El FBI admitió fallas en la investigación que pudo evitar la masacre de Florida
Reconoció que no siguió “los pasos apropiados” tras recibir dos denuncias sobre el asesino; el gobernador del estado pidió la renuncia del director de la agencia federal
WASHINGTON.– En medio de la creciente indignación de los familiares de las víctimas y autoridades locales, el FBI reconoció ayer que “podría haber tomado los pasos apropiados” para evitar la masacre de 17 personas en una escuela de Florida, si hubiera seguido los protocolos de investigación vigentes ante las alertas recibidas sobre Nikolas Cruz, el asesino de 19 años.
El mea culpa del FBI (la fuerza de investigación federal estadounidense) desató la ira del gobernador de Florida, Rick Scott que pidió la renuncia del director, Christopher Wray.
“El hecho de que el FBI no haya tomado medidas contra este asesino es inaceptable. Promovemos constantemente el ‘Si ve algo, diga algo’, y una persona valiente hizo exactamente eso ante el FBI. Y el FBI no actuó. El lema es una herramienta increíblemente importante y la gente debe tener confianza en el cumplimiento de la ley. El director del FBI debe renunciar”, dijo Scott.
En su comunicado, el FBI recordó que el primer dato que tuvo sobre las amenazas de Cruz fue en septiembre pasado, cuando recibió un video de YouTube. En esa publicación, una persona llamada “Nikolas Cruz” decía: “Voy a ser un tirador de escuela profesional”.
Luego, hace poco más de un mes, el 5 de enero, un allegado al asesino se comunicó personalmente con la línea telefónica para denuncias del FBI, la Public Access Line (PAL), y reveló que el joven tenía armas, deseaba realizar una matanza, tenía un comportamiento errático y había colocado mensajes ofensivos en Internet.
“Según los protocolos establecidos, los datos provistos por la persona que llamó deberían haber sido evaluados como una amenaza potencial a la vida. La información entonces debería haber sido enviada a la Oficina de Campo del FBI en Miami, donde se hubieran tomado los pasos de investigación apropiados”, reconoció el comunicado oficial.
Wray dijo ayer que se comprometía a “llegar al fondo de lo que sucedió en este asunto”.
Por su parte, el fiscal general estadounidense, Jeff Sessions, también apuntó en una entrevista que “resulta claro que las señales de alerta existieron y el FBI no las percibió”.
La masacre en la escuela “es una consecuencia trágica” de los fracasos del FBI, dijo Sessions, afirmando que ha quedado claro que la máxima agencia policial del país pasó por alto los indicios de peligrosidad.
Viaje de Trump
En este contexto, el presidente Donald Trump viajó anoche a Florida para reunirse con familiares de las víctimas. “Voy a reunirme con algunas de las personas más valientes del mundo, pero personas cuyas vidas han sido totalmente destruidas”, tuiteó Trump por la mañana.
En tanto, ayer comenzaron los servicios fúnebres para las víctimas. Meadow Pollack, de 18 años, y Alyssa Alhadeff, de 15 años, serán enterradas en el cementerio Garden of Aaron at Star of David en Fort Lauderdale.
Alyssa fue una de las víctimas más jóvenes. Entrevistada por la cadena CNN, su madre reclamó a los gritos a Trump que tome medidas.
Lori Alhadeff personalizó su reclamo al invocar a Barron Trump, de 11 años, el hijo menor del presidente.
“Presidente Trump, Barron va a la escuela. Protejamos a Barron. Y protejamos a todos estos chicos”, dijo, y elevando la voz, añadió: “Usted debe ayudarnos ya. Necesitamos seguridad para todos estos niños. ¡Necesitamos acción, acción, acción!”.
En tanto, mientras los familiares sepultaban a los muertos en la matanza, la tía de Jamie Guttenberg, una de las víctimas de 14 años, escribió una dura carta abierta titulada “Querido Estados Unidos”, en la que rechazó las expresiones de solidaridad de las autoridades.
“Mi familia no quiere sus condolencias y oraciones. Queremos sus acciones”, escribió Abbie Youkilis.
Varios grupos partidarios de adoptar leyes más estrictas sobre armamentos se están organizando también para convertir la furia en acción luego de la matanza.
Everytown for Gun Safety dijo que recibió 800.000 dólares en donaciones no solicitadas para su campaña contra la libre compra de armas.