Último en entrar, primero en sonreír
Matías Schmitt, que pocas horas antes de los Juegos supo que competiría, inició la actuación argentina, con una buena labor
Matías Schmitt, que abrió la participación de la delegación argentina en Pyeongchang 2018 , finalizó su serie en un meritorio 12º puesto, que, sin embargo, no le sirvió para pasar a la final de snowboard slopestyle. Resultó 24º en el cómputo general, cuando solamente 12 pasaban a la definición de hoy.
Vale mencionar que la mejor actuación individual de un argentino en Juegos Olímpicos de Invierno es el 16º puesto de Oswaldo Ancina en Squaw Valley 1960.
Schmitt había conseguido a últimio momento su lugar en estos Juegos, cuando se produjo una vacante, y terminó siendo el primero de los siete argentinos en debutar. “Esta ilusión arrancó hace mucho. Luego de muchos años de lucharla, con momentos duros y otros muy lindos, por suerte tuve esta experiencia inolvidable, hermosa, con un final perfecto: entrar a estos Juegos... No podemos creerlo”, contó a por teléfono la nacion tras su participación en el Parque de Nieve Phoenix.
En este tiempo de alegría el barilochense de 26 años no dejó de recordar a su hermano fallecido hace cuatro: “A él le dedico este día. Fue el que más me ayudó a buscar esto. Hoy y en todas las competencias, él siempre me da fuerzas. Y a veces hasta tira a rivales para que no me ganen”, enunció Matías.
“Más allá que en mi primera bajada tuve algunos errores que me costaron puntos, esto fue algo increíble porque recibí el amor que me mandaban con los mensajes lindos desde Argentina... Es muy difícil poner en palabras todo lo que estoy sintiendo. Básicamente, es un sueño hecho realidad”, analizó sobre su actuación de 50,86 puntos en la serie 1 y 20,68 en la 2.
Y relató un detalle colorido de los nervios que tenía antes de comenzar. “Ahí arriba, la persona de la largada decía «TV is ready» [“la televisión está lista”] y yo tenía que tirarme, cuando en las otras competencias la frase es «judges are ready» [“los jueces están listos”]. Sumó un poco de presión el tema de la televisión, pero una vez que empecé a andar me olvidé y fui concentrado”, dijo risueño quien ya había tenido un disfrute grande en los Juegos. “Participar en la ceremonia inaugural fue muy emocionante. Entrar al estadio detrás de la bandera argentina con el resto de la delegación fue hermoso, muy emotivo. Y el show es espectacular”, describió Schmitt, que volverá a entrar en acción el 21 de febrero, en big air. Seguramente, con menos nervios pero aún con el gusto de una positiva primera experiencia olímpicas.