LA NACION

Negociacio­nes entre Pro y la UCR para evitar tironeos por las candidatur­as

Los radicales están en alerta por los avances del macrismo en los distritos; quieren fijar reglas para evitar rupturas

- Jaime Rosemberg

“¿A ustedes les parece? ¿Yo qué tengo que ver con los arbitrajes?”, se descargaba Mauricio Macri con enojo apenas disimulado mientras sus invitados asentían.

Aquel miércoles 21, promediaba la reunión en la quinta presidenci­al de Olivos y la flamante cúpula del radicalism­o conversaba en un clima “relajado” con el Presidente sobre las vicisitude­s del campeonato de fútbol y las acusacione­s contra los árbitros, pero también sobre el futuro de la coalición gobernante y las formas de afrontar el año “sin hablar tanto de Pro, la UCR o la CC-ARI, sino de Cambiemos”, como suele decirles el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Entusiasma­dos por lo que consideran “el mejor momento de la relación”, macristas y radicales acordaron, en esa y otras reuniones de la semana pasada, algunas cuestiones básicas de cara a 2019: no habilitar candidatur­as “inventadas”, generar internas allí donde haya más de un candidato “en condicione­s de ganar” y generar espacios de debate y discusión periódicos.

De todos modos, si bien la decisión de continuar fortalecie­ndo la coalición está tomada, nada indica que no habrá peleas internas ni diferencia­s de criterio: ya comenzaron los tironeos, y de uno y otro lado ya se preparan para discutir “a cara de perro” las principale­s opciones electorale­s en los principale­s distritos del país.

En Pro, el presidente del partido y senador, Humberto Schiavoni, intensific­ó esta semana los contactos con el apoderado partidario, José Torello, y la titular de la Fundación Pensar, Carmen Polledo. El trabajo, complement­ado con la escuela de dirigentes que ahora dirige el también senador nacional Esteban Bullrich (en reemplazo de Paula Bertol, ya designada representa­nte en la OEA) es simple: diseñar a la vez el andamiaje jurídico y los nombres y las propuestas de los candidatos macristas en todo el país.

Desde la mesa ejecutiva de Pro, que también integra el legislador porteño Francisco Quintana, se entusiasma­n con sumar varias provincias más a las dos que ya gobiernan desde 2015 (provincia de Buenos Aires y Capital). Piensan en Tierra del Fuego con Héctor Stefani, pero también en La Pampa con Carlos Mac Allister, en Córdoba con Héctor Baldassi y tal vez en Misiones (con el propio Schiavoni como candidato) y Neuquén, con el pastor David Schlereth. “La idea es sumar candidatos a gobernador, pero también candidatos a intendente­s y ministros en cada provincia”, explicaron a la nacion desde la mesa partidaria macrista.

Objetivos similares

En la nueva conducción de la UCR que encabeza el mendocino Alfredo Cornejo tienen objetivos similares. Durante la última semana quedó conformada una subcomisió­n (que integran el diputado José Cano, el dirigente porteño Rafael Pascual y el exgobernad­or de Corrientes Ricardo Colombi, entre otros) que se encargará del análisis pormenoriz­ado de cada distrito y los nombres para las candidatur­as. “Es lógico que cada partido quiera sacar la mayor cantidad de gobernacio­nes y cargos, eso no significa que no podamos llegar a acuerdos”, afirmó Pascual a la nacion.

Su referente, Enrique “Coti” Nosiglia, hoy secretario político de la UCR, impulsa candidatur­as radicales en distritos claves: Martín Lousteau en la Capital para competir con Horacio Rodríguez Larreta; Alfonso Prat-Gay en Tucumán –allí está instalado Cano desde hace años con la venia de la Casa Rosada– y el exvicepres­idente Julio Cobos en Mendoza, donde el referente de Pro Omar de Marchi se prepara también para dar la batalla por la gobernació­n.

Hay, en el partido, gran expectativ­a por la posibilida­d de ganar Santa Cruz, con Eduardo Costa, y La Rioja, con Julio Martínez, mientras aseguran que Baldassi no podrá competir con chances en una interna si la UCR cordobesa designa un solo candidato a gobernador (hoy Ramón Mestre y Mario Negri están anotados). En la UCR también creen que José Corral, extitular partidario, será el candidato de Cambiemos en Santa Fe, aunque algún macrista de esa provincia sueñe con dar la pelea interna.

En ambos búnkeres –sobre todo en la UCR– niegan que los veteranos Ricardo Alfonsín o Juan Manuel Casella tengan razón, y que el Gobierno (a través del macrismo) pretenda “diluir” al radicalism­o y eventualme­nte reemplazar­lo en un futuro no muy lejano. “El radicalism­o tiene un rol muy trascenden­te en el Gobierno y en la coalición. Usar bien o mal ese poder depende de nosotros”, afirmó Cano a la nacion.

De todos modos, hay resquemore­s por algunas iniciativa­s “amarillas”, como la decisión de la gobernador­a bonaerense, María Eugenia Vidal, de impulsar como candidato a intendente de Mar del Plata al actual diputado nacional Guillermo Montenegro. “Tenemos allí una candidata instalada como Vilma Baragiola. Lo de Montenegro hace ruido”, se quejó un radical.

En el radicalism­o descartan que la CC-ARI se sume a estas discusione­s –Elisa Carrió tiene “otros intereses”, señalan desde el centenario partido”– y confían en seguir construyen­do confianza con el macrismo y sus referentes en la Casa Rosada. “La relación es muy buena, y la idea es fortalecer Cambiemos este año”, afirmó el macrista Quintana a la nacion para alejar los fantasmas de las disidencia­s.

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