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Imposible no reconocer que fue el protagonista de la semana, inútil no admitir que es una de las apariciones más explosivas de los últimos tiempos en el fútbol argentino. Desde el domingo que el nombre de Lautaro Martínez acapara los suplementos deportivos, su voz se repite en las radios y sus goles se multiplican en los programas de televisión. El nuevo sello el jugador lo intentará ofrecer en Bahía Blanca, su ciudad, donde Racing intentará sostener la imagen de equipo arrollador que enseñó frente a Huracán y no volver a ser aquel conjunto abúlico que se presentó en Santa Fe, ante Unión, cuando se relanzó al Superliga. Y ahí estará el chico que a pesar de sus 20 años tiene comportamientos y actitudes de futbolista con recorrido, preparado para medirse con Olimpo, un rival que no le es desconocido: en su niñez lo tuvo enfrente, cuando defendía los colores de Liniers, el club que espera con expectativa la futura transferencia a Inter, de Italia, para embolsar 4 millones de dólares, una cifra de ensueño para la modesta institución.
En Bahía Blanca, Lautaro pasa parte de sus vacaciones, tiempo en que se desarrollan los picados futbolísticos familiares. El equipo lo tiene a Mario, el papá que jugó en Villa Mitre y lo acompañó al Sudamericano Sub 20 de Ecuador y al Mundial de la categoría en Corea del Sur, también a su hermano mayor Alan, defensor como el padre… Jano, el benjamín, en cambio, prefirió el básquetbol y ya se entrena con el plantel de primera de Villa Mitre. El partido de esta noche puede ser el último en años en su ciudad: Inter pagará una cifra cercana a 33 millones de dólares por el Toro, que en junio partirá a Europa. El deseo de la Copa Libertadores se cumplirá a medias: empezará la aventura, pero si la Academia sigue en la competencia el artillero no rubricará el sueño de terminar el recorrido. Se irá en junio.
La inminente convocatoria a la selección para los amistosos con Italia y España, en marzo, el debate de si merece ser parte de lista para el Mundial, otros desafíos, aunque el inmediato es despedirse de su ciudad y con su gente, porque además de los bahienses, la Aprevide autorizó la presencia de hinchas de Racing. Esos simpatizantes que lo reconocen en la reciente campaña que lanzó el club para aumentar el número de socios y los mismos que quieren disfrutar de los últimos partidos de un chico con pensamientos y responsabilidades de grande.