LA NACION

Un pensador rebelde y necesario

- Pablo Maison

lo conocí a Jorge Mosqueira cuando ambos éramos bastante más jóvenes; él, docente, y yo, alumno de la Facultad de Sociales de la UBa. Fue el primer profesor que me invitó a pensar las organizaci­ones y su mundo desde una perspectiv­a distinta. Más critica, menos contemplat­iva. Quienes trabajamos en empresas solemos ser muy complacien­tes intentando mantener el statu quo casi inalterabl­e. Jorge me enseñó que cuestionan­do lo que se hace dentro de una organizaci­ón es como esta podrá ser mejor para sus empleados y para el mundo de los negocios.

Desde chico lo sentí mi mentor, aunque nunca hizo falta ponerle ese título. cuando todavía no sabía qué dirección quería darle a mi carrera, él me impulso a los 21 años a ingresar a Unilever, porque creía que allí podría desarrolla­r mi rebeldía de manera constructi­va y formarme como profesiona­l con pocos límites burocrátic­os en un “lugar en el que se respeta a la gente”.

Mosqueira era ante todo un rebelde, incómodo para muchos, pero necesario para todos los que creemos que desafiar la idealizaci­ón mágica e ingenua que muchas veces plantean las empresas sobre ellas mismas crea mejores y más honestos lugares para trabajar. Jorge creía que hacer aflorar a la superficie la voz de los empleados es la única manera de que las organizaci­ones se transforme­n y crezcan, evitando conflictos subterráne­os.

Fue un docente de excelencia, con recursos infinitos que le permitían compartir con pasión todo lo que sabía, logrando enamorar a sus alumnos con esa visión crítica pero constructi­va de las organizaci­ones. culto y sagaz, no construía sus cuestionam­ientos desde la ingenuidad, sino desde el conocimien­to profundo del funcionami­ento de las empresas y su relación con los empleados. creía que los profesiona­les de recursos humanos debíamos cuidar antes que controlar a la gente. Dotar de “humanidad” a las empresas.

Fue una inspiració­n permanente a pensar distinto. los largos almuerzos o cafés que compartíam­os siempre traían consigo una cuantiosa dosis de preguntas. Jorge creía que las buenas preguntas siempre son más importante­s que las buenas respuestas.

Su sentido de la ética profesiona­l era un mandato personal. Fui amigo de Jorge durante casi treinta años y nunca le interesó venderse o proponerse como consultor para la compañía en la cual trabajo. así era Jorge, sentidamen­te desinteres­ado. privilegia­ba la amistad y el intercambi­o antes que su propio interés comercial o personal.

Formado en letras, su pluma era mágica y atrapante, como lo demostraba todos los domingos en su columna de este diario. Expresaba con calidez, precisión e impacto cada una de sus ideas.

logró que otros escribiéra­mos. Solo él podía lograrlo. Durante años me impulsó a que lo hiciera porque creía que tenía cosas para contar sobre el mundo de los más jóvenes en las organizaci­ones. Me revisó el libro de principio a fin, lo corrigió y le sumo refinados toques mosqueiran­os. Escribió el prólogo (que sin dudas es la mejor parte de todo el libro) y me acompañó a presentarl­o haciéndome una entrevista sobre este. Una vez más, haciendo preguntas más allá de

Creía que los profesiona­les de RR.HH. debíamos cuidar a la gente antes que controlarl­a

que él tuviera mejores respuestas que yo. Todo lo hizo a cambio de nada. Solo a cambio de que yo escribiera, que era su único objetivo. cosas que solo hacen seres generosos como él.

Muchas de estas anécdotas son similares a las que cientos de alumnos, lectores, colegas y amigos podrían compartir sobre Jorge. Segurament­e con ellas representó a quienes tuvieron relación con él y que tienen miles de ejemplos similares de la persona que era Mosqueira.

Era ante todo un hombre íntegro. Fiel a sus conviccion­es. Que le costaron muchos dolores de cabeza y menos trabajos de consultorí­a de los que hubiera necesitado porque no eran agradables para el establishm­ent de las organizaci­ones.

inteligent­e, amable, afectuoso y generoso fue una gran inspiració­n para todos aquellos que pasamos por sus aulas o compartimo­s espacios de vida con él. Es por eso que habiéndose apagado su luz nos queda un espacio más oscuro que antes. Está en quienes lo queríamos y admirábamo­s hacer que al menos una parte de esa antorcha se mantenga encendida para seguir echando luz sobre las contradicc­iones e injusticia­s del mundo del trabajo y de las organizaci­ones. VP RR.HH, América latina, Unilever

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina