Berlusconi no pierde ni la sonrisa ni las mañas
Ante la preocupación de que se impongan partidos extremistas, el expremier dijo que su candidato a gobernar será Antonio Tajani; es presidente del Parlamento Europeo y su figura genera consenso
ROMA (De nuestra corresponsal).– Con Europa al borde de un ataque de nervios por la posibilidad de que los antieuropeístas ganen las elecciones en Italia, Silvio Berlusconi hizo una jugada política propia de cuando era jefe de gobierno: en una decisión que podría llevarlo al poder en las sombras, nombró candidato a premier al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, una figura que genera consenso.
ROMA.– Europa mira con pavor lo que pueda pasar en las elecciones generales italianas del domingo, donde podrían afianzarse propuestas populistas y antieuropeístas y abrirse un largo período de inestabilidad. Justamente en vista de los temores europeos, en una jugada magistral, el expremier Silvio Berlusconi, al frente de una alianza de centroderecha considerada favorita en los comicios, confirmó ayer que su candidato a jefe de gobierno será Antonio Tajani, actual presidente del Parlamento Europeo.
“Todo el mundo puede entender que [Tajani] sería un excelente candidato”, dijo Berlusconi, en declaraciones a la radio estatal Rai. “Todos pueden entender que sería un candidato excelente porque Italia hoy ya no cuenta nada en Europa y en el mundo. Con él contaría muchísimo, porque es el presidente de la institución europea directamente elegida por los ciudadanos europeos, es decir, la más importante, y hasta los diputados de izquierda lo consideran el mejor presidente de la Eurocámara de todos los tiempos”, agregó el magnate, que no puede ser candidato por una condena por fraude fiscal.
Con una larga carrera en las instituciones de la Unión Europea (UE), Tajani, de 64 años, tiene buena reputación: es considerado un político que busca el consenso. Elegido eurodiputado en 1994, también fue comisario europeo de Transportes y de Industria. Es uno de los miembros fundadores de Forza Italia y fue vocero del tres veces premier en 1994-5. Nunca tuvo cargos destacados en la política nacional aparte de un intento fracasado de ser alcalde de Roma en 2001.
Tajani se manifestó “honrado” por el ofrecimiento de Berlusconi, pero evitó meterse en el último tramo de campaña electoral y dijo que por el momento se queda en la UE. Pero le dio visto bueno a su candidatura el exministro y gobernador de lombardia Roberto Maroni, de la liga Norte. “Conozco a Tajani y seguramente sería un óptimo primer ministro”, dijo Maroni. le asestó así un golpe a Matteo Salvini, líder de la liga Norte, que también apunta a ser primer ministro.
la alianza de Berlusconi, formada por su partido, Forza Italia; la liga Norte, de Salvini; Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, y Nosotros por Italia, está más dividida que unida. No presentó en forma conjunta ningún candidato a jefe de gobierno, sino que, en medio de peleas y celos, acordó que la formación que más votos obtendrá el 4 de marzo expresará el nombre del aspirante al sillón del Palazzo Chigi (sede del gobierno).
Más allá de la “carta secreta Tajani” puesta sobre la mesa ayer por Berlusconi, en los palacios europeos sueñan con otro escenario: la continuidad, con un gobierno liderado por personalidades como el premier actual, Paolo Gentiloni –del Partido Democrático (PD)–; su ministro de Economía, Pier Carlo Padoan; el del Interior, Marco Minniti, o el de Industria, Carlo Calenda.
En Bruselas, donde los códigos indican que no hay que comentar las campañas electorales nacionales ni cuestiones de política interna, el gran temor es el populismo del Movimiento Cinco Estrellas (la agrupación antisistema del cómico Beppe Grillo, que según los sondeos volverá a confirmar que es el primer partido de la península) y de la xenófoba liga Norte. Ambas agrupaciones jamás han ocultado su antieuropeísmo y son vistas como algo muy parecido a lo que representó Marine le Pen en las elecciones francesas del año pasado. Salvini, el líder de la liga Norte, es considerado un peligroso extremista, y los “grillini”, con propuestas poco claras, también. No son solo vistos como un peligro para el futuro de la UE, de la que Italia es considerada una aliada, europeísta. También se teme que puedan hacer resbalar otra vez a Italia sobre el terreno económico, volviendo a convertirla en un país capaz de contagiar al euro, como ocurrió en el 2011 con Berlusconi. Entonces el Cavaliere, acorralado por los mercados y con el país al borde de la bancarrota, fue obligado a renunciar. Y fue sucedido por Mario Monti, un tecnócrata que logró sacar las papas del fuego.
Mucha agua ha pasado debajo del puente. Y ahora, más allá de ese pasado turbulento y los escandaletes sexuales, en contraste con el M5E y la liga Norte, Berlusconi –con posturas más europeístas y moderadas– sería bien visto por Bruselas en un gobierno de coalición con el PD. En la UE, en efecto, esperan que Italia actúe en continuidad con las políticas del gobierno de Gentiloni, apreciado por sus reformas, respeto de las reglas y confiabilidad.
Al margen del fantasma populista, en los pasillos de la UE también se teme un largo período de inestabilidad poselectoral. las últimas encuestas, de hecho, indicaron que nadie ganará con los votos suficientes como para formar un gobierno.