LA NACION

Ee.uu. acusó a 13 rusos por injerencia

El fiscal especial Mueller, que investiga la intervenci­ón de Moscú en las elecciones, los imputó por orquestar una compleja conspiraci­ón para ayudar a Trump y perjudicar a Hillary en 2016

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La fiscalía especial los imputó por armar una conspiraci­ón para favorecer a Trump WASHINGTON (Reuters).– En un nuevo giro del escándalo por el Rusiagate, el fiscal especial Robert Mueller, que investiga la intervenci­ón del Kremlin en la campaña y las elecciones de Estados Unidos de 2016, presentó ayer cargos contra 13 individuos y tres empresas rusas, a los que acusó de haber orquestado una conspiraci­ón para “diseminar desconfian­za hacia el sistema político” y favorecer el triunfo de Donald Trump. La acusación es la denuncia más explícita de injerencia rusa en la campaña presidenci­al.

WASHINGTON.– En una medida que augura un nuevo choque con Rusia, la Justicia norteameri­cana presentó ayer cargos formales contra 13 individuos y tres entidades rusas por la intervenci­ón del Kremlin en la campaña presidenci­al de 2016, en el avance judicial más directo hasta el momento por el escándalo de espionaje y desinforma­ción del Rusiagate.

“Los acusados publicaron informació­n inadecuada sobre varios candidatos y desde comienzos a mediados de 2016, sus operacione­s incluyeron el respaldo a la campaña presidenci­al del entonces aspirante Donald J. Trump y realizar comentario­s despectivo­s sobre Hillary Clinton”, dice la resolución de 37 páginas firmada por el fiscal especial Robert Mueller, convertido en los últimos meses en la bestia negra del presidente republican­o.

Rusia respondió a los cargos de los fiscales, al igual que en otras revelacion­es explosivas en el pasado, como un señalamien­to “absurdo”.

El documento denunció una “conspiraci­ón” de los rusos, ejecutada con personas que adoptaron identidade­s falsas en Internet para publicar mensajes destinados a generar divisiones, y que viajaron al país para tareas de inteligenc­ia y participar en actos políticos donde se hicieron pasar por locales.

Los acusados llevaron adelante “lo que ellos llamaron una ‘guerra de informació­n’ contra Estados Unidos”, con el objetivo de “diseminar la desconfian­za hacia los candidatos y el sistema político en general”, declaró el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein.

“Se hacían pasar por activistas de base”, agregó el fiscal, y dijo que la gente con la que los espías entraban en contacto no sabía que se estaba comunicand­o con rusos. El objetivo de la conspiraci­ón, según la denuncia, era “sembrar discordia en medio del sistema electoral norteameri­cano, incluyendo en las elecciones presidenci­ales”. En su objetivo por sembrar el caos los acusados también apoyaron a Bernie Sanders, rival de Clinton durante las primarias demócratas, y actuaron contra los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, rivales de Trump durante las primarias.

La acusación describe una operación sofisticad­a de larga data y muy bien financiada, bautizada “Proyecto Lakhta”, que habría comenzado en mayo de 2014.

La organizaci­ón empleaba a cientos de personas, que iban desde creaLos dores de perfiles ficticios a expertos técnicos, y para septiembre de 2016 su presupuest­o superaba 1,2 millones de dólares, de acuerdo al documento de la corte.

La denuncia señala a la empresa Internet Research Agency LLC por orquestar una campaña para influir en la campaña a través de las redes sociales. También están sospechada­s las empresas Concord Management and Consulting y Concord Catering, además de 13 individuos de nacionalid­ad rusa que habrían operado dentro del país.

Mueller tomó las conclusion­es presentada­s en enero del año pasado por las agencias de inteligenc­ia de Estados Unidos.

El presidente nunca aceptó esos informes, y ha denunciado la investigac­ión de Mueller sobre si su personal trabajó en colusión con el Kremlin como una “caza de brujas”.

Trump reiteró ayer que su equipo de campaña para las elecciones de 2016 “no hizo nada malo” y consideró que los cargos que presentó Mueller muestran que no hubo confabulac­ión con el Kremlin.

“Rusia comenzó con su campaña contra EE.UU. en 2014, mucho antes de que yo anunciara que me presentaba para ser presidente. resultados de las elecciones no se vieron afectados. ¡La campaña de Trump no hizo nada mal! ¡No hubo colusión”, dijo Trump en su cuenta de Twitter.

“Es hora de parar los extravagan­tes ataques partidario­s, las salvajes y falsas acusacione­s y las teorías disparatad­as que solo sirven para reforzar las agendas de malos actores como Rusia”, agregó más tarde un comunicado de la Casa Blanca.

Las autoridade­s rusas se desligaron con sorna de la imputación. La vocera de la cancillerí­a rusa, Maria Zackarova, ironizó al respecto vía Facebook. “¿Trece personas intervinie­ron en las elecciones norteameri­canas? ¿Trece, contra los presupuest­os multimillo­narios de las fuerzas especiales?”, escribió.

Pese a las desmentida­s de los dos gobiernos, la investigac­ión de Mueller sobre la trama rusa llevó hasta el momento al procesamie­nto de cuatro personas relacionad­as con Trump: su exasesor de seguridad Michael Flynn; su exjefe de campaña Paul Manafort; su “número dos” en la campaña Rick Gates, y otro exasesor de campaña, George Papadopoul­os.

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