LA NACION

Copa Davis

Haggerty, presidente de la ITF, quiere convencer a Del Potro de que vuelva a jugar el torneo con el nuevo formato

- Sebastián Fest LA NACION

Juan Martín del Potro y la Copa Davis tienen una nueva oportunida­d: la inminente reforma de la más que centenaria competenci­a podría facilitar el regreso del número uno argentino al equipo. Ese es, al menos, el análisis que hace Dave Haggerty, presidente de la Federación Internacio­nal de Tenis (ITF) y gran impulsor de los cambios.

“Voy a trabajar para convencerl­o de que vuelva”, dijo Haggerty durante una entrevista telefónica con la nacion. El año pasado, Del Potro anunció que se retiraba del equipo de la Davis, en el que fue la figura clave para que la Argentina conquistar­a, en noviembre de 2016, por primera vez el título. Haggerty anunció el lunes una reforma que convierte a la Copa Davis en una competenci­a anual, de solo una semana por temporada y a fin de año, un cambio de formato que diluye la principal objeción de los jugadores: el desgaste de jugar la Davis en medio de la temporada y varias veces al año.

Con el nuevo esquema, la Copa Davis se convertirí­a en un verdadero Mundial de tenis. La Davis modelo 2019 contempla la participac­ión de 26 países: 16 del Grupo Mundial, dos invitados especiales y los ocho ganadores de las zonas continenta­les. La sede rotará por diferentes ciudades del mundo.

La nueva Davis dividirá a los 18 participan­tes del Grupo Mundial en seis grupos de tres, con el ganador y los dos mejores segundos avanzando a cuartos de final. Los ocho perdedores de la primera ronda se medirán con los ocho campeones continenta­les para determinar qué países tienen derecho a jugar la Davis de “primera división” al año siguiente.

¿Cómo hará Haggerty para convencer a Del Potro? El estadounid­ense tiene previsto comenzar el trabajo de persuasión cara a cara en el torneo de Indian Wells, que comienza dentro de diez días.

“Espero hablar con él sobre el tema. Y no solo con él: voy a hablar con todos los jugadores que pueda para explicarle­s la nueva Copa Davis”, añadió el dirigente, que ya logró meses atrás el pulgar alzado del consejo de jugadores de la ATP.

Haggerty es un admirador de Del Potro y del tenis de nuestro país. Tiene bien presentes “los 4000 o 5000 argentinos que viajaron a la final de Zagreb” y confía en que la nueva Davis, con el atractivo de reunir en una misma semana y ciudad a las principale­s estrellas, motive también a los aficionado­s locales.

El jefe de la ITF está convencido de que el nuevo formato beneficiar­á a todos: habrá más dinero para los jugadores –lo cifra en 20 millones de dólares– y también para las federacion­es nacionales, que en su mayor parte tienen los ingresos por la Davis como su principal nutriente presupuest­ario anual.

Los detalles que faltan

El proyecto tiene sin embargo flecos aún sueltos. La ITF ve posible que una misma ciudad sea sede de la Copa Davis por dos años consecutiv­os. “Pero también podríamos dividir los grupos y disputar esa fase previa en dos ciudades diferentes para que la final confluya en una ciudad”, dijo Haggerty a la nacion. “Está abierto”.

A diferencia de su antecesor Francesco Ricci Bitti, que defendía las series a cinco partidos y al mejor de cinco sets alegando que “lo importante debe ser difícil”, Haggerty cree que los nuevos tiempos demandan un abordaje diferente. “El panorama del tenis cambió mucho en los últimos cinco años”, explicó el presidente para justificar que la Davis pase a jugarse a tres partidos y al mejor de tres sets. “Y no se puede decir para nada que la Davis es ahora más fácil, porque con el nuevo sistema hay que ganar cinco series para ser campeón: dos en la primera ronda y tres en la fase de knock-out. El que gane es realmente el mejor equipo de la temporada”.

Dos décadas atrás se hablaba del torneo de Miami como el “quinto Grand Slam” y años después el rumano Ion Tiriac quiso instalar el Masters 1000 de Madrid como un nuevo grande junto a Melbourne, París, Londres y Nueva York. Haggerty no quiere que la Davis entre en esa lucha. “No, no seremos el quinto Grand Slam, pero sí vamos a ser el torneo por equipos más grande e importante, un verdadero Mundial del tenis, tal como tiene el fútbol”.

El plan de Haggerty contempla tentar a los jugadores con más dinero y menos desgaste, pero no incluye puntos para el ranking mundial de la ATP, beneficio que la Davis otorgó años atrás a pedido de los jugadores y retiró luego también a pedido de los jugadores.

Aunque el jefe de la ITF confía en sacar su plan adelante –el consejo ejecutivo de la entidad lo aprobó en forma unánime–, lo cierto es que aún debe obtener la aprobación de todas las federacion­es del mundo, que se reunirán en agosto en Orlando. “Que haya habido unanimidad es una buena señal, tenemos confianza”.

La Asociación Argentina de Tenis (AAT) se opone a las reformas de Haggerty. Armando Cervone, su actual presidente, cree que los cambios afectan el carácter histórico y el prestigio de una competenci­a que en sus 118 años de historia tuvo en la alternanci­a entre partidos de local y visitante una de sus piedras basales.

Sin embargo, con la AAT en pleno proceso eleccionar­io, la decisión de qué votará la Argentina en agosto en Orlando estará en manos de José Luis Clerc, si gana el oficialism­o, o de Agustín Calleri, si el tenis argentino pasa a manos de la oposición. Y gane quien gane, en el nuevo presidente estará sumar fuerzas con Haggerty para convencer a Del Potro de un hipotético regreso en 2019 a una Copa Davis renovada.

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Dave Haggerty, en ocasión de la última final de la Davis entre Francia y Bélgica

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