El desafío de Wicky, un DT que maneja tantos idiomas como Federer
Hasta Roger Federer, que siempre (en la cancha o fuera de ella) parece tener tiempo y disponibilidad para todo, tres horas después de multiplicar su gloria por veinte contra Marin Cilic en Melbourne Park, también habló del tema. Sin la mínima señal de molestia por el intenso calor que no lograba atenuar un aire acondicionado insuficiente, y con la misma atención que le dedicó a su primera respuesta en el largo recorrido de prensa, el hincha más célebre de FC Basel, ante una pregunta de la periodista de la cadena canadiense TSN, se desprendió de su histórico logro y se refirió a la altísima dificultad que afrontará su equipo en la Champions League. “Lo mío aquí tampoco parecía fácil pero… nos ha tocado el Manchester City… que quizá sea el mejor de la actualidad”, sentenció el magistral vencedor del Abierto de Australia, conocedor que el campeón de las últimas ocho Súper Liga suizas carece de un gran Roger que pueda disimularle falencias en el duelo de octavos de final que mayor disparidad –en lo económico y deportivo– ofrece en la previa. Por ejemplo, el diario Sport de Barcelona, en una nota en la cual repartió porcentajes en los diferentes choques, le asignó un 95% de posibilidades al conjunto de Pep. Sin embargo, la presente campaña de los blaugranas, ubicados a cinco puntos del líder Young Boys, posee varios puntos luminosos.
Uno de ellos es el entrenador. El más joven de los dieciséis que continúan en búsqueda de la famosa Orejona. Raphaël Wicky tiene 40 años. Casi contemporáneo de Federer, comparte una virtud con el mítico tenista: la facilidad para los idiomas. El técnico, exmediocampista de contención, puede hablar alemán, francés, inglés, italiano y un buen español, aprendido en su paso por el Atlético de Madrid, donde compartió plantel con los argentinos Fagiani, Mena y Juan Gómez, durante el certamen de segunda 00/01. En el siguiente, por lesiones y su condición de extracomunitario, no consiguió espacio en los planes de Luis Aragonés, quien, pese al poco tiempo de convivencia (cinco meses), se convirtió en un referente: “Era muy sincero, te decía las cosas en la cara. Una conducta que trato de aplicar con mis jugadores”.
Para Wicky será un semestre complejo. Deberá gestionar, en su primera experiencia profesional, la presión a nivel local de un club habituado a la cima y que realizó una fuerte apuesta al despedir a Urs Fischer, conductor en los dos anteriores títulos ligueros. La nueva dirigencia de FC Basel, encabezada por el millonario empresario de medios de comunicación Bernhard Burgener, decidió apuntar a un proyecto que se base en los canteranos. El fútbol suizo, con una división superior compuesta solo por diez participantes que tienen un ingreso promedio de 21,1 millones de euros, de los cuales menos de 1,5 millones corresponden a derechos de televisión, es netamente exportador y se ha convertido en el quinto mayor proveedor de las grandes Ligas europeas.
Claro que la institución de la capital cultural del país, a partir de sus accesos a la Champions (en la corriente edición ya acumuló 24,7 millones), excede con amplitud el mencionado beneficio promedio. Igualmente no desestima buenas ofertas. En el mercado invernal se quedó sin dos piezas valiosas: el delantero Renato Steffen y el joven central Manuel Akanji (transferido en 21,5 millones al Borussia Dortmund). El wing será sustituido por Valentin Stocker (libre de Hertha) y el defensor por Léo Lacroix, a préstamo de Saint Etienne. Esto significará una ganancia de 17 millones en el balance de compra -venta de la temporada. A los hinchas entonces no les quedará otra alternativa que confiar en las palabras del Director Deportivo Marco Streller. “Con «Raphi» hemos tenido un crecimiento táctico. Manejamos a la perfección tres sistemas. Soy optimista. Mejora al equipo”. Sin duda tendrá que hacerlo.