Prisión preventiva para dos militantes del PO por la violencia frente al Congreso
Están en libertad y ordenarán sus capturas cuando el fallo quede firme; los acusan de atentado agravado por atacar a un policía
La Justicia dictó la prisión preventiva a dos militantes del Partido Obrero que cometieron desmanes frente al Congreso cuando se debatió la ley de reforma previsional. Se trata de César Javier Arakaki y Dimas Fernando Ponce, que habían sido detenidos y luego excarcelados, tras los episodios de violencia en diciembre pasado.
El juez federal Sergio Torres los había detenido, liberado y procesado, pero tanto el fiscal de primera instancia Carlos Rívolo como el fiscal de Cámara Germán Moldes habían apelado esa decisión.
Ahora la Cámara Federal, con el voto de los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah, les dio la razón y ordenó sus prisiones preventivas.
Sin embargo, Arakaki y Ponce no volverán inmediatamente a prisión. Ambos adelantaron que recurrirán ante la Cámara de Casación para que revise sus prisiones preventivas. En el juzgado de Torres informaron que las detenciones no se concretarán hasta tanto este fallo de Cámara quede firme, ya sea porque la Casación lo confirme o porque quede sin recurrir. En forma paralela, el juez está haciendo los trámites para elevar el caso a juicio oral y público.
La Cámara Federal entendió que ambos cometieron el delito de lesiones en agresión y atentado contra la autoridad, agravado por haber sido cometido a mano armada y por la reunión de más de tres personas. Descartaron, así, las calificaciones de rebelión, intimidación pública o violación del orden constitucional que habían propiciado los fiscales en sus apelaciones respectivas.
Los camaristas Irurzun y Farah dijeron que no está en discusión el derecho a reclamar y dijeron que las imágenes que documentan lo sucedido son claras y muestran que “César Javier Arakaki y Dimas Fernando Ponce atacaron a Brian Fernando Escobar –oficial ayudante de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires– valiéndose de piedras, del estandarte de una bandera y de dos palos cortos con puntas afiladas, cuando la víctima yacía gravemente herida e inconsciente en el suelo”. Señalaron que el ataque se produjo mientras la policía era objeto de un “impresionante bombardeo de proyectiles de distinto tipo y tamaño”. Tanto fue el caso que hasta manifestantes, dijeron los jueces, se interpusieron para proteger al policía, mientras era arrastrado por sus compañeros. Los detuvieron porque entendieron que resta identificar manifestantes.