LA NACION

Monitoreo e insectos benéficos,

- por Esteban Bilbao

Soy asesor de Agroestudi­o Viento Sur SRL, socio de la Regional Aapresid de Necochea y de Aappce. En la campaña en curso, en nuestra zona los cultivos de girasol y soja suman el 45% de la superficie agrícola (30% y 15%, respectiva­mente), siendo el resto de la superficie sembrada con maíz, trigo y cebada (20, 26 y 9%, respectiva­mente). En girasol y soja, la plaga fitófaga más importante suele ser la isoca medidora (Rachiplusi­a nu), que causa un daño indirecto en el rendimient­o por defoliació­n de la planta. La herramient­a más importante para el manejo de la isoca es el conocimien­to, esto es de la biología de los cultivos, de la plaga, de las condicione­s ambientale­s, los umbrales de acción, del estado del cultivo y de la presencia y evolución de las poblacione­s de la plaga y de sus controlado­res biológicos, y de las herramient­as para su control, culturales y químicas. Una vez que ya estamos en la cancha jugando el partido, con un cultivo establecid­o, el monitoreo se vuelve imprescind­ible para la mejor toma de decisiones. Un monitoreo preciso y periódico que nos permita ir viendo la película del cultivo (no una foto puntual), de la dinámica poblaciona­l de la plaga, del daño que está causando y de los benéficos presentes para ponerle números a todo esto y seguir su evolución. Es muy importante esto último, no podemos dejar de ponerle número también a los benéficos, entre los cuales solemos encontrar parasitoid­es (Cotesia bourquini, Casinaria plusiae, Copidosoma floridanum, etcétera),

entomopató­genos (Nomuraea

rileyi, virus, bacterias, etcétera) y predadores (arañas, crisopa, Orius insidiosus, Geocoris sp, Nabis sp, Podisus nigrispinu­s, vaquitas, etc.).

En los protocolos de monitoreo de Aappce se ha incorporad­o una escala de anotación de insectos benéficos en los cuales de 0 a 3 indicaría que los benéficos presentes se encuentran en poblacione­s de baja importanci­a, de 3 a 6 poblacione­s que podrían contener un ataque leve y de 6 a 10 que las poblacione­s presentes estarían cumpliendo un papel importante en el control de la plaga. En muchas ocasiones hemos podido evaluar y analizar la importanci­a de los benéficos al ver cómo va conteniend­o ataques leves de isoca medidora.

En otros casos hemos podido ver como el uso de insecticid­as no selectivos para el control de otras plagas (tucuras, trips) en etapas tempranas de los cultivos generan una situación favorable para el desarrollo de medidora y hemos tenido que realizar una aplicación más de insecticid­a ese ciclo, lo cual se puede asociar a que se haya afectado a la población de insectos benéficos. Todo esto lleva a la importanci­a de, llegado el caso de la necesidad de un control químico, selecciona­r los insecticid­as específico­s para la plaga a controlar, en el momento adecuado y con una buena calidad de aplicación. Siempre tomar las decisiones basadas en el conocimien­to y la informació­n de los monitoreos. En nuestra zona, en promedio debemos realizar controles químicos de medidora una vez cada diez años en el cultivo de girasol, y una aplicación por año en soja, pero en este cultivo con una variabilid­ad de 0,7 aplicacion­es por hectárea por año a 1,5 aplicacion­es.

Hagamos apología del monitoreo, apostando a la protección profesiona­l de nuestros cultivos, del ambiente y de nuestra sociedad.

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Archivo El conocimien­to sobre la base del manejo de plagas es clave para los cultivos
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