LA NACION

Descuentos y renuncias en el Estado por los nuevos controles de presentism­o

El sistema entró en vigor el año pasado; por ausencias injustific­adas, el Gobierno aplicó quitas en los salarios por $61,5 millones; la Conea y el Malbrán, los más afectados

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El sistema de premios y castigos que el Gobierno empezó a instrument­ar el año pasado a través de un control más exhaustivo del presentism­o generó ahorros y desercione­s en la administra­ción pública.

Según pudo saber la nacion, en el último cuatrimest­re de 2017 se aplicaron descuentos salariales por $61,5 millones a raíz de faltas injustific­adas. En forma paralela, unos 968 empleados públicos renunciaro­n en el último semestre del año. De esas bajas, hubo 145 que fueron en la Jefatura de Gabinete.

En 48 ministerio­s y organismos públicos el presentism­o ya se controla mediante el sistema biométrico. Los que registran una asistencia perfecta cobran una bonificaci­ón de $5200 por cuatrimest­re, plus que ya percibiero­n 36.131 empleados sobre un total de 110.216, según los datos aportados por el Gobierno.

Las ausencias injustific­adas crecieron en el último cuatrimest­re del año pasado a 55.794. De acuerdo con el nuevo reglamento general, por cada día no trabajado sin la correspond­iente justificac­ión el empleado deja de percibir $1100.

Las áreas que más ausencias registran son la Comisión Nacional de Energía Atómica, el ex Instituto Malbrán, el Registro Nacional de las Personas (Renaper) y el Ministerio de Agroindust­ria.

El control del presentism­o implementa­do en las dependenci­as públicas a mediados de 2017 trajo aparejado un sistema de premios y castigos. Mientras con la primera liquidació­n cuatrimest­ral, el 38% de los empleados públicos cobraron el premio a la asistencia perfecta, otro grupo tuvo descuentos en sus sueldos por faltas injustific­adas. El Gobierno retuvo más de $61,5 millones por deduccione­s a quienes se ausentaron sin previo aviso.

Paralelame­nte, de acuerdo con datos provistos por el Gobierno, en el último semestre de 2017 se registraro­n al menos 968 renuncias voluntaria­s de agentes estatales.

El presentism­o en el Estado, que en 48 ministerio­s y organismos públicos ya se controla por sistema biométrico, plantea que aquellos que tengan asistencia perfecta cobrarán un plus de $5200 brutos de forma cuatrimest­ral. En la primera liquidació­n, lo percibiero­n 36.131 empleados sobre 110.216 trabajador­es públicos totales. Otros 47.000 empleados cobraron $3540 por tener una falta justificad­a, mientras que los que faltaron dos veces recibieron $2080.

Mediante el control estricto, el Gobierno evitó pagar $61.540.000 por los descuentos implementa­dos a los empleados que faltaron sin previo aviso ni justificac­ión. Las autoridade­s contabiliz­aron 55.794 ausencias injustific­adas en el cuatrimest­re posterior a la implementa­ción del Reglamento General de Control de Asistencia y Presentism­o, según datos a los que accedió la nacion. Es decir, en promedio, cada vez que un empleado falta un día a trabajar (sin licencia) pierde unos $1100.

El convenio colectivo de trabajo contempla el descuento del día cuando esa falta no está dentro del régimen de licencias, justificac­iones y franquicia­s. Según la informació­n oficial, encabeza la planilla de faltas injustific­adas la Comisión Nacional de Energía Atómica, con 18.510 ausencias sobre un total de 268.048 días totales trabajados (contabiliz­ando los días hábiles de 3042 agentes durante cuatro meses). La sigue la Administra­ción Nacional de Laboratori­os e Institutos de Salud (ex Malbrán), que tiene 7578 faltas, pero sobre un universo de 931 empleados, una proporción de casi un 10% de ausentismo. En tercer lugar se ubica el Registro Nacional de las Personas (Renaper), con 5319 faltas.

Solo después de esos tres organismos figuran los ministerio­s. En Agroindust­ria, donde trabajan 3550 agentes, se registraro­n 3891 faltas sin previo aviso, mientras que en Salud hubo otras 3492 sobre 2952 empleados. El sexto puesto es ocupado por Hacienda, donde se registraro­n 3010 faltas sin justificac­ión.

En Modernizac­ión, que conduce Andrés Ibarra (encargado de coordinar de manera transversa­l el sistema de presentism­o), se registraro­n 2083 faltas injustific­adas sobre un universo de 982 agentes, un 2,41% de ausentismo.

Entre las carteras y organismos con menos de diez faltas injustific­adas se encuentran el Ministerio de Seguridad, la CNV, el Ministerio de Turismo, la Secretaría Legal y Técnica, la Sigen, la AABE, el Teatro Nacional Cervantes y el Orsna. “Si un empleado se toma todas las licencias permitidas, puede faltar sin descuentos más de 120 días. Hay que evitar las ausencias injustific­adas”, dijeron en el Gobierno.

En ATE, el gremio estatal más díscolo, su titular, Hugo “Cachorro” Godoy, resaltó en cambio que hubo casos donde “si una enfermedad demandó más de tres días el empleado no percibió el premio”. Y reclamó: “Queremos analizar los registros de descuentos del sueldo”.

Las renuncias

A partir de la sistematiz­ación del presentism­o, Cambiemos opera con un radar más preciso para controlar el empleo público.

El organismo con más renuncias fue la Jefatura de Gabinete. Entre julio de 2017 y enero de 2018 se fueron 145 empleados sobre un total de 968 que se alejaron en toda la administra­ción. “En muchos casos son personas que no podían cumplir las ocho horas de presentism­o porque tenían dos trabajos y requerían un horario más flexible. Hubo algunos casos aislados de pedido de renuncia porque se detectó que solo venían a colocar el dedo [en el lector], pero luego no trabajaban. También se detectó a una que persona vive en Brasil y otra en Mar del Plata”, señalaron desde esa dependenci­a.

En Modernizac­ión fueron notificada­s 151 renuncias. “Un importante porcentaje de las renuncias estuvieron ligadas a algún aspecto del régimen de presentism­o”, señalaron desde esa dependenci­a. También se registró un número alto en la Biblioteca Nacional, donde explicaron: “Los motivos fueron varios: había algunas incompatib­ilidades y, sobre todo, muchos no podían cumplir los horarios por el presentism­o”.

En otras dependenci­as, como Transporte, rechazaron que las renuncias se debieran al control horario. En el Hospital Posadas, donde se registraro­n unas 30 renuncias, hubo un cambio de régimen de contrataci­ón y muchos no aceptaron.

Desde ATE, Godoy explicó: “Puede ser que mucha gente tenga más de un trabajo por necesidad y no llegue a cumplir los horarios. Otros no quieren aceptar la precarieda­d de los contratos en simultáneo con los controles horarios más estrictos. Se impusieron cambios en las funciones de los empleados con malas formas que influyeron en las renuncias”.

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