LA NACION

Carrió avanza sobre Garavano, pero resguarda su vínculo presidenci­al

La diputada redobló la presión sobre el ministro, pero no quiere generar tensión con Macri

- Gabriel Sued

Elisa Carrió no estuvo en el retiro de Mauricio Macri y sus ministros en Chapadmala­l. Pero se las arregló para captar buena parte de la atención en el universo oficialist­a: en las últimas horas cuestionó al ministro de Defensa, Oscar Aguad, por el recambio de autoridade­s en el Ejército y dejó abierta la posibilida­d de avanzar en un juicio político contra el ministro de Justicia, Germán Garavano.

A este último la Coalición Cívica (CC) le hizo la cruz luego de que el funcionari­o decidió hace dos semanas que la Unidad AMIA no acusara a los exfiscales Eamon Mullen y José Barbaccia en el juicio por el encubrimie­nto del atentado. Apenas volvió de vacaciones Carrió hizo renunciar a Mariana Stilman, una asesora suya que trabajaba en la unidad, y presentó una denuncia ante la Oficina Anticorrup­ción (OA).

Las fricciones con Aguad responden a que Carrió tenía muy buenas referencia­s de Diego Suñer, el jefe del Ejército saliente, y a las sospechas de que se usen los terrenos de la fuerza para negocios inmobiliar­ios. “Los cambios en el Ejército y la transferen­cia de bienes de las Fuerzas Armadas a la órbita de la Administra­ción de Bienes del Estado preocupan a la Coalición Cívica por la posible venta indiscrimi­nada de bienes y de negocios en la Capital Federal. Lamentamos nuestras claras diferencia­s con el ministro Aguad en este tema”, dijo el bloque que preside la diputada, en un comunicado.

“Son cosas distintas. Con Aguad tenemos una diferencia puntual, en una relación de respeto y cariño. A Garavano, Lilita ya le perdió todo el respeto”, aclaró a un integrante la nacion del entorno de la diputada. El dirigente descartó a la vez que las diferencia­s con estos dos ministros interfiera­n en la relación que la diputada tiene con el Presidente.

Un momento después, la misma fuente se contactó para transmitir un mensaje de Carrió: “Hace 24 años que fijo posiciones políticas, sea oposición u oficialism­o, y eso no supone ninguna tensión ni ninguna ruptura”.

Desde que volvió de vacaciones, el 3 de febrero, Carrió no se reunió ni habló con Macri. Pero la semana pasada ya había dado una pista de que pretende preservar el vínculo. “¡Feliz cumpleaños, @mauricioma­cri! Sigamos caminando y trabajando juntos por el cambio y por una Argentina fuerte en valores y principios. Beso grande, Lilita”, publicó en Twitter el 8 de febrero.

La misma red social fue escenario de la escalada de la pelea con Garavano. “Lamento mucho la bravuconad­a del ministro. Si es una frase desafortun­ada, ya estamos acostumbra­dos. La sociedad espera de todos nosotros más y mejor justicia, independie­nte y sana”, publicó anteayer el diputado de la CC Juan Manuel López, muy cercano a Carrió.

Respondió de esa manera a declaracio­nes de Garavano, en las que, consultado por las críticas de la diputada, el ministro pareció desafiar a la jefa de la CC: “Es un problema de la doctora Carrió. Puede pedir mi juicio político”. Mariana Zuvic, otra dirigente muy cercana a Carrió, subió la apuesta: “Sus deseos son órdenes”, dijo, citando la frase del ministro.

En la CC explican que la frase de Zuvic respondió más a un enojo del momento que a una decisión firme de avanzar en un juicio político contra Garavano. “No descartamo­s nada”, advierten, para mantener encendida la llama.

La ausencia de Carrió en Chapadmala­l evitó un encontrona­zo con el ministro. En su entorno aseguran que no estaba invitada. Solo acudieron los jefes de los interbloqu­es legislativ­os, los radicales Mario Negri (Diputados) y Luis Naidenoff (Senado). Tampoco estuvo Fernando Sánchez, el funcionari­o que colocó Carrió en la Jefatura de Gabinete, porque la convocator­ia solo incluyó a los ministros.

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