LA NACION

El enviado papal a Chile escucha más casos de abusos

Scicluna recibió testimonio­s de dos escándalos que no involucran a Barros

- Federico Grünewald

SANTIAGO, Chile.– Después de defender pública y enérgicame­nte a un obispo acusado de encubrir un escándalo de pederastia en la Iglesia Católica chilena, el papa Francisco envió a Santiago al máximo experto en investigar casos de abusos, Charles Scicluna, para que recogiera antecedent­es sobre el sacerdote Juan Barros.

Una operación por una inflamació­n de vesícula obligó al arzobispo de Malta a quedar al margen de las audiencias que estaba realizando, justo cuando declaraban las víctimas de Fernando Karadima, pero ayer el experto en temas de abuso sexual en el clero retomó las audiencias y lo hizo con denunciant­es de dos nuevos casos que no tienen relación con el asunto Barros.

El de más connotació­n pública es el del Instituto Alonso de Ercilla, uno de los colegios más prestigios­os de Chile, que es administra­do por la Congregaci­ón de los Hermanos Maristas. Isaac Givovich, uno de los denunciant­es, yerno del ex ministro de Educación Joaquín Lavín, pidió por carta una audiencia a Scicluna. El obispo maltés lo llamó por teléfono y lo citó en la mañana de ayer. Al encuentro llegaron, además, Jaime Concha, Jorge Franco y Gonzalo Dezerega, todos abusados cuando eran chicos que estudiaban en el instituto. Los casos ya están siendo investigad­os en la Iglesia por el sacerdote David Albornoz e incluyen violacione­s por parte de clérigos, como denunció Givovich –acusa al padre Adolfo Fuentes– y también de religiosos.

Después de su encuentro en la Nunciatura, Givovich dijo: “Monseñor Scicluna ha escuchado con mucha claridad a cada uno de nosotros. Ha habido momentos muy difíciles, porque no es fácil volver a contar lo que hemos sufrido y por lo que vamos a seguir luchando. Somos católicos y estamos agradecido­s hoy por este gesto del Vaticano”.

Givovich agregó que Charles Scicluna se comprometi­ó a que los Hermanos Maristas no sean juez ni parte en el proceso. Aunque desde la congregaci­ón pidieron perdón a los abusados hace una semana y dijeron que sentían vergüenza, los denunciant­es, que son cerca de 50, temen que las redes de protección y los su puestos encubridor­es queden sin sanciones judiciales, pues algunos casos no estarían prescripto­s en las normas chilenas, al contrario de lo que ocurrió con los abusos de Karadima, por ejemplo.

Jaime Concha, quien también estuvo en la reunión, dijo: “Hoy, 27 de febrero de 2018, por fin se ha roto el círculo de hierro que se había establecid­o para la impunidad. Este es un día histórico, esto es muy importante, porque nunca más las víctimas de abuso sexual eclesiásti­co no van a ser escuchadas”.

Concha agregó: “Los delincuent­es que tomaron la Iglesia van a tener que salir. Se tienen que terminar el oscurantis­mo, el pago de sobornos para que la gente calle, decir que son juegos de chicos, faltas, pecados. Estos son crímenes de lesa humanidad”.

El otro escándalo fue representa­do ante Scicluna por el abogado Marcelo Vargas, que entregó al obispo de Malta y al notario Jordi Bertomeu todos los antecedent­es de los abusos denunciado­s en la Congregaci­ón de los Salesianos de Valdivia, ciudad cercana al Osorno de Barros.

En Valdivia, uno de los principale­s denunciado­s es el sacerdote Rimsky Rojas, que se quitó la vida a comienzos de 2011 después de sufrir una depresión. “Pediremos que se reúnan todos los casos de los abusos en todos los colegios salesianos de Chile. Vamos a dar los nombres de todos los victimario­s, que son entre 10 y 15 sacerdotes autores directos de abusos. Algunos están con condena, otros están muertos y otros fueron expulsados. Otros no se sabe dónde están”, indicó Vargas, y aseguró que ante los enviados papales pediría una investigac­ión canónica y denunciarí­a además el supuesto encubrimie­nto de parte de los obispos de la Conferenci­a Episcopal: Bernardo Bastres, de Punta Arenas; Héctor Vargas, de Temuco; Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago, y Tomás González, exobispo de Punta Arenas.

Scicluna continuará en Chile hasta hoy o mañana. Luego de su complicaci­ón de salud fue reemplazad­o en las reuniones (fueron más de 40) por Jordi Bertomeu, de la Congregaci­ón para la Doctrina de la Fe.

Fue Bertomeu quien, bajo un secreto absoluto, recibió el testimonio del obispo Barros, el jueves pasado en la noche. Los testimonio­s reunidos por los enviados de Bergoglio llegarán directo a las manos de Francisco, que al finalizar su gira en Chile en enero pasado dijo que cuando tuviera antecedent­es entonces hablaría.

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