Nueva York listo para usar
Esta vez, la semana de la moda tuvo menos desfiles que nunca, varias ausencias y despedidas; aun así, sentó tendencias: colores estridentes, rosas, estampados de animal print y brillantes
Según Catherine Bennet: “la Fashion Week de Nueva York continuará”. La aclaración que hizo desde la firma organizadora IMG al The New York Post no estuvo de más. Se estima que la edición 2018 del evento contó con un 20 por ciento menos de desfiles respecto de 2016. Este año ya no se presentaron Proenza Schouler, Rodarte, Delpozo, Thom Browne y Altuzarra, que decidieron trasladarse a distintas capitales europeas de la moda. Otros se despidieron en esta oportunidad: Victoria Beckham abandonará a partir de ahora Nueva York para regresar a su país de origen: Londres. Alexander Wang anunció que sus próximas presentaciones serán para junio y diciembre, por fuera de las tradicionales semanas de la moda. ¿Las razones? De acuerdo con Stephanie Horton, directora de estrategia de Wang, servirá para reorganizar la estrategia de producción y que el creativo se centre en lanzar más avances de pequeños productos. Con ello se eliminaría la necesidad de producir cuatro colecciones al año, pero además habría más espacio para colaboraciones y asociaciones. Y también hubo recambios dentro de firmas emblemáticas. Carolina Herrera hizo su última presentación como diseñadora de la marca, ahora pasará a un rol de embajadora de la misma. Por su parte, Jason Wu deja de ser director artístico de Hugo Boss.
Sin embargo, no todos fueron adioses. Hubo algunos que decidieron hacer su presentación en la Gran Manzana. Este fue el caso de Bottega Veneta que lanzó su colección por primera vez en esta ciudad con la idea de generar ruido para la apertura de su local de bandera en Madison Avenue. El regreso de Juicy Couture fue otra gran sorpresa, con su desfile en el histórico Hotel Wolcott. Como todos los años, también hubo espacio para los diseñadores emergentes. Esta edición fue el turno de Eckhaus Latta y Matthew Adams Dolan. Sies Marjan, en ya su quinta temporada logró sorprender con una colección femenina de formas lánguidas y su particularidad por el manejo del color.
En cuanto a logística refiere, este año pudo verse una mayor cantidad de desfiles en locaciones chicas e intimas, en oposición a grandes desfiles con mucha parafernalia como sucede en otras ediciones. Este fue el caso de J. Mendel que presentó su colección en la reconocida casa de té francesa Laduree, o de Victoria Beckham que lo hizo en una casa del Upper East Side neoyorquino. The Row por su parte, hizo su presentación en el museo del artista japonés Noguchi.
La moda y la política caminan de la mano desde hace algunas temporadas. Sobre pasarela se vio una diversidad inédita y los movimientos #MeToo y Time’s Up estuvieron muy presentes. Hubo colecciones inspiradas en la mujer trabajadora, como la de Prabal Gurung o Alexander Wang, hasta mensajesen carteras con leyendas de Pussy Power.
Siguiendo con las tendencias, en esta edición reinaron las flores y el romanticismo. Este fue el caso en los desfiles de Tory Burch y Jason Wu. Los años 80 volvieron a mostrar la impronta que generan en la moda, incluso en el año 2018. Tom Ford fue el encargado de expresar esto en un set ubicado en el Park Avenue Armory. Allí propuso una especie de swagger entallada con trajes pantalón de sastre y chaquetas que se adaptaban excepcionalmente al cuerpo. Al mismo tiempo, otra parte del show se rendía al color y al estampado, donde el vibrante turquesa, el fucsia y el naranja intenso impregnaban en plumas que se combinaba con elásticos leggings. En contraste con las cascadas de leopardo o print de serpiente, se esperaban pantalones elásticos lisos, pero él prefirió dotarlos del brillo metalizado del cobre.
La sastrería, se ha vuelto un clásico de la NYFW, dijo presente de una manera más sensual en la colección de Alexander Wang. Pudieron verse hombros al descubierto y blazers oversized. La inspiración masculina se vio reflejada en varias de las pasarelas de la semana. Raf Simons, por su parte, lo tradujo en unos tapados puestos sobre unos vestidos delicados y etéreos, y Coach construyó el look masculino a partir de camperas de sastre y abrigos. Michael Kors mostró una colección ecléctica compuesta por un mix entre estampas florales, animal print, cuadriculados en colores fuertes, resaltando el amarillo entre sus prendas, todo en un mismo look. Mientras que Marc Jacobs hizo a las modelos desfilar con abrigos envolventes y exageradamente grandes que hasta casi cubrían su cara.
Si algo quedó claro es que, en un mercado que evoluciona rápidamente y obliga a las marcas a cambiar sus estrategias, las nuevas ideas marcan el rumbo.