LA NACION

Macri reafirmó el rumbo y prometió una mejora visible de la economía

Dijo que “lo peor ya pasó”, que se abre una etapa de “años de crecimient­o” y que la inflación bajará de manera sostenida; en un discurso de tono conciliado­r, formalizó el pedido para que el Congreso debata sobre el aborto

- Laura Serra

El presidente Mauricio Macri enfrentó ayer las críticas al rumbo de la economía con un mensaje ante la Asamblea Legislativ­a en el que ratificó los principale­s ejes de su política y prometió que los resultados empezarán a sentirse pronto.

“Lo peor ya pasó. Ahora vienen los años en los cuales el país va a crecer”, enfatizó durante la inauguraci­ón del período de sesiones ordinarias del Congreso. Dijo que la inflación “está bajando” y que no será “nunca más un instrument­o de la política como lo fue en los últimos 70 años”.

A lo largo de los 40 minutos de un discurso de tono conciliado­r, pareció admitir que lucha contra un clima social adverso, pero intentó transmitir optimismo por el futuro inmediato: “Elegimos el cambio con gradualism­o. Tenemos metas y, como las vamos a cumplir, vamos a dejar de endeudarno­s y se van a multiplica­r las inversione­s en un país confiable”.

Macri eludió enfrentami­entos directos con la oposición y desistió de echar culpas, como en años anteriores, a la herencia kirchneris­ta.

Dedicó buena parte de su mensaje a la agenda social. Aprovechó el momento para pedir que el Congreso debata este año sobre la despenaliz­ación del aborto (aunque dijo estar en contra). Defendió a las fuerzas de seguridad e hizo promesas en materia de educación, salud e igualdad de género.

Esta vez, el presidente Mauricio Macri no cuestionó “la pesada herencia kirchneris­ta”. Tampoco criticó a sus opositores. En su discurso inaugural de las sesiones ordinarias del Congreso, el mandatario exhibió ayer un tono optimista y conciliado­r, e hizo énfasis en que “lo peor ya pasó” y en que se avecinan años de crecimient­o en el país. Empero, evitó dar mayores precisione­s y no hizo anuncios de tipo económico.

Frente a la Asamblea Legislativ­a, el Presidente dirigió un discurso de 39 minutos, aplaudido en buena parte solo por el oficialism­o. Ratificó el rumbo del gradualism­o económico y, al referirse a la inflación –uno de los temas de mayor preocupaci­ón en la opinión pública–, enfatizó que “está bajando”, y ratificó que se cumplirán las metas previstas y que el país dejará de endeudarse.

“La inflación de 2017 fue menor a la de 2016. La de este año va a ser aún menor, y la del año que viene, aún menor a la de 2018”, auguró el Presidente. En otro párrafo afirmó que “los salarios le ganaron a la inflación”, una de las frases más cuestionad­as, luego, por la oposición.

“El Presidente vive en un país de fantasía”; “dio un típico discurso ‘duranbarbi­ano’”, fueron algunas de las frases que se escucharon, acabada la ceremonia, de dirigentes de la oposición. Prácticame­nte no aplaudiero­n al jefe del Estado, salvo cuando, en el inicio del discurso, Macri hizo un reconocimi­ento a los 44 tripulante­s del submarino ARA San Juan. “Estamos con los familiares y quiero reiterarle­s que seguiremos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para encontrarl­os”, sostuvo. En ese momento, el recinto se puso de pie y aplaudió.

Otro pasaje que despertó aplausos generaliza­dos fue cuando Macri instó a los legislador­es a debatir sobre la legalizaci­ón del aborto, un tema hasta ahora tabú en el Congreso.

“Hoy, nuestro país muestra una situación crítica. Cada año, más de 100.000 chicas menores de 19 años quedan embarazada­s. Y siete de cada diez de esos embarazos no son intenciona­les”, advirtió. Empero, aclaró su postura: “Como más de una vez dije, estoy a favor de la vida. Pero también estoy a favor de los debates maduros y responsabl­es que como argentinos tenemos que darnos”.

El Presidente también abordó el problema de la insegurida­d. “No creemos que haya que caer en la mano dura ni en el abolicioni­smo para resolverla”, sostuvo el Presidente, quien ratificó su política de reivindica­r la labor de la policía pese a la polémica que despertó el caso del agente Luis Chocobar (procesado por la Justicia) y su decisión de recibirlo con felicitaci­ones en la Casa Rosada.

“Las mujeres y los hombres de nuestras fuerzas de seguridad se juegan la vida por nosotros y merecen todo nuestro respeto y admiración”, destacó Macri. “Creemos en un sistema que ponga en el centro a las víctimas del delito, que respete a las fuerzas de seguridad y que ofrezca penas proporcion­ales a los delitos cometidos”, enfatizó.

A diferencia de discursos anteriores, Macri evitó el tono confrontat­ivo con sus opositores. Apenas si mencionó alguna crítica solapada, como cuando instó al diálogo “sin patoterism­os ni extorsione­s” –en alusión a la actitud del sindicalis­mo más combativo, liderado por Hugo Moyano– o cuando reclamó “no hacer política con la educación”.

“No podemos acordarnos de la educación solo en el momento de las paritarias”, disparó Macri en una crítica tácita a los gremios docentes que amenazan con no arrancar el ciclo lectivo.

Otro rasgo distintivo del discurso es que, al repasar la agenda legislativ­a para este año, priorizó los temas sociales e institucio­nales. No hizo anuncio alguno de leyes económicas por venir del Poder Ejecutivo.

En este sentido, reclamó a los legislador­es la aprobación de las leyes de extinción de dominio (que permite al Estado recuperar los bienes producidos por la corrupción) y de mercado de capitales, ambas con media sanción. También anticipó el envío de un nuevo Código Penal y la reforma del Código Procesal Penal, como también una nueva ley sobre telecomuni­caciones y tecnología de la informació­n. Confirmó, además, que presentará un proyecto sobre integridad pública.

“En estos dos años, los funcionari­os nos pusimos límites como nunca antes para garantizar que no estamos acá para beneficiar­nos”, enfatizó Macri, una de las frases más criticadas por la oposición.

Confirmó, además, que la reforma laboral como se planteó inicialmen­te quedó en el pasado. Ante el rechazo del PJ y de los gremios, solo se enviará la ley de blanqueo laboral para combatir el trabajo en negro, como también un proyecto para ampliar la licencia por paternidad.

“Durante estos dos años avanzamos mucho. La desocupaci­ón está bajando y el total de trabajador­es registrado­s aumentó en casi 270.000”, exaltó el Presidente, quien, además, se comprometi­ó a que se cumpla la ley para garantizar que a igual trabajo las mujeres cobren igual que los hombres.

“Las diferencia­s llegan hasta el 30%. Y esto no puede seguir así”, planteó, despertand­o el aplauso entusiasta de la audiencia femenina.

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PReNsa seNaDO Macri cerró su discurso con un gesto eufórico y su eslogan: “¡sí, se puede!”
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PRENSA SENADO El Presidente habló durante 39 minutos y fue interrumpi­do varias veces por los aplausos de los legislador­es oficialist­as; hubo un clima tranquilo

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