Todos tienen que patear para el mismo lado
Apocos días del inicio de marzo, el sector espera con cautela el arranque del año tras un enero en el que las operaciones se dilataron por razones estacionales y por el incremento del dólar. En este contexto algunos jugadores comenzaron a dudar sobre el escenario de un horizonte soleado para 2018. “En 2017, el canal de intermediación inmobiliaria facturó como no lo hacía desde hace al menos ocho años. Hay que seguir confiando”, afirma José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, y expone como prueba los ya conocidos números. En la Capital Federal, las operaciones crecieron 41 por ciento traccionadas por las hipotecas que aumentaron 160 por ciento. El especialista reclama la necesidad del compromiso de todas las partes de la industria para que el ritmo de ventas se mantenga. “Hay iniciativas para evitar que se caigan las transacciones: por qué no se cierran las operaciones contemplando un tipo de cambio a futuro o en UVA; o se tasan las propiedades en esa unidad o en pesos. Hay que encontrar variables”, explica Rozados, que aclara que el comprador también debe ser consciente que en el contexto actual cuando se seña un inmueble tasado en dólares se está asumiendo un riesgo de cambio. La clave parecería estar en dejar de mirar los temas coyunturales que afectan el corto plazo para poner el foco en la sustentabilidad de la industria del ladrillo en el largo plazo tomando cada parte – Gobierno, desarrolladores, inmobiliarias, compradores y hasta los vendedores–, la responsabilidad que le compete desde su rol. Con el chip de “sálvese quien pueda”, no habrá medidas, ni iniciativas que alcancen para lograr el despegue de esta ni de ninguna industria. “Todos tenemos que patear para el mismo lado”, concluye Rozados.