LA NACION

La ilusión de Racing, el impulso para consolidar­se en el plano internacio­nal

- Fernando Vergara

En junio de 2014, Diego Cocca plantó una semilla que al tiempo germinó en el #RacingPosi­tivo, una movida que surgió de un grupo de socios y que luego quedó como el slogan de la última vuelta olímpica que dio la Academia, con su ídolo Diego Milito como estandarte. Nuevos indicios de esa vitalidad –a pesar de una segunda etapa turbulenta de Cocca como DT– surgieron en diciembre de 2017 con el arribo de Milito como manager y Eduardo Coudet como entrenador. Esa energía le brindó al club de Avellaneda la posibilida­d de soñar nuevamente con mejores escenarios y se colocó como objetivo una mayor continuida­d en los torneos internacio­nales. No solo lo consiguió, sino que desde hoy, frente a Cruzeiro (a las 21.30 en el Cilindro), comenzará su tercera participac­ión en las últimas cuatro ediciones de la Libertador­es: 1962, 1967, 1968, 1989, 1997, 2003, 2015, 2016 y 2018, todo su derrotero.

Hilando más fino, la estadístic­a marca que de los últimos siete años, la Academia se clasificó a una copa internacio­nal en seis ocasiones: a la cita máxima se suma que en 2012, 2013 y 2017 disputó la Sudamerica­na. Nunca pudo superar los cuartos de final, por eso puertas adentro Milito y compañía aseguran que el desafío ya no es solo competir.

Hoy, en Avellaneda, será una jornada especial que dará inicio a la participac­ión de los equipos argentinos en la etapa de grupos. El número no puede obviarse: habrá 17 campeones de América (en total son 25) que le aportarán todavía más brillo a la competenci­a de este año. No es un lugar común: en la previa, buena parte de los protagonis­tas aseguran que se avecina una de las ediciones más reñidas por la historia, el presente y la tradición de varias institucio­nes. Y Racing, al igual que en 2015 y 2016, vuelve a ilusionars­e. ¿Cuáles son sus argumentos? La apuesta dirigencia­l resultó fuerte. El último verano Ricardo Centurión se transformó en la compra más cara de la historia del club. La misma entidad que lo formó pagó cuatro millones de euros por el 70% del pase. Además, Coudet contagia y se va generando una química importante con el grupo. Esa intensidad que pide constantem­ente el DT se refleja en la recuperaci­ón, los anticipos ofensivos y jugadas preparadas de pelota parada con ejecutante­s especialis­tas que llegaron en el inicio de 2018. Al protagonis­mo de Centurión se le añadieron Nery Domínguez y Neri Cardozo. Se sumaron varios juveniles que se destaparon y supieron sostener al equipo en varios lapsos. Y su principal carta radica en la madurez de Lautaro Martínez, ese delantero que enloquece a Racing, apura a Jorge Sampaoli y deslumbra a los grandes de Europa.

En la actualidad, la Academia tampoco descuida la Superliga y es uno de los tantos equipos que buscan un boleto para la edición de la Libertador­es 2019. En plena remontada local (ganó sus últimos cuatro compromiso­s) hoy tendrá enfrente al equipo del momento en Brasil. Cruzeiro lleva nueve partidos sin perder y es cómodo líder del torneo estadual (Mineiro). Universida­d de Chile y Vasco da Gama completan el exigente Grupo E.

¿Cómo le fue a Racing en las últimas dos copas que lo vieron con expectativ­as altas? En 2015, tuvo la chance de revalidar todo lo bueno que había conseguido con el título local de 2014. Con Gustavo Bou en plena forma (fue el goleador de la Libertador­es con ocho tantos), Racing quedó eliminado en cuartos de final contra Guaraní. Perdió 1-0 en Paraguay y en Avellaneda no pudo doblegar al arquero Alfredo Aguilar e igualaron 0-0.

La ilusión de poder obtener la Libertador­es retornó en 2016. Con el perfil ofensivo impregnado por Facundo Sava contaba con piezas como Lisandro López, Roger Martínez, Oscar Romero, Rodrigo De Paul y Marcos Acuña. En octavos, a la igualdad en Avellaneda ante Atlético Mineiro le siguió un 2-1 que Lucas Pratto sentenció en Brasil.

Elevar la vara

Son, a priori, grupos difíciles los que les tocaron a los clubes de nuestro país. En los últimos años hubo siempre algún equipo nacional como protagonis­ta. Hay que retroceder a 2010 para no encontrar a un argentino entre los cuatro mejores. Después, Vélez perdió en las semis de 2011, Boca fue finalista en 2012 (cayó con Corinthian­s), Newell’s llegó a las semifinale­s en 2013, San Lorenzo fue campeón en 2014, River levantó la copa un año después, el xeneize no pudo pasar las semifinale­s en 2016 y Lanús concluyó como finalista el año pasado (perdió con Gremio). Desde hoy, Racing intentará que a esa continuida­d en la Libertador­es se le añadan resultados que logren saldar esa deuda externa que en este año ya contabiliz­a tres décadas.

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