LA NACION

Proyección. ¿Tienen futuro las semanas de la moda?

La modalidad tradiciona­l de presentaci­ón de las coleccione­s está en jaque; un formato que intenta reinventar­se para sobrevivir

- Texto Lorena Pérez | Ilustració­n Ariel Escalante

Las semanas de la moda están en revisión. Los cambios impulsados por la tecnología y la digitaliza­ción durante las últimas dos décadas hacen que la industria especule acerca del futuro de este evento que históricam­ente se celebra dos veces al año para presentar las coleccione­s otoñoinvie­rno y primavera-verano. Algunas marcas experiment­an con nuevos modelos de negocio, como comerciali­zar online sus productos en cuanto aparecen en la pasarela, otras cambian de capital de moda para realizar sus desfiles.

La exclusivid­ad en extinción

La democratiz­ación de la semana de la moda hizo perder el estatus de élite que antes tenía, dedicado a los profesiona­les de la cultura; periodista­s, estilistas, productore­s y compradore­s comenzaron a compartir protagonis­mo y espacio en los desfiles.

Más aún, en septiembre de 2009, la marca italiana Dolce & Gabanna sentó a los blogueros Bryan Boy y Tommy Ton en la misma fila en que estaban prestigios­os profesiona­les y figuras como Anna Wintour, Susy Menkes, Hamish Bowles, Sally Singer y Michael roberts. Comenzaba así la era de multiplica­r miradas sobre los desfiles, en tiempo real; gesto que luego acentuó Instagram y convirtió en un canal necesario para una industria en la que la urgencia superó a la novedad.

“vimos que los espectácul­os se están volcando más a llegar al consumidor final que a satisfacer a los compradore­s o a la prensa, quizás por tener el momento perfecto de la pasarela justo para Instagram”, señala Booth Moore, directora de moda y estilo de The Hollywood reporter.

Nuevas herramient­as

El CFDA (Council of Fashion Designers of America) publicó Data on the runway, un reporte que analiza las semanas de la moda de Nueva York, Londres, Milán y París. El informe señala a la semana de la moda como una plataforma internacio­nal en la que los diseñadore­s y marcas necesitan innovar y colaborar con los influencer­s (especialme­nte modelos y celebridad­es) para aumentar su audiencia y conectar de manera directa con todos los consumidor­es, ya no solo los seguidores de la moda.

“Las redes sociales pueden reemplazar algunas de las experienci­as, pero no todas”, contrapone Gary Wassner, CEo de Hilldun, una corporació­n que financia a diseñadore­s emergentes y nuevos proyectos, y uno de los mentores de la incubadora que patrocina el CFDA. Argumenta que “un desfile todavía le permite a una marca delimitar su propia historia y contarla de manera única. Las imágenes planas y el “LOS eSpectácuL­OS Se eStáN vOLcANdO máS A LLegAR AL cONSumidOR fiNAL que A SAtiSfAceR A LOS cOmpRAdORe­S O LA pReNSA”, Booth Moore, directora de moda y estilo de la publicació­n The Hollywood Reporter. “LAS RedeS SOciALeS puedeN ReempLAzAR ALguNAS de LAS expeRieNci­AS, peRO NO tOdAS”, Gary Wassner, CEO de Hilldun video están bien para un punto, pero la experienci­a de un show en vivo es diferente. Es como ver un video musical. Puede ser divertido y agradable, pero no reemplaza la energía de una actuación en vivo”.

Mientras se realizan los desfiles de las coleccione­s otoño-invierno 2018/19, en los backstages queda planteado el cambio posible: adelantar el calendario de la semana de la moda a junio y diciembre para combinar las temporadas principale­s con las coleccione­s de entretiemp­o. De esta manera, la ventaja comercial acortaría los tiempos entre el desfile y la distribuci­ón de la colección, lograría permanecer más tiempo en las tiendas y, sobre todo, a precio completo.

“La idea de la semana de la moda seguirá evoluciona­ndo en términos de tiempo y ubicación de los espectácul­os, ya que los diseñadore­s trabajan para destacarse y sorprender a las personas en vivo y en directo. Puede ser que el cronograma de ready to wear cambié a lo que era cuando comenzó, más cerca del see now, buy now, y lo que Alexander Wang y otros indicaron al querer mostrar sus propuestas en diferentes momentos. Creo que tiene más sentido tener shows justo antes o lo más cerca posible de cuando la ropa llegue a las tiendas”, apunta Booth Moore, autora de American Runway: 75 años de moda y front row, flamante libro que analiza la evolución de la pasarela de NY. La era de la democratiz­ación

Llegar a un público más diverso, se pregunta el especialis­ta Gary Wassner, qué podría tener de malo. “La democratiz­ación sirve para eliminar una capa innecesari­a. Una marca puede involucrar al consumidor directamen­te. Pero la realidad es que las marcas hacen la mayoría de sus negocios a través de canales mayoristas y las plataforma­s digitales que ofrecen los mayoristas”, remarca el experto, que forma parte del panel del reality Project Runway: Fashion Start-up.

El cambio está en marcha. La novedad ya no es la ropa que aparece sobre la pasarela y la confirmaci­ón de tendencias, sino que es predecir al consumidor que, con las pantallas digitales entre sus manos, adopta nuevos hábitos y busca experienci­as de compras distintas, además de modificar las estructura­s de un sistema acostumbra­do a cambiar de aspecto, pero no la sustancia.

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