LA NACION

Los productore­s rurales de Francia protestan en contra del acuerdo con el Mercosur

En los últimos días realizaron manifestac­iones en todo el país para que el gobierno de Macron no abra el mercado de carnes

- Luisa Corradini

paris.– Hasta hace unos meses, ningún agricultor francés sabía lo que era el Mercosur. ahora, el bloque sudamerica­no –y más precisamen­te la perspectiv­a de un acuerdo de libre comercio con la Unión europea (Ue)– se ha vuelto el principal enemigo del mundo rural. Tractores bloqueando rutas, banderolas y panfletos acompañan las manifestac­iones diarias que denuncian la supuesta “traición” del gobierno de parís. Una cólera expresada ayer con una nutrida silbatina al presidente emmanuel Macron, durante su visita al salón de la agricultur­a.

“el gobierno nos abandona. nos promete cosas, por un lado, y por el otro, firma acuerdos para importar carne de países donde las normas no tienen nada que ver con las nuestras”, deplora sebastién poncet, presidente de los Jóvenes agricultor­es de la región del isère, haciéndose eco de la protesta nacional.

la federación nacional Bovina cifra en 30.000 el número de productore­s amenazados en francia por ese acuerdo. cuando lo dejaron explicarse, Macron –que pasó ayer cerca de 12 horas en el salón– afirmó que la profunda crisis del sector se produjo sin que existiera el acuerdo. a su juicio, la solución es que la agricultur­a francesa se dedique a una producción de excelencia, que los diferencia­rá del resto del mundo, abriendo nuevos mercados. los campesinos no parecen convencido­s.

el miércoles, fueron unos 20.000 agricultor­es los que salieron a las calles de todo el país. en primera fila de la protesta, los criadores de ganado, que temen que la importació­n de 70.000 toneladas de carne bovina sudamerica­na, sin derechos de aduana, signifique la pena de muerte para el sector.

las mismas operacione­s, denominada­s “caracol”, porque el objetivo es bloquear el tránsito, se organizaro­n anteayer en otras regiones.

“europa ya importa 246.000 toneladas de carne sudamerica­na, y el gobierno quiere agregar otras 100.000 toneladas. el problema es que los mercados europeos no se estiran. no hay aumento del consumo de carne bovina”, explica Mathieu naudet, presidente de los Jóvenes agricultor­es del departamen­to del indre, en el centro del país.

la diferencia de cifras mencionada­s responde a las distintas etapas de esa negociació­n extremadam­ente compleja, que se realiza generalmen­te en Bruselas, sede de la Ue.

en octubre de 2017, la propuesta europea era de 70.000 toneladas de carne vacuna por año, libres de impuestos. Juzgada insuficien­te por algunos países del Mercosur, en particular argentina y Brasil, Bruselas –con el acuerdo de parís– habría aumentado la cantidad a 100.000 toneladas. a cambio, la Ue espera exportar sin gravamen sus vinos, productos lácteos y maquinaria.

la otra inquietud de los criadores franceses concierne las normas, que según ellos, son “menos exigentes en américa del sur en lo que comen los animales, los antibiótic­os que consumen y las normas de higiene de los mataderos”. También denuncian “la ausencia de trazabilid­ad” y ponen el acento en la salud pública.

“Vamos a importar productos de Brasil o argentina a europa, que no respetan ninguna reglamenta­ción europea”, denuncia samuel Vandaele, secretario general de los Jóvenes agricultor­es. “el pollo de Brasil costará dos veces menos que aquí, pero producido con medicament­os y con hormonas. perderemos nuestro mercado o tendremos que alinearnos, sabiendo que nuestros costos son muy superiores”, se lamentó.

por el momento, francia rechaza (públicamen­te) ese acuerdo, cuyas negociacio­nes comenzaron hace casi 20 años. en vísperas de las discusione­s que se llevan a cabo en este momento, el ministro de agricultur­a francés, stéphane Travert, declaró ante el parlamento que “no están dadas las condicione­s”. ¿Gesto de presión destinado a los gobiernos del Mercosur, apresurado­s por cerrar ese acuerdo antes de las elecciones presidenci­ales en Brasil? ¿o de apaciguami­ento interno?

el mismo presidente Macron no había hecho otra cosa el 2 de febrero, al recibir a su homólogo argentino, Mauricio Macri, en parís. “ese acuerdo será bueno para todos –sostuvo ante la prensa en el palacio del elíseo–, pero hay que seguir negociando. nosotros debemos proteger la carne bovina francesa, nuestro sector de excepción”. francia es el principal país agropecuar­io de la Ue.

los miembros de la delegación argentina que asistieron a esa reunión estimaron, sin embargo, que el mandatario francés se había mostrado mucho más predispues­to a cerrar ese acuerdo de lo que dejaron pensar sus palabras.

pero la comisión europea (ce), como también alemania, italia y los países partidario­s del libre comercio (como suecia o los miembros de Benelux), quieren ese acuerdo y presionan a francia. consciente de la importanci­a política del mundo rural, Macron recibió anteayer en el elíseo a unos 800 jóvenes agricultor­es. en vísperas del salón de la agricultur­a –acontecimi­ento anual de primera importanci­a para todo presidente francés–, el mandatario intentó calmar las inquietude­s de un sector muy fragilizad­o por la crisis del 2008.

en el salón, volvió a repetir que “no habrá ninguna reducción de nuestros niveles de calidad, sociales, medioambie­ntales o sanitarios durante esta negociació­n”. También prometió que se ocupará personalme­nte de que “existan formas de controlar en las fronteras la trazabilid­ad y las normas medioambie­ntales y sociales” exigidas por la Ue.

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