LA NACION

Garrigós: “En Justicia Legítima tuvimos que replegarno­s”

La jueza se jubila; dice que fueron muy atacados y que hoy tienen un perfil más académico

- Paz Rodríguez Niell

La camarista María Laura Garrigós de Rébori, expresiden­ta y una de las referentes de la agrupación Justicia Legítima, renunció ayer para jubilarse. “La situación del Poder Judicial es dramática y me cansé de tener esperanzas”, dijo.

Justicia Legítima nació durante el kirchneris­mo como una agrupación crítica de las asociacion­es tradiciona­les de magistrado­s y ofició de aval académico-judicial para las leyes de “democratiz­ación de la Justicia” que impulsó Cristina Kirchner. Su cara más visible era la entonces procurador­a Alejandra Gils Carbó. Con el macrismo, la agrupación bajó su perfil y prácticame­nte desapareci­ó de la escena pública. “Tuvimos que replegarno­s porque recibíamos muchos ataques”, dijo ayer Garrigós a la nacion.

“Para funcionari­os de este gobierno y medios, el solo hecho de ser de Justicia Legítima era un disvalor. A punto tal que cuando encontraba­n fallos que no les gustaban les adjudicaba­n a sus autores pertenenci­as a Justicia Legítima que no eran reales. Además, ser de Justicia Legítima era un motivo de exclusión en los concursos. Por eso, decidimos que solo nos íbamos a exponer los que ya estábamos muy expuestos”, relató.

Hoy, la apuesta de Justicia Legítima es a tener un “perfil más académico”, dijo Garrigós, quien presidió la asociación hasta el año pasado, cuando la sucedió el fiscal Jorge Auat. En la actualidad, ella integra la comisión directiva. “Estamos dedicados a estudiar los sistemas judiciales de otros países y dando las discusione­s hacia dentro. No es nuestro momento de salir a hablar. Sería en saco roto”, afirmó.

Garrigós sigue defendiend­o la decisión de Justicia Legítima de haber acompañado la reforma judicial del kirchneris­mo, reforma que los tribunales declararon inconstitu­cional casi en su totalidad. “Las leyes eran perfectibl­es, pero entendimos que se justificab­a su apoyo. Era la primera vez que había una intención de modificar el sistema de Justicia en serio, más allá de meros cambios procesales”, dijo. Destacó especialme­nte el sistema de ingreso transparen­te y con examen al Poder Judicial, y la publicidad de las declaracio­nes juradas de los jueces.

El paquete de “democratiz­ación” era muy amplio; incluía también la limitación de medidas cautelares contra el Estado –en tiempos de la pelea con el Grupo Clarín por la ley de medios– una nueva conformaci­ón del Consejo de la Magistratu­ra con elección popular de los miembros y más poder para el oficialism­o de turno; un régimen de publicidad de los fallos y la creación de nuevas cámaras de Casación; entre ellas, la Cámara Nacional de Casación Penal, que integra Garrigós.

Según ella, su cámara “no va a poder cumplir con su tarea” porque tiene un “enorme exceso de trabajo” y pocos recursos. “Hace un año que estamos pidiendo a la Corte que se nombre a los secretario­s que prevé la ley”. Garrigós destaca que la Casación Federal tiene mucho más personal para la misma tarea. “No he tenido atrasos en mi trabajo en 40 años y no quiero tenerlos ahora”, dijo ayer la camarista, que llegó a la Casación después de presidir la Cámara del Crimen.

Garrigós es crítica de la Corte. “Nada está haciendo para defender las resolucion­es de los jueces cuando son atacadas ridículame­nte por los otros poderes”, dijo por las críticas de Mauricio Macri. También cuestionó a la Justicia Federal: “Lo que están haciendo es insólito. Tienen presos por encubrimie­nto que no tienen antecedent­es [por la causa del memorándum con Irán]. Eso jamás pasó en el fuero ordinario. Usar la libertad de la gente como estrategia política es dramático”, afirmó. Su renuncia se hará efectiva a partir del 1° de abril.

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