Ricardo Merlo. “Puede llevar meses formar un gobierno”
El diputado y candidato a senador ítalo-argentino considera que son los comicios más difíciles desde que se creó la República
El ítalo-argentino Ricardo Merlo, diputado en el Parlamento italiano desde 2006 y fundador del Movimiento Asociativo de Italianos en el Exterior (MAIE), aspira esta vez a lograr una banca en el Senado por esa agrupación independiente, y no descarta reclamar luego un cargo en el Poder Ejecutivo, cuando en las negociaciones para la formación de gobierno, los partidos grandes le pidan su voto de confianza. “Aspiramos a estar en la cancillería o en alguna secretaría de Estado que nos permita reestructurar toda la organización consular”, dijo Merlo a la nacion.
Nacido en Buenos Aires en fecha patria, un 25 de mayo de 1962, este cientista político de la Universidad del Salvador que obtuvo la nacionalidad italiana por vía de su padre nacido en el Véneto, se define como “ítalo-argentino”, y hoy reparte la mitad de su tiempo entre su despacho de Roma y otro tanto viajando por la Argentina y los países de América del Sur a los que representa.
–¿Cómo solucionar la crisis de los consulados, el principal tema que preocupa a los italianos en el exterior? Es prácticamente imposible obtener un turno para hacer cualquier gestión y todo demora años.
–Hace diez años el gobierno empezó una serie de recortes que incluyó el despido de personal en el exterior e incluso el cierre de algunos consulados, como el de Montevideo, donde viven 130.000 italianos. Realmente algo increíble. Hoy día para obtener un turno vía Internet prácticamente hay que ser un hacker. Pero nosotros estimamos que con 97 millones de euros por año, que representa el 0,0019% del gasto público, se podría resolver el tema de la atención consular en todo el mundo y llevarlo al estándar de un país desarrollado. Es entonces una cuestión de voluntad política, no un tema presupuestario.
–¿Y cómo lograrlo?
–Como legisladores ya presentamos varios proyectos, pero, hay que decir la verdad, fueron cajoneados. Por eso ahora aspiramos a tener un cargo político para poder gestionar desde ahí los cambios que reclaman millones de italianos en el exterior.
–Yendo a la situación electoral peninsular. ¿A qué atribuye que la alianza de centroderecha que encabeza Silvio Berlusconi, que fue expulsado del Senado por corrupción y ya no puede ocupar cargos políticos, sea hoy, según las encuestas, la agrupación con más apoyo?
–En realidad el partido de Berlusconi en sí no tiene tanto respaldo. Pero el sistema político italiano hace que una agrupación relativamente chica, que por sí sola tiene el 15% de los votos, pueda tener un peso desproporcionado en las elecciones. Si damos vuelta la encuesta yo podría decir que hay un 85% de los italianos que no quiere a Berlusconi .
–Y si logra la banca de senador, cuando llegue el momento de dar su voto de confianza para formar gobierno, ¿por quién votará usted?
–Vamos a elegir al que mejor nos garantice que se cumpla la agenda de reclamos de los italianos que viven en el exterior. La verdad es que desde que estoy en el Parlamento, en relación con la agenda de los italianos fuera de la península, es lo mismo derecha o izquierda… uno peor que otro.
–Pero ¿estaría dispuesto a dar su voto, por ejemplo, a los xenófobos de la Liga o a los antisistema de 5 Estrellas?
–No creo. Me siento más cómodo con alguien moderado. Pero también puede suceder que los extremos lleguen a un consenso para la aplicación de políticas más moderadas. Si llega a salir primera la centroderecha, como no van a contar con la mayoría absoluta, van a tener que proponer como candidato a primer ministro a alguien que pueda votar la mayoría. No hay que olvidar que estas son las elecciones más difíciles desde que se creó la República. Así que yo creo que no va a ganar nadie. Y es muy probable que tardemos meses en formar gobierno. Aquí la clave va a ser la habilidad del presidente Sergio Mattarella para la negociación. Yo tengo mucha confianza en él.