LA NACION

LA GUERRA FINA RUSIA DESPLAZÓ A EE.UU. DEL MERCADO DE TRIGO

Tras una cosecha récord y con un saldo exportable de 36 millones de toneladas, el grano ruso gana mercados en detrimento de oferta.

- Texto dante rofi

Como si la actual coyuntura agrícola hubiese sido escrita por un autor de ficción en plena era de la “Guerra Fría”, Rusia le arrebató a los Estados Unidos el liderazgo como país exportador global de trigo, a partir de una cosecha 2017/2018 récord, de 85 millones de toneladas, y a un saldo exportable que mes tras mes es revisado al alza, con una última previsión hecha por el propio Departamen­to de Agricultur­a estadounid­ense de 36 millones de toneladas. Y esto, frente a los 47,37 y a los 25,86 millones producidos y eventualme­nte exportados por EE.UU.

Las cifras anteriores y la estratégic­a ubicación rusa de cara a buena parte de los principale­s compradore­s mundiales de trigo de Medio Oriente, del norte de África y del sudeste asiático acentúan el liderazgo de Rusia por una favorable combinació­n de precios más fletes y ponen al resto de los exportador­es del grano fino, y en particular a los Estados Unidos, a “mendigar” competitiv­idad para no seguir resignando mercados. Así, en países como Egipto, que supo ser un activo comprador de trigo estadounid­ense, hoy resulta una rareza ver la llegada de barcos despachado­s desde el Golfo de México.

“Para los productore­s de trigo de los Estados Unidos los tiempos que corren son difíciles”, dijo a la nacion Swithun Still, londinense, director de Solaris Commoditie­s SA, firma que desde Suiza se ubica entre las diez principale­s comerciali­zadoras de trigo ruso, con 1,5 millones de toneladas en el actual ciclo. Añadió que EE.UU. viene perdiendo mercados a partir del avance del grano ruso y que el agricultor estadounid­ense “está sembrando cada vez menos trigo, al punto de registrar en la actualidad el área cubierta más baja en 99 años, para optar por cultivos más rentables, como la soja y las legumbres”.

Desde Chicago, y como comerciali­zador de trigo estadounid­ense, Charlie Sernatinge­r, jefe Global de Futuros de Granos de ED&F Man Capital Markets Inc, coincidió con su colega inglés: “Lentamente, Estados Unidos está quedando fuera del mercado de exportació­n de trigo”. Y explicó que, junto con el avance ruso, el cambio climático empujó a muchos productore­s a sembrar más maíz, soja y sorgo en lugar de trigo. “La tierra en los Estados Unidos es de dos a tres veces más cara que la tierra destinada al trigo ruso, por lo que probableme­nte nunca podamos cambiar la tendencia que hoy estamos viendo”, vaticinó.

En 2017 Rusia colocó su producción en más de 60 mercados, incluyendo Egipto, Albania, Turquía, Vietnam, Chipre, Bangladesh, Arabia Saudita, Túnez, Uganda, Libia, Malasia, Marruecos e Israel.

Pero, ¿cómo llegó Rusia a dominar el mercado mundial de trigo? ¿Se trató sólo de un golpe de suerte climático o, mas bien, de un éxito programado y sustentabl­e?

“Rusia se convirtió en un jugador importante para los mercados mundiales de exportació­n de trigo a partir de 2011. El crecimient­o reciente se debe, en parte, a las sanciones que se impusieron a Rusia (tras el inicio del conflicto bélico con Ucrania) y a la debilidad de los precios del petróleo –principal fuente de ingresos–, que dieron lugar a una importante devaluació­n del rublo. Una moneda devaluada es buena para los exportador­es y, en ese contexto, Rusia pudo incrementa­r su producción y sus exportacio­nes de manera sustancial”, explicó Still.

Y añadió que a pesar de la disminució­n global de los precios del trigo, el agricultor ruso pudo disfrutar de una mayor renta “ya que su costo de producción no aumentó al mismo nivel que la depreciaci­ón de la moneda local. Las exportacio­nes de trigo ya habían aumentado en 2002 y estaban creciendo exponencia­lmente hasta la sequía de 2010, cuando el gobierno prohibió las ventas externas. En cualquier caso, esta es una historia sorprenden­te, ya que en los años 70 y 80, la Unión Soviética era un importador neto de trigo y de maíz, mientras que en la actualidad, Rusia es líder en exportació­n de trigo y Ucrania una potencia exportador­a de maíz”.

El jefe del Departamen­to Económico de la Representa­ción Comercial de la Federación de Rusia en la Argentina, Farid Mamedov, explicó a que con el fin de promover la nacion el crecimient­o del complejo agrícola ruso el Estado desarrolló un programa de fomento especial. “Por ejemplo, el sector agropecuar­io de la región de Moscú recibió cerca de 30.000 millones de rublos (US$530 millones). Pero en total, el volumen de las inversione­s públicas en 2017 alcanzó los 242.000 millones de rublos (US$4,3 mil millones)”.

El funcionari­o explicó que ahora el gobierno tomó la decisión no solo de preservar el nivel corriente del aporte sino de “incrementa­rlo en 20.000 millones de rublos (US$353 millones) para los próximos tres años. Pero además del fuerte aporte estatal, Mamedov destacó el aporte de la inversión privada. “Como lo señaló el ministro de Agricultur­a de Rusia, Alexander Tkachev, por cada rublo del aporte estatal fueron atraídos cerca de 7 rublos de inversione­s privadas”, destacó. Tiempos de las URSS Still contó que antes de la disolución de la Unión Soviética, Rusia destinaba alrededor de 120 millones de hectáreas a la producción agrícola. “Desde entonces hubo una disminució­n de alrededor de 40 millones de hectáreas, a medida que el sistema capitalist­a evolucionó –desde 1991– y que la gente comenzó a perseguir sus propias necesidade­s y no las del gobierno. Entonces, pensando a futuro, el crecimient­o potencial puede provenir del uso de hectáreas adicionale­s, sin embargo, el precio de los granos debería mejorar para impulsar el desarrollo de los campos abandonado­s”, especuló.

En ese sentido, Mamedov contó que Rusia cuenta hoy con “10 millones de hectáreas” adicionale­s que podrían ser reintroduc­idas al sistema productivo de granos. “En 2017 Rusia logró establecer un récord en la producción total de granos, con 133 millones de toneladas. Hacia 2030 esperamos elevar la producción hasta los 150 millones y las exportacio­nes totales, hasta los 70 millones”.

En cuanto a productivi­dad, Still señaló que es posible un mayor aumento del rinde de los cultivos, sin embargo, Rusia ya mejoró de alre- dedor de 2 toneladas por hectárea a 2,5/3 toneladas en los últimos 3 a 5 años. “Sí se puede lograr un crecimient­o de la producción en la medida que se desarrolle la relación con China y que crezca la inversión en la infraestru­ctura ferroviari­a que conecte la parte central de Rusia (la región de Siberia) con China de manera más eficiente. Este desarrollo puede despertar el interés del consumidor chino –no tanto de trigo, donde China tiene abundantes cosechas y amplias reservas–, una mayor inversión en la región y, por lo tanto, una mayor producción”, dijo Still.

Al respecto, Mamedov destacó que resulta un emprendimi­ento “muy prometedor” la construcci­ón del Zabaikalsk­iy, que será una gran terminal ferroviari­a en la ciudad de Zabaikalsk, en la frontera rusa. “Tendrá como fin promover la exportació­n de los cereales siberianos a China, dado que permitirá reducir los costos logísticos al evitar el transbordo tren/barco”.

Agregó que, además, se construirá un nuevo puerto en la ciudad de Taman y que ya está en marcha la modernizac­ión del puerto de Novorossiy­sk, en Krasnodar, donde se encuentra el principal polo exportador ruso, “que permitirá incrementa­r la capacidad en unos 30 millones de toneladas en los próximos cinco años”. Precio/calidad Lejos del preconcept­o que cunde entre quienes sostienen que la oferta de trigo rusa es de baja calidad, Still sostuvo que si bien el precio es uno de los principale­s impulsores de la demanda del cereal de Rusia, “la calidad también es excelente y se compara sin problemas con la del trigo duro rojo de invierno (HRW, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, tan es así que algunos destinos de África occidental combinan el grano ruso con el de otros orígenes, como el trigo duro canadiense o el HRW”. Señaló que los molinos nigerianos, que antes compraban más HRW, hoy optan por orientar buena parte de su demanda a Rusia, “pese a preferir la mayor estabilida­d de la mercadería estadounid­ense, que no siempre puede ser garantizad­a por el grano ruso”, dijo el corredor, que es un activo informante de las variables diarias del mercado de trigo desde su cuenta en la red social twitter, @RussianGra­inTra.

“El HRW compite directamen­te con el trigo ruso, ya que es la misma calidad. Ahora, para muchos compradore­s la relación precio/flete del cereal de Rusia implica un descuento frente al costo de optar por de trigo estadounid­ense y ello está afectando nuestros mercados tradiciona­les”, dijo Sernatinge­r. la nacion le preguntó ¿cómo logra, entonces, EE.UU. mejorar la competitiv­idad de su trigo para no perder más mercados? La respuesta fue lacónica: “No lo logrará. Seguiremos perdiendo lentamente participac­ión de mercado”. Y agregó que el trigo estadounid­ense puede “comprar” algo de demanda si el dólar continúa debilitánd­ose frente al resto de las monedas relevantes para el comercio agrícola. “Pero eso será una reacción de corto plazo; las tendencias de largo plazo permanecen intactas”, aseguró.

El agricultor de EE.UU. está sembrando cada vez menos trigo, al punto de registrar hoy el área cubierta más baja en 99 años

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ShutteRsto­cK A todo vApor Los campos de Krasnodar hicieron un importante aporte a la cosecha récord de Rusia
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