Con la atención puesta en balances y expectativas
En los últimos días bajó la adrenalina entre los inversores; se recomienda ahora evaluar los escenarios posibles para repensar estrategias para las carteras
En una semana en la que hubo baja de tasas y suba del dólar, se redujo la adrenalina entre los inversores; qué sigue en las próximas jornadas
Terminó una semana que les permitió a los inversores bajar la adrenalina que mantenían luego de un enero y una mitad de febrero de alta intensidad. ahora bien, esto no implica que haya que olvidarse de lo que pasó. Todo lo contrario. la situación debe obligar a volver a evaluar algunos escenarios y, por qué no, a repensar algunas estrategias en función a un análisis quizás más profundo y diferenciado según el perfil de cada inversor. Sopesar riesgos dentro de las carteras es una recomendación válida en una coyuntura en la cual, insistimos, el piso de volatilidad podrá ser mayor que en los últimos años.
Esto no significa que se modifique, al menos por ahora, la tendencia de fondo del mercado. aunque los movimientos ocurridos causaron sorpresa, la realidad es que se esperaba un año en principio más complejo. Era prácticamente unánime la idea de que repetir rentabilidades (locales o externas) como las de 2017 era algo impensable. Por algo se insistió en la necesidad de una administración más activa de las posiciones del inversor. Surgen mayores riesgos en un escenario de valuaciones muy altas, solo parcialmente justificadas por los fundamentals y sostenidas por fuertes expectativas.
En las ocho semanas que ya pasaron de este año pueden distinguirse cuatro etapas . En las primeras cuatro, bajo un optimismo quizás exagerado, solo se habló de los récords sucesivos logrados por un mercado que prácticamente no se inmutaba por nada (y que en un mes dejó las ganancias que se descontaban casi para todo el año, además de muchas señales de advertencia ). En las siguientes dos semanas sobre vino una corrección –movimiento esperado y validado por excusas variadas– y el mercado encontró mínimos generalizados el 9 de este mes.
luego llegó el fuerte rebote que en pocos días llevó a recortar más de la mitad de la caída. En la última semana de este período hubo un movimiento más bien lateral: la volatilidad volvió a ceder, pero las señales que hubo llevan a pensar que no volverán los valores máximos vistos antes.
De hecho, se debe diferenciar una vez más entre tendencia de fondo y de corto plazo. la primera se mantiene positiva (y por momentos, discutida), y la segunda aún está pendiente de definir. Una lateralización podría ser una salida exitosa en esta coyuntura. Es lo que lleva a prestar especial atención a las próximas, en las que confluirán varios temas externos y locales que podrán impactar en mayor o menor medida sobre la sensibilidad de los precios.
En el plano externo se destacan varios temas en la agenda económica, como la revisión del PBi de Estados Unidos y nuevos indicadores de inflación. aunque quizás los análisis más relevantes de muy corto plazo, y dada la coyuntura actual, se los llevará el testimonio de medio año del nuevo presidente de la FED, Jerome Powell, en el congreso de su país. lógicamente se intentará interpretar qué tan agresiva será la política monetaria bajo su mandato, buscando al menos saber si la entidad se encamina a tres (como venía proyectándose) o a más subas este año, con la excusa de las mayores presiones inflacionarias. Tanto lo que diga Powell, o en su defecto no diga, será un dato para el mercado. No se descarta incluso que pueda mantenerse en una especie de wait and see en las cotizaciones hasta su discurso, a mitad de semana.
otro factor probable de volatilidad tiene que ver con que será finalmente una semana definitoria para la continuidad de Merkel en alemania y el tiempo previo a las elecciones en italia. Por ahora, el mercado apunta a un resultado en ambos casos a su favor.
En lo local se destacan tres puntos. El primero, la llegada del último tramo de los balances, algo que podrá ejercer cierta selectividad sobre las acciones. El segundo, una agenda económica con datos de actividad, que podrán reflejar si es real la desaceleración en la actividad de la que se habla.
El tercer punto está referido al Banco central. Por un lado, habrá una nueva reunión del comité de Política Monetaria. Si uno se guía por la evolución de las presiones inflacionarias (o incluso por el comportamiento del dólar, aunque es claro que no es un objetivo directo), la entidad no debería volver a ajustar a la baja la tasa de referencia. Pero no puede descartarse que lo haga, aunque sea levemente. De ser así, es de esperar una mayor volatilidad en los principales activos financieros.
Por otro lado, se conocerá el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el BcRa. los datos permitirán analizar el movimiento en las proyecciones, en particular, sobre el tipo de cambio y las tasas. ambas variables determinan las estrategias de carry trade, que no deberían descartarse. Por el contrario, aunque los tiempos de entrada y salida puedan ser más complejos de estimar, son estrategias con valor a mediano y largo plazo.