La hora de las economías regionales,
Adiferencia de lo que ocurrió con la producción de granos, la reducción de las retenciones y la unificación del tipo de cambio no fueron suficientes para impulsar la recuperación de las economías regionales. Lo demostró un reciente informe del Ieral-Fundación Mediterránea que destacó que las exportaciones de este segmento de la economía se redujeron un 2% en 2017 respecto de 2016.
Los problemas de competitividad (presión impositiva o déficit de infraestructura) y de la macroeconomía (inflación elevada, costos en alza y tipo de cambio bajo) frenaron el crecimiento de las economías regionales para que dieran el salto de producción. Algunos de estos limitantes no se resuelven en el corto plazo.
En las economías regionales –un segmento heterogéneo en el que se suele incluir a la vitivinicultura, la fruticultura, la olivicultura o la producción de caña de azúcar, entre otros- se pone a prueba el argumento del Gobierno de que el campo puede convertirse en el “supermercado del mundo”. La transformación en los lugares de origen de la producción primaria en alimentos para consumir en el mercado interno y exportar puede captar inversiones y generar trabajo. Sería uno de los sectores que ayudaría a la descentralización del país y permitiría el arraigo de la población en las provincias.
Pero para llegar a ese objetivo se requieren medidas quirúrgicas. Para el Gobierno no es sencillo porque uno de sus objetivos es desmontar las distorsiones acumuladas por 12 años de intervencionismo. Esto afecta, por ejemplo, los productores de arroz de Entre Ríos a los que les llegaron boletas de luz de más de 300.000 pesos (pactaron una reducción con el gobierno provincial) y a la producción olivícola de La Rioja que también es electrointensiva y padece los costos en alza de la energía. Recientemente la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), se reunió con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, para plantearle este escenario. Desde el Gobierno respondieron que estos problemas se tratarán en las mesas de competitividad por cada sector.
Otro de los puntos críticos de las economías regionales es el costo laboral. En la reciente ley de reforma tributaria el Gobierno estableció una reducción gradual de las cargas patronales hasta 2022. Esta sería una llave para promover el blanqueo de trabajadores. Uno de los principales males de la economía argentina es el trabajo en negro, que alienta la pobreza y la inseguridad social. En las economías regionales esa realidad es grave. Hay unos 375.000 trabajadores registrados, pero se calcula que en las diferentes actividades hay entre 900.000 y un millón de trabajadores. Es decir, que habría entre 525.00 y 625.000 trabajadores que están en la informalidad, según una estimación de CAME.
A último momento, cuando se estaba por aprobar la ley de reforma tributaria, el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, consiguió que se introdujera al trabajo agrario en el esquema de reducción de cargas patronales mediante la aplicación de un Mínimo No imponible (MNI) para el pago de contribuciones patronales. La ley 27.430 tiene un artículo, el 167, que está pendiente de reglamentación. Y la CAME le solicitó al Ministerio de Hacienda que para las actividades primarias ese MNI en vez de ser progresivo sea inmediato para incentivar el blanqueo de trabajadores en la actividad. “La reforma incluyó la introducción de MNI para las contribuciones patronales pagadas por los empleadores, que aumentarán progresivamente hasta 2022 y serán actualizadas por medio del IPC publicado por INDEC, a los fines de evitar atrasos con respecto al ritmo inflacionario. En base a este esquema, los empleadores sólo pagarán contribuciones patronales por el salario bruto excedente de dicho MNI, generando un impacto positivo sobre las oportunidades de formalización del empleo”, explicó un trabajo de la CAME. Proponen no esperar a 2022.
La entidad también le solicitó al Gobierno mantener el criterio de preferencia a las provincias con Necesidades Básicas Insatisfechas y alejadas de Buenos Aires- para el pago de las contribuciones patronales a cuenta del IVA que progresivamente será derogado. Son ideas para ayudar al despegue.
Los problemas de competitividad y de la macroeconomía frenaron el crecimiento de las economías regionales