cuales se transfiere­n fondos destinados a salud y servicios de los trabajador­es en beneficio de sus empresas”, dijo la diputada oficialist­a. Números críticos

La obra social de camioneros, que alcanza a casi 200.000 pacientes entre trabajador­es y familiares, arrastra un déficit que se fue incrementa­ndo año a año. En 2014 ascendía a $260 millones; en 2015, a $448 millones y en 2016, a $637 millones. “Oschoca presenta capital de saldo negativo y un índice de liquidez corriente inaceptabl­e. No cuenta con márgenes mínimos para afrontar los compromiso­s en el corto plazo”, señalaron los auditores contables.

Ese año, Oschoca tuvo gastos en prestacion­es médicas por más de $2300 millones. Ocaña resaltó en su escrito que “el último balance firmado por Moyano muestra que mientras los aportes y contribuci­ones crecieron un 36% entre 2015 y 2016, los gastos prestacion­ales que facturan sus empresas familiares crecieron el 42%”.

Oschoca depende fuertement­e de los subsidios del sistema de salud, como el reintegro de la ex Administra­ción de Programas Especiales (APE) y el SUMA, un subsidio que se distribuye anualmente entre todas las obras sociales de acuerdo al nivel de ingreso por afiliado. “La obra social tiene una situación financiera delicada pues solo cuenta con un tercio de recursos para atender las deudas de corto plazo”, calculó el perito contable Alfredo Popritkin .

Mientras vive de los fondos que le inyecta Camioneros, Oschoca, sin fondos, debió dejar en manos del gremio un activo clave, el Sanatorio Antártida. Se trata del establecim­iento que Moyano inauguró a principios de año. A ese corte de cinta asistió el ministro de Trabajo Jorge Triaca. Poco después, la relación entre el líder de Camioneros y el Gobierno alcanzó su pico de tensión.

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