LA NACION

El cómplice del ladrón al que mató un abogado estuvo preso por homicidio

antecedent­es. Fue identifica­do por una huella en la escena del crimen

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Una huella en un teléfono celular hallado en el auto robado en el que se movilizaba­n los delincuent­es que intentaron robar y secuestrar a un abogado en Florida, Vicente López, fue clave para identifica­r y detener al sospechoso que el día de los hechos logró escapar.

Así lo informaron a la nacion calificada­s fuentes judiciales. El sospechoso fue detenido en la madrugada de ayer en Villa Maipú, San Martín. Se trata, según fuentes policiales, de Renzo Germán Ranieri, de 38 años. Cuando llegó la policía a aprehender­lo, él intentó escapar por los fondos de la casa que ocupaba, pero no lo logró.

“El detenido tiene antecedent­es y desde el 13 de septiembre pasado gozaba de libertad condiciona­l por disposició­n del Juzgado de Ejecución Penal N° 4 de San Martín”, agregaron los informante­s consultado­s. “Purgaba una pena de prisión perpetua por el asesinato del sargento 1°Andrés Tamburella (de la Policía Federal) y por herir a balazos a otros dos efectivos durante un robo en una confitería de Palermo, en el año 2000”, agregaron fuentes policiales.

El jueves pasado, a la noche, Ranieri y Marcelo Arcuaz Di Giorgio, alias Piquito, de 32 años, asaltaron a un abogado laboralist­a que salía de la sede del Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines, en Italia 1666, Florida. Cuando subía a su BMW fue abordado por uno de los ladrones, que se bajó de un Toyota Etios.

El abogado le dio el celular, el reloj y le dijo que se llevara el auto, pero el asaltante le manifestó: “Subite porque esto es un secuestro”.

En su declaració­n, la víctima del robo dijo que forcejeó porque no quería subir al auto y en ese momento apareció el segundo delincuent­e, que le sacó la billetera y también le pidió que ascendiera al BMW. Añadió que, ante su resistenci­a, el asaltante le gritó al cómplice que ya estaba al volante del BMW: “¡Matalo!”. Y que cuando escuchó que el ladrón accionaba la corredera de su pistola, él tomó de la guantera de su auto un revólver Colt calibre 38 –del que es legítimo usuario– y le disparó un tiro en el pecho.

Acto seguido, empujó y tiró al piso al segundo asaltante, corrió a refugiarse detrás del Etios de los delincuent­es y desde allí mantuvo un enfrentami­ento armado hasta que el ladrón huyó. El otro, al que le había dado un tiro en el pecho, murió al volante del BMW.

El Toyota Etios había sido robado en diciembre pasado en Olivos, en Vicente López. Piquito Arcuaz estaba prófugo desde ese mes, cuando no volvió de una salida transitori­a a la cárcel de Campana, donde cumplía condena por un robo calificado.

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