Ver con ojos de algoritmos
Son herramientas informáticas tan omnipresentes como poco conocidas: encargados de filtrar y organizar el consumo digital, los algoritmos expanden su influencia hacia la política, la salud e incluso el empleo. ¿Hasta qué punto condicionan nuestra visión d
Organizan el flujo digital. ¿Hasta qué punto condicionan lo que vemos?
Son las fórmulas que filtran y organizan el descomunal flujo del consumo digital. Mientras crece su influencia, se agudiza el debate. ¿Hasta qué punto condicionan nuestra visión del mundo?
“S i un meteorito cae en el medio de campo pero nadie lo postea, ¿cayó realmente?”, se preguntaban los actores de Asuntos que queman, un ensayo escénico alrededor de las redes basadas en algoritmos que ordenan y visibilizan (e invisibilizan) la información. La performance, que se reestrenará este año en el Centro Cultural Recoleta, retrataba de qué modo los temas del día se instalan ante nuestros ojos y parecen obligarnos a tomar posición sobre ellos.
Pero no todos los meteoritos caen en todas las pantallas, ni todos los oímos por igual. Lo que “escroleamos” mientras esperamos un colectivo muestra cierta información, polémicas y memes mientras invisibiliza otras. Las plataformas de búsqueda y compras basan sus ofertas en lo que saben de nosotros. Los algoritmos ordenan y jerarquizan la abrumadora cantidad de información digital que consumimos. Y no aparecen solamente cuando Google arroja resultados personalizados según nuestras búsquedas anteriores o ubicación geográfica, o cuando Facebook premastica nuestro muro para que encaje con lo que infiere que nos interesa. Los algoritmos también se usan para otros fines: desde inferir riesgos de enfermedades graves antes de que aparezcan hasta guiar la contratación de nuevos empleados en una compañía.
Esa ubicuidad plantea una serie de preguntas: ¿Qué pasa cuando las huellas que dejamos online, pensando que son privadas y nos pertenecen, son usadas por otros para tomar decisiones sobre nosotros? ¿Cuán conscientes somos de la incidencia que los softwares basados en algoritmos tienen en nuestra vida cotidiana? ¿Las decisiones tomadas por máquinas contribuyen a un mundo más “objetivo” o más opaco?
Si te gustó X te va a gustar Y
La metáfora de un elemento no humano que se va inoculando e imitando la vida cotidiana es recurrente en la cultura popular. La teó-
rica cultural Mercedes Bunz vuelve sobre esa potente idea para referirse a la invasión de los algoritmos en su libro La revolución silenciosa. Cómo los algoritmos transforman el conocimiento, el trabajo, la opinión pública y la política sin hacer mucho ruido, publicado originalmente en 2012 y recientemente editado en la argentina por Editorial Cruce. En estos años, la influencia de los algoritmos se intensificó: “Esa transformación está entrando en un segundo estadio, con la internet de las cosas y la inteligencia artificial”, explica Bunz desde el Reino Unido, donde vive y enseña.
En su libro recorre los aspectos incipientes de esta revolución. Crónicas deportivas escritas por softwares, la relación con el conocimiento médico y la idea de experto post Google, y la organización de la sociedad civil en la era Twitter. Bunz se detiene en el caso de la Primavera Árabe para indagar en cómo la concentración en la plaza Tahir en Egipto supuso una forma de convocatoria y comunicación novedosa en ese momento. Justamente, el caso de estas revueltas sigue siendo estudiado en el marco del debate sobre si los medios online realmente democratizan las prácti-