Putin agita el temor a una carrera nuclear con un nuevo arsenal “invencible”
Presentó misiles que no pueden ser detectados por Occidente
PARÍS.– En un discurso destinado a mostrar su fuerza militar, Vladimir Putin pareció reactivar ayer el fantasma de una nueva carrera armamentista nuclear en el siglo XXI al anunciar que Rusia posee una nueva generación de armas nucleares, que incluye un misil definido como “invencible”, capaz de perforar el escudo antimisiles de Occidente. “Rusia sigue teniendo el mayor arsenal nuclear del mundo y nadie quiere escucharnos. ¡Escúchennos ahora!”, dijo Putin.
Ese nuevo misil, dotado de dos cabezas nucleares, es capaz de realizar misiones “furtivas” a “velocidad hipersónica”, sobre un alcance “ilimitado”, indicó sin proporcionar otros detalles técnicos. “Dado que su radio de acción es ilimitado, puede operar tanto tiempo como sea necesario”, agregó. El nuevo misil, denominado Kinzhal (daga) “será prácticamente invulnerable”, advirtió. Para acentuar el efecto de su anuncio exhibió un video que simula el vuelo del nuevo misil balístico intercontinental (ICBM).
También reveló que Rusia posee un sistema de defensa antimisiles, un drone submarino de propulsión nuclear e incluso un arma laser “sobre la cual es prematuro proporcionar detalles”. Y la minuciosa enumeración continuó: “Las fuerzas armadas incorporaron más de 300 nuevos modelos de armas, el equipamiento militar se multiplicó por 3,7 desde 2012”, dijo. Como ejemplo, indicó que las fuerzas nucleares estratégicas recibieron 80 nuevos misiles balísticos.
También anunció que el complejo militar-industrial ruso había comenzado la producción en serie del nuevo misil balístico RS-26. Se trata de un sistema estratégico Avangard (Vanguardia), dotado de un bloque hipersónico con alas, “piloteado de manera indefectible”, que le acuerda una gran movilidad horizontal y vertical, y le permite “precipitarse sobre su objetivo como un meteorito, como una bola de fuego”.
Putin también presentó el misil RS-28 Sarmat. Ese proyectil ICBM puede volar 11.000 kilómetros con 15 ojivas nucleares. El ministerio de Defensa ruso explicó que en octubre último se hizo un disparo experimental que le permitió dar en el blanco después de recorrer 5800 kilómetros.
Tanto la descripción del nuevo arsenal como el tono del discurso fueron interpretados por los expertos como una respuesta a la carrera armamentista lanzada por el presidente norteamericano, Donald Trump.
Los dos puntos clave de esa escalada fueron la adopción de una nueva doctrina estratégica —que señala a Rusia como una de las principales amenazas para la seguridad de Estados Unidos— y la Nueva Estrategia sobre Armamento Nuclear (Nuclear Posture Review), definida el 2 de febrero por el Departamento de Defensa, que aspira a renovar el arsenal estratégico norteamericano, aunque “sin incrementarlo”.
Retórica
Durante su intervención, equivalente al mensaje sobre el Estado de la Unión de Estados Unidos, Putin adoptó una retórica similar a la que utilizaban los gerontócratas de la URSS en la época de la Guerra Fría, lo que podría ser interpretado como nuevo endurecimiento de las posiciones rusas frente a Occidente.
En contraste con esa deducción, otros analistas relativizaron el alcance de los anuncios diciendo que hay que colocarlos en el contexto de la elección presidencial del 18 de marzo, en la que Putin, de 65 años, resultará elegido para seguir gobernando hasta 2024. Las encuestas le atribuyen cerca de 70% de intenciones de voto.
Putin justificó la aceleración del rearme ruso como una consecuencia de la decisión norteamericana de retirarse del Tratado de Reducción de Misiles Balísticos firmado en 1972 y desplegar un escudo antimisiles. Una explicación que suena más bien como un pretexto, pues el retiro fue decidido en 2001 por el presidente George W. Bush.
También pretextó la “intensificación de la carrera armamentista lanzada hace 15 años” por quienes “tratan de obtener ventajas unilaterales sobre Rusia mediante restricciones y sanciones”: “El intento de ahorcar a Rusia fracasó”, aseguró.
Con la mirada puesta en el electorado, Putin se comprometió a aumentar en 10 años la esperanza de vida e igualmente anunció su intención de aumentar el PIB en 50% para 2025 para reducir a la mitad la tasa de pobreza en el país.
Precisamente, la riqueza de Rusia, que tiene una economía inferior a la de Canadá, es un parámetro esencial para comprender la real importancia de la gesticulación armamentista de Putin: Estados Unidos sigue siendo el país que puede destinar mayores recursos a su presupuesto de defensa con 596.000 millones de dólares en 2016, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Rusia –cuarto inversor mundial en la materia detrás de Estados Unidos, China y Arabia Saudita– destina casi 10 veces menos.