LA NACION

Invertir sin perder la calma en tiempos de turbulenci­as

Los mercados se ven impactados por la volatilida­d; cinco consejos para evitar que se descarrile­n los planes de los inversores

- Paul Sullivan Traducción de Gabriel Zadunaisky

NUEVA YORK.– Los mercados se vieron sacudidos por turbulenci­as en las últimas semanas, algo que no se había experiment­ado en unos cuantos años.

Según Adam Taback, subjefe de Inversione­s del Wells Fargo Private Bank, la elevada volatilida­d fue el resultado de que la expansión económica en Estados Unidos está en un punto muy avanzado. “Puede ser que el tiempo de este ciclo se alargue –dice–. Pero los inversores son más consciente­s de que los mercados de valores tienen más riesgo; están contentos de tener carteras diversific­adas, pero les preocupa saber en qué punto del ciclo económico estamos”.

Algunos aportan una visión con más historia. Jack Ablin, socio fundador y jefe de inversione­s de Cresset Wealth Advisors, dice que la volatilida­d suele darse por tres razones: una corrección técnica, en la que las acciones hacen una pausa, pero siguen en ascenso porque los factores fundamenta­les están bien; una corrección que refleja un cambio en el ciclo de negocios, o una corrección sistémica, como la caída de la bolsa de 1929 o la crisis de 2008. Según Ablin, en los últimos días hubo corrección técnica.

Otros piensan que fue un regreso a la función normal de una bolsa: en algunos días los inversores venden más acciones de las que compran. “Cuando el Dow cae 1000 puntos es más bien una muestra del crecimient­o que antes ha tenido”, analiza Francis Kinniry, jefe de armado de carteras en Vanque guard. Quién tiene la razón es algo que no se sabrá por meses o años, cuando los historiado­res del mercado puedan mirar en perspectiv­a. Eso no es reconforta­nte para los inversores, que están preocupado­s ahora. Y la ansiedad crece, además, de la mano de mayores presiones inflaciona­rias.

A continuaci­ón, cinco consejos para que la volatilida­d no descarrile el plan de un inversor. Elegir ganadores individual­es. Con los giros del mercado los inversores activos –los que compran y venden acciones individual­es en vez de poner dinero en un fondo de inversión que sigue a un índice– dicen que sus capacidade­s son más requeridas. Argumentan que las acciones mostrarán diferencia­s y que la capacidad de selección evitará que las carteras sean arrastrada­s hacia abajo. Francisco Bido, administra­dor de carteras en Cognios Capital, explica que redujo la cantidad de acciones elegidas desde la volatilida­d. “Hice el cambio por convicción, no por temor”, dice.

Más allá de cómo esté el mercado, es una estrategia a favor de un punto al que hay quienes dan su importanci­a: saber lo que uno tiene. Sin embargo, en la visión de algunos analistas, como el caso de Kinniry, ese es un argumento usado en exceso, y hay que ver que los costos suelen ser mayores cuando se hacen opciones individual­es. Considerar con cautela los

bonos. Años de tasas de interés bajas en el mercado estadounid­ense han tenido el mismo efecto adormecedo­r sobre los inversores la bolsa en trepada constante. Pero los bonos, que se mantuviero­n bajos por años, dan un rinde más elevado. Las tasas de interés en alza podrían reducir las ganancias para inversores individual­es. Esta preocupaci­ón se ve acrecentad­a por la presencia de un nuevo presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. Una alternativ­a a los bonos es la deuda privada, para dar crédito a firmas pequeñas y medianas.

Taback, del Wells Fargo Private Bank, considera que aunque hay riesgo en los préstamos, esta deuda no sufre igual impacto que las carteras de bonos cuando suben las tasas de interés. Ir a estrategia­s alternativ­as. Las inversione­s alternativ­as son el terreno para quienes están dispuestos a sacrificar el acceso a su dinero a cambio de mayores ganancias. Cuando los mercados daban ganancias de dos dígitos se hicieron menos atractivas y los fondos de alto riesgo se vieron afectados por la mala reputación, dados sus altos honorarios.

Pero los asesores y los administra­dor es de fondos argumentan que en un ambiente de inversión volátil deberían ser reconsider­ados, a la par de otros activos alternativ­os, como el capital privado, la deuda privada y la propiedad inmueble. Dicen que sus ganancias están menos correlacio­nadas con las fluctuacio­nes de los mercados de acciones y bonos.

Hacerse global. En Europa y Japón la recuperaci­ón económica comenzó más tarde y se dice que tiene años por delante. Darrell Cronk, presidente del Wells Fargo Investment Institute, dice que en los mercados de EE.UU. muchos inversores tenían exceso de acciones de ese país. Pero desde el año pasado, muchos mercados desarrolla­dos y emergentes han comenzado a tener un fuerte desempeño. “El crecimient­o más explosivo se da en las economías más jóvenes del mundo”, considera Rick Pitcairn, de Pitcairn.

Disfrutar del viaje. Una vez que los mercados se vuelven volátiles, tienden a mantenerse así un tiempo. Es un cambio en el estado de ánimo de los inversores. “Hay una persistenc­ia de la volatilida­d”, advierte Kinniry. Pero la volatilida­d no es necesariam­ente algo malo si se tiene un plan. Cronk señala que incluso las grandes correccion­es son una parte normal de un ciclo económico.

Los últimos dos ciclos de recuperaci­ón, en las décadas de 1990 y 2000, tuvieron tres correccion­es cada uno hacia el final, recuerda Cronk. Los inversores que se retiraron tras las primeras correccion­es se perdieron las posteriore­s ganancias. “Las correccion­es son normales y saludables –dice–. Deben pensarse como oportunida­des, más que temerlas”.

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