La proporción de agresores sexuales es mayor desde los 56 años
Las personas que cumplen condena por delitos sexuales representan hoy casi el 10% de la población carcelaria bonaerense. Detrás de la cifra neta, de 4308 presos por este tipo de delito sobre un total de 38.000 distribuidos en 54 penitenciarías y casi 4000 en 432 comisarías, se esconde un dato poco conocido: a mayor edad de los reclusos, mayor presencia de agresores sexuales.
“No sabemos por qué ocurre, pero es un dato que surge de la estadística carcelaria”, dijo a la nacion el ministro de Justicia provincial, Gustavo Ferrari, del que depende el Servicio Penitenciario Bonaerense.
El crecimiento en la curva de prevalencia es exponencial: mientras que solo el 2% de la población carcelaria de entre 18 y 21 años (mayoritariamente encausada por robo) carga sobre sus hombros un proceso por abuso, el 40% de los mayores de 56 años están encausados por delitos contra la integridad sexual, y el 20%, por homicidio. El primer salto significativo se produce en la franja que va de 36 a 45 años; ahí, la prevalencia del abuso sexual es del 16%, el doble que en la de 30 a 35 años. El 29% de los reclusos de entre 46 y 55 años purgan pena por abuso, y este delito es el de mayor prevalencia a partir de esa edad.
El dato desorienta a psicólogos y psiquiatras forenses consultados por la nacion. En general, se entiende que el impulso sexual que podría movilizar al abusador es mayor en los sujetos más jóvenes, que en general la psicopatía se morigera conforme aumenta la edad. Eso, por caso, opinó, consultada por este diario, la psicóloga forense Patricia Martínez Llenas.
Es, además, un desafío a la hora de instrumentar un tratamiento psicosocial intramuros para este tipo de reclusos, toda vez que la conjunción entre la edad de los reos por atender y la expectativa de pena que enfrentan los sentenciados por agresiones sexuales hace que el tiempo de permanencia en prisión, para los más “viejos”, sea equivalente a una perpetua.
Ferrari sostiene, a la hora de esbozar un principio de explicación, que un factor significativo es que la mayoría de los casos ocurrieron en contextos intrafamiliares; esto podría prefigurar la presencia de padres, tíos e incluso abuelos entre los abusadores. Podría influir, en estos casos, lo que el psiquiatra forense Martín Puricelli define como “impulsos de satisfacción sexual que están en la base de la estructura primitiva humana” en personas con un bajo desarrollo de la aprehensión de los límites.