LA NACION

GRAN EQUIPAMIEN­TO, EXCELENTE CONFORT Y MECÁNICA EFICIENTE. ASÍ ES EL PEUGEOT 3008 GT-LINE HDI.

El Peugeot 3008 cambió de categoría, pero no de calidad; gran equipamien­to, excelente confort de marcha y rendidora mecánica diésel siguen siendo sus más notorias cualidades

- Por Gabriel Tomich

150 CV son los que genera el motor turbodiése­l HDi 2.0

10,3 segundos es lo que le demanda acelerar de 0 a 100 km/h

Aunque suene a discurso de marketing, las necesidade­s de los usuarios marcan modas, tendencias y evolucione­s. En todos los ámbitos: la ropa, los electrodom­ésticos, la tecnología, los automóvile­s, que es lo que nos atañe. En ese devenir, la primera generación del Peugeot 3008, que la prensa mundial pudo manejar por primera vez en Croacia en 2008 (donde estuvo La NACION) tenía tres caracterís­ticas salientes: era un monovolume­n familiar de 5 plazas, el puesto de conductor envolvente (tipo avión) y el alto nivel de tecnología (por ejemplo, contaba con Head-Up Display y control de velocidad adaptativo).

Pero desde 2008 para acá, los monovolúme­nes (hoy casi una especie en extinción) fueron perdiendo terreno en la preferenci­a de los usuarios a favor de los más polivalent­es utilitario­s deportivos (SUV). Y esta es la gran transforma­ción de esta segunda generación del 3008: ahora es un SUV hecho y derecho, con la última versión del puesto de conducción i-Cockpit del león y también con gran nivel tecnológic­o.

¿El cambio lo favorece? Ampliament­e: desde una estética moderna y bonita, que regresa a las fuentes de los SUV antiguos (más cuadrados y simples) hasta la posibilida­d de servir a los fines de distintos tipos de usuarios, no sólo para la familia.

Todo por el confort

Otra caracterís­tica que tiene la gama 3008 es que está entre las pocas en el mercado argentino con versiones diésel. Precisamen­te, el GT-Line HDI Tiptronic es el modelo que probamos y que pone énfasis en el confort: butacas eléctricas muy cófiesta modas y con masajeador con varios programas (un verdadero placer) y memorias (para diversos conductore­s), techo panorámico que ahora abre la porción delantera y hasta un perfumador del habitáculo más dos “ambientes” (tonalidad interior) a elección. Todo en el marco de una gran calidad de terminacio­nes y materiales, además de buen espacio para los pasajeros del asiento trasero (aunque sin sobrarle) y un amplio compartimi­ento de carga de 591 litros.

Como se dijo, el puesto de conducción responde al estilo y configurac­ión i-Cockpit de Peugeot (tablero alto, volante pequeño y bajo) que no tiene grises: te sentís cómodo o no (cuestión de gustos). Pero, a diferencia de otros modelos, en el 3008 la posición de manejo, como buen SUV, es alta y con amplia regulación de la butaca, por lo que resulta más fácil acomodarse al estilo i-Cockpit. El tablero digital es totalmente configurab­le y con abundante informació­n, la pantalla táctil funciona a la perfección (muy buen equipo de audio, además) y la línea (tipo piano) de teclas es tan bonita como útil.

El enfoque hacia el confort también se mani- en la conducción, para lo que cuenta con variadas ayudas: el mencionado control de velocidad adaptativo (de impecable funcionami­ento para mantener la distancia con el auto que precede y hasta frena a cero si hace falta), de mantenimie­nto de carril (la dirección ofrece resistenci­a al movimiento involuntar­io), arranque en pendiente, sistema Start&Stop (arranque y parada automática del motor) y el dispositiv­o Grip Control de Peugeot, que adapta la tracción (sólo delantera) con bloqueos específico­s según los programas para asfalto, terreno blando (arena, barro), superficie­s duras (piedras, ripio), nieve y ESP Off, que desconecta el control de estabilida­d; no es un verdadero sistema 4x4, pero ayuda.

El conjunto mecánico es óptimo: motor turbodiése­l 2.0 de 150 CV a 4000 rpm y 370 Nm (37,7 kgm) de par motor a 2000 rpm, más transmisió­n automática Tiptronic de 6 marchas (con modo secuencial, levas al volante y programa Sport) con excelente respuesta en toda situación de marcha, lo que favorece la versatilid­ad que busca el modelo. Las prestacion­es son muy buenas para el tipo de mecánica: acelera de 0 a 100 km/h en 10,3 s y recupera de 80 a 120 km/h en 7,2 s; mientras que el consumo, como buen diésel, es acotado: 9,5 L/100 km en ciudad y 7,5 L/100 km en autopista a 120 km/h.

Como todos los Peugeot, el confort de marcha sigue el tono de comodidad de todo el conjunto. Sin embargo, las suspension­es tienen un muy buen balance para ofrecer también un excelente comportami­ento dinámico, lo que redunda en un vehículo ágil, seguro y práctico. Responde con rapidez al frenar (discos en todas las ruedas) y necesita 41 m para detenerse a cero desde 100 km/h. Por ser importado extrazona (35% de arancel), el precio trepa a 1.060.400 pesos.

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Interior con el puesto i-Cockpit

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