Aprueban en EE.UU. un aumento del gasto
El acuerdo generó resistencias en oficialistas y opositores
WASHINGToN.– La Cámara de Representantes de Estados Unidos actuó con rapidez en la madrugada de ayer para levantar un nuevo cierre del gobierno
(shutdown) y aprobar un acuerdo presupuestario que incluye un aumento del gasto público de 400.000 millones de dólares.
El plan, que ya fue promulgado por el presidente Donald Trump, superó la oposición de demócratas progresistas y conservadores del Tea Party a respaldar enormes incrementos de gasto en un momento en el que el déficit del país se acerca al billón de dólares.
La votación, que salió adelante por 240 votos a favor y 186 en contra, se produjo a altas horas de la madrugada y supuso el final de un cierre gubernamental que duró apenas cinco horas y media y que no tendrá casi consecuencias. Fue la segunda vez en tres semanas que el Ejecutivo quedaba paralizado.
El colapso se produjo esencialmente en el Senado, donde, tras un día de inacción, el senador republicano por Kentucky Rand Paul paralizó la votación en protesta por la disposición de su partido a quebrar el presupuesto. Los demócratas también tuvieron divisiones y disputas, especialmente por el descontento de los más progresistas al no vincular la medida sobre el gasto a protecciones para los dreamers (inmigrantes que fueron llevados al país de forma ilegal cuando eran chicos).
La mayoría de los demócratas se opuso a la medida, al seguir el ejemplo de la líder de la minoría, Nancy Pelosi, que fracasó en su intento de emplear el bloqueo para conseguir una votación independiente sobre inmigración. La incertidumbre rodeó la votación en la Cámara de Representantes hasta última hora.
El presidente de la Cámara, el republicano Paul Ryan, instó al Congreso a evitar un “segundo cierre gubernamental innecesario”. La situación fue menos tensa en el Senado, donde la propuesta salió adelante con 71 votos a favor frente a 28 en contra.
La Casa Blanca se vio obligada a decretar el cierre del gobierno poco después de la medianoche, pero los dirigentes actuaron rápido para solventar la paralización antes de que los empleados federales iniciasen su jornada ayer, con la esperanza de minimizar las consecuencias. Un cierre gubernamental supone recortar a la mitad la fuerza de trabajo, y los empleados no considerados esenciales no pueden desempeñar sus tareas.