LA NACION

La mujer más influyente de un régimen hermético

- Dirk Godder y Aamdreas Landwehr

Kim Yo-jong, la hermana menor de Kim Jong-un, está considerad­a una influyente asesora del dictador norcoreano. De 30 años, dirige su gabinete y es la directora de propaganda.

Se especula que la funcionari­a –que acaparó los focos ayer en la inauguraci­ón de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchan­g– le llevó un mensaje personal de Kim al presidente surcoreano, Moon Jae-in. La estrecha cercanía personal a su hermano hace presuponer que cualquier noticia de sus interlocut­ores en Corea del Sur será transmitid­a directamen­te al dictador.

La visita de Kim Yo-jong al país vecino es histórica. Nunca antes un miembro directo de la dinastía Kim había viajado a Seúl. Su tío Chang Song Thaek, caído en desgracia y ejecutado en 2013, tan solo había estado una vez en 2002. Antes se había producido un contacto con la familia Kim. El entonces presidente surcoreano Kim Dae-jung viajó en 2000 a la cumbre intercorea­na con Kim Jong-il, en Pyongyang. En contrapart­ida se debería haber devuelto la visita, algo que nunca ocurrió. El líder norcoreano murió en 2011 y su hijo Kim Jong-un lo sucedió.

Con la consolidac­ión del poder del joven dictador, ascendió también su hermana en la jerarquía. En la actualidad, ella es la vicedirect­ora del Departamen­to de Propaganda del Partido de los Trabajador­es, el único del país, y con ello responsabl­e de los medios estatales y de la cultura.

En octubre pasado, Kim Yo-jong entró a formar parte como miembro suplente del Politburó, el máximo gremio de poder. De esa forma reforzó la posición de la familia en la estructura de poder.

Como en Corea del Norte tener la misma sangre es más importante que todo lo demás, nadie tiene una posición tan fuerte en Pyongyang como Kim Yo-jong. Según los expertos, ella también dirige la oficina de su hermano. Es “la vigilante de torre” al controlar el acceso al hombre más poderoso del país, organizar su agenda y sus actos públicos. A menudo se la puede ver a ella a su lado.

Ambos son hijos, al parecer, de la misma madre, Ko Yong-hui, y al parecer se llevan bien. Después de 1992, de chicos pasaron varios años juntos en Suiza, donde estudiaron en una escuela de Berna. Durante su estancia en el país europeo estuvieron siempre so metidos a una estricta vigilancia de sus acompañant­es norcoreano­s, como se indica desde su entorno más inmediato. Estima

Al parecer, Kim Jong-il tenía en gran estima a su hija. Elogió muy rápidament­e su interés por la política, tal como señalaron interlocut­ores. También se señaló que, al parecer, valoraba mucho más a su hija que a sus hijos Kim Jong-un o Kim Jongchol, que desapareci­ó de todo acto púbico, y Kim Jong-nam, asesinado el año pasado en Malasia. Al parecer, detrás del asesinato estuvieron agentes norcoreano­s.

Estados Unidos colocó el mes pasado a Kim Yo-jong en su lista negra por las violacione­s de los derechos humanos en Corea del Norte. Congelaron sus cuentas y sus posesiones en Estados Unidos y queda prohibido hacer negocio con ellos. La razón que se dio para aplicar esta medida fue su posición en el aparato propagandí­stico del país. Se trata sobre todo de un gesto simbólico, porque a ella no le afecta. Kim Yo-jong no figura en la lista de la ONU de los norcoreano­s cuyos viajes están limitados.

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