Golpe para el yerno de Trump: no podrá acceder a datos que sean top secret
El gobierno decidió recortar las credenciales de seguridad a Jared Kushner, virtual “canciller en las sombras”
WASHINGTON.– Jared Kushner, yerno y asesor del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y un virtual “canciller en las sombras” de la Casa Blanca, perdió su acceso a información top secret, una decisión que, entre otras consecuencias, pone en duda su rol de negociador en el conflicto de Medio Oriente entre israelíes y palestinos.
Tras semanas de deliberaciones internas, el jefe de gabinete, John Kelly, decidió rebajar la autorización de seguridad de Kushner, que ahora solo podrá recibir informa- ción “secreta”. La movida, revelada por el sitio Politico, lo deja fuera de los documentos más sensibles que llegan al escritorio presidencial de la comunidad de inteligencia y de las fuerzas armadas, y le pone un cepo al poder que había amasado en el ala oeste de la Casa Blanca.
Kushner es uno de los hombres con mayor peso dentro del gobierno al gozar de la extrema confianza de Trump. Tiene en su portafolio algunas de las relaciones estratégicas más calientes en la política exterior, como México, China, Arabia Saudita e Israel, y es el hombre designado por el presidente para cerrar “el acuerdo más difícil de todos”: la paz entre israelíes y palestinos.
La información altamente clasificada puede incluir, por ejemplo, operaciones de fuerzas especiales o ataques de drones, y alcanza también al informe diario que recibe todas las mañanas el presidente con un resumen de los análisis más relevantes de las agencias de inteligencia norteamericanas.
La decisión es un coletazo del último escándalo que envolvió al gobierno: la salida de Rob Porter, número dos de Kelly, que debió renunciar tras ser acusado por sus dos exmujeres de violencia doméstica. Porter era uno de los funcionarios que trabajaban con una autorización temporal, un recurso utilizado para permitir el acceso a información sensible hasta tanto el FBI concluya todos los controles de antecedentes necesarios para dar la luz verde definitiva. Kushner y otros asesores trabajaban bajo el mismo esquema.
Kelly, que había quedado mal parado en medio de toda la polémica –apenas estalló el escándalo, defendió a Porter–, decidió revisar toda la política de seguridad de la Casa Blanca. Otros asesores sufrieron la misma suerte de Kushner, quien, durante varias semanas, había hecho lobby interno para preservar su acceso. Era el funcionario más poderoso en capilla.
“El general Kelly respeta mucho a Jared y el general Kelly va a tomar la decisión. Yo no voy a tomar la decisión”, había dicho Trump, días atrás, al ser consultado.
Apenas se conoció la noticia, varias voces críticas del gobierno salieron a decir que la movida limita a Kushner como negociador en Medio Oriente. Pero, antes de la novedad, la vocera presidencial había defendido a Kushner. “Es un miembro valioso del equipo y continuará con el trabajo que estuvo haciendo desde que comenzó en la administración”, dijo ayer la vocera presidencial, Sarah Sanders, en su conferencia con la prensa.
Aunque la decisión de “degradar” su credencial de seguridad sacudió a Washington, no fueron pocos quienes recibieron la noticia con una dosis de escepticismo, al sugerir que Kushner podría solicitar una excepción o que igual podría recibir información, dado su vínculo con Trump. Críticos del gobierno volvieron a hacer hincapié en las dificultades que conlleva el nepotismo en la administración pública.
A la noticia sobre la revocación de su credencial de seguridad se sumó una publicación de The Washington Post en la que se afirma que varios gobiernos extranjeros discutieron formas de manipular a Kushner tomando ventaja de su complejo entramado de negocios, sus dificultades financieras y su falta de experiencia en política exterior. Los gobiernos mencionados son Emiratos Árabes Unidos, China, Israel y México.