LA NACION

El glorioso regreso de un legendario ensamble de jazz latino

MUY BUENO. MÚSICOS: Ricardo Lew (guitarra), Jorge Cutello (saxo, flauta, voz), Manuel Fraga (piano, voz), Marcelo Gallo (trompeta, flugelhorn, voz), Ricardo Sanz (bajo), Luis Cerávolo (batería), Pocho Porteño (percusión). sala: Teatro Monteviejo, Buenos A

- Humphrey Inzillo

Mirá qué bien los viejitos!”, dice desde el escenario, en tono celebrator­io, el guitarrist­a Ricardo Lew. El tema que acaba de tocar Explossion, este ensamble de jazz latino que funciona como un verdadero selecciona­do argentino (senior) del género se llama “Y no me pude dormir”, una composició­n que el saxofonist­a Jorge Cutello escribió a comienzos de los 80, con cierta reminiscen­cia a Steps Ahead y los Brecker Brothers. Sostenida por la base del bajista Ricardo Sanz y el poderoso tándem de Pocho Porteño en la percusión y el baterista Luis Cerávolo, la canción les da despliegue a solos incendiari­os de Ricardo Lew y el propio Cutello.

Los dos imponentes aires acondicion­ados que refrigeran el coqueto teatro Monteviejo, en el corazón del barrio del Abasto, no dan… abasto (disculpas, queridos lectores, por el chiste fácil). La ola de calor que afecta a la ciudad de Buenos Aires desde hace varios días es, apenas, un atenuante. Lo que verdaderam­ente eleva la temperatur­a aquí es la música de Explossion. Se trata de un grupo legendario, formadoaco­mienzosde los 80, que volvió revitaliza­do a los escenarios, tres décadas más tarde. El responsabl­e del regreso es Oscar Chilkowski, profesor universita­rio y agitador musical que en aquellos tiempos había propiciado la formación del grupo original. El leitmotiv del resurgimie­nto del grupo fue la edición de Explossion, el sonido de

una leyenda (Heibulu Records), un registro en vivo de 1984, rescatado por el enorme ingeniero de sonido uruguayo Carlos Píriz (responsabl­e del indispensa­ble Mateo solo bien se

lame, de 1972). La formación original incluía a Jorge Navarro en teclas, a Fats Fernández en trompeta y a Rubén Rada en percusión y voces. Para la versión 2.0, se incorporar­on Manuel Fraga al piano, Marcelo Gallo en trompeta y, aunque Rada formó parte del concierto de reencuentr­o a fines del año pasado, lo reemplaza ahora Pocho Porteño.

Aunque “ensamble de jazz latino” funciona como el mejor modo de etiquetarl­o, Explossion trasciende los géneros. “Una especie de corner corto”, el tema que dio inicio a la velada, mantiene una impronta funky, con espacio para que Lew, su compositor, se despache con un solo rockero, con cierta impronta a lo Jimi Hendrix que hasta nos permite soñar con este grupo de veteranos abriendo un show de Los Espíritus. La figura de Pocho Porteño enfundado en una camisa colorada lo asemeja al legendario Cándido Camero. Y “Montgomere­ando”, el tributo a otro héroe de la guitarra, el gran Wes Montgomery, ostenta un groove latino que remite a “Cantaloop Island”, el clásico de Herbie Hancock. Otra reminiscen­cia al hard-bop es la versión de “The Scene”, de Cannonball Adderley y Joe Zawinul.

Pero la impronta del grupo es tan amplia que llevan al standard “Night & Day”, de Cole Porter, hacia un power-groove, con una gran interpreta­ción vocal de Fraga. Y digamos que la incorporac­ión de Fraga a este proyecto lo confirma no solo como uno de los mejores pianistas del país, también de los más eclécticos emulando al gran Eddie Palmieri, emblema del sello Fania.

A modo de intervalos, el grupo reduce su formación en un par de dúos. Primero, Cutello se calza el traje de crooner, y junto a Lew revisitan “My Foolish Heart”, creando una atmósfera intimista y romántica. Más tarde, Marcelo Gallo y Fraga hacen un medley que recrea el solo del “West End Blues” de Louis Armstrong y acaba con una exquisita versión de “My Ideal”, del repertorio de Chet Baker.

Como el viejo axioma de la Gestalt, que indica que el todo es más que la suma de las partes, Explossion es más que la suma de los géneros y del talento de estos siete músicos de notable trayectori­a (destacando el regreso a los escenarios después de un par de décadas del gran Ricardo Sanz, que integró los grupos de Ástor Piazzolla y Luis Alberto Spinetta). Explossion, que en “Compartir” propone un scat colectivo, le hace honor al eslogan: es el regreso de una leyenda. Y en su versión 2.0 promueve una alegría musical que funciona como un refugio de nuestro estado de ánimo en tiempos difíciles.

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Daniel jayo Explossion combina groove con solos incendiari­os

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