Suman el negocio de tiempo compartido en los proyectos
Una desarrolladora de Paraguay incorporará el modelo en cuatro de sus emprendimientos para “hacer más con menos dinero”
El éxito de la economía colaborativa logró que se hablara de la figura del “usuario” que reemplaza al “propietario”. Sin embargo, hace más de medio siglo existe otra modalidad que también busca revolucionar el concepto de la propiedad: se trata del tiempo compartido, un régimen en el que, en lugar de que el cliente compre un inmueble en su totalidad, adquiera una “parte” que le dé permiso a disfrutarlo durante un período del año previamente acordado. En línea con esta tendencia, una compañía inmobiliaria en Paraguay revitalizó el fenómeno que fue hit a fines del siglo XX y planea utilizarlo para mejorar la rentabilidad de sus proyectos.
Raíces es una desarrolladora del país vecino a cargo de proyectos residenciales, enfocada principalmente en barrios abiertos para la clase media y también en barrios cerrados y countries para un perfil medio alto y alto. La compañía desea apostar por el tiempo compartido en cuatro de sus countries por tres razones, explica su presidente, Ernesto Figueredo. La primera, por el mayor dinamismo y cantidad de personas que “habitan” los proyectos, que hace que los restaurantes y los servicios de cada proyecto funcionen mejor. La segunda, porque “agrega valor en la percepción del cliente” y por último, porque aumentará la rentabilidad del grupo, aunque asegura que aún no puede estimar en cuánto.
“Estos subproductos hacen que las comunidades sean más sustentables, porque hay más personas para poder pagar las expensas y los costos del condominio”, afirma. Los cuatro countries de Raíces, además, cuentan con un amenity “de moda” tanto en el mundo del real estate como en el de la hotelería: las lagunas cristalinas de la compañía chilena Crystal Lagoons, que tiene más de 600 proyectos en 60 países. Para planificar la creación de la unidad de negocio vacacional dentro de sus desarrollos, Raíces contrató a la consultora tore (tourism oriented Real Estate), perteneciente a la firma RCI, una red de tiempo compartido con presencia global. El primer proyecto que tendrá esta modalidad será un country de 86 hectáreas en Pedro Juan Caballero, una ciudad en la frontera de Paraguay con brasil, que se lanzará en el primer semestre de 2018. “Decidimos comenzar por ese lugar porque tiene un mercado grande, con mucho potencial, que es el brasileño”, sostiene Figueredo. La idea, luego, es extenderlo hacia un desarrollo en Ciudad del Este, cercana a la provincia de Misiones, para atraer a los argentinos.
Figueredo considera que, si bien en Europa y Estados Unidos el tiempo compartido no tiene mucho lugar para crecer, en América latina el caso es distinto y aún queda mucho potencial. Recuerda el caso de Caldas novas, una ciudad en el centro de brasil, a unos 300 kilómetros de la capital. “Hace 10 años explotó el negocio fraccional y el brasileño lo mira como un producto muy atractivo. Hay reglas claras y buenos precios, lo que hace que el sistema funcione bien y esté en auge”, dice. Añade que la moneda sin inflación y el dólar estable de Paraguay reúnen las condiciones para que el negocio crezca también allí.
El presidente de Raíces promete un buen futuro para el tiempo compartido en el mercado inmobiliario residencial y señala cómo cambiará el trabajo del sector con el tiempo: “El desarrollador construye, vende y se va. Antes, el ciclo terminaba con la comercialización, pero nosotros decidimos darle una segunda vuelta de negocios a través del tiempo compartido, lo que nos permitirá una mejor calidad de servicios y hacer más con menos dinero”, resume.
el desarrollador ernesto Figueredo analizó el negocio en caldas novas, una ciudad en el centro de Brasil. “Hace 10 años explotó el negocio fraccional y el brasileño lo considera un producto atractivo”, afirma