LA NACION

Los republican­os y Trump chocan por el control de armas

El jefe de la Casa Blanca dijo que los legislador­es le temen al lobby de la NRA

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WASHINGTON.– “Es hora de poner fin a esta tontería”. Así definió Donald Trump la necesidad de endurecer las normas para terminar con los tiroteos en las escuelas, durante una reunión en la que acusó a los legislador­es republican­os de estar “petrificad­os” de miedo ante el lobby de las armas.

“Muchas ideas, algunas buenas y otras no tanto, surgieron de la reunión bipartidis­ta sobre seguridad escolar en la Casa Blanca”, tuiteó ayer el presidente, sobre el encuentro que mantuvo anteanoche con legislador­es demócratas y republican­os, donde exigió soluciones rápidas.

Trump volvió a expresar su respaldo a una expansión de la revisión de antecedent­es. Apoyó además un incremento de las medidas de seguridad en las escuelas y más recursos para la salud mental, y reafirmó su respaldo a elevar a 21 años la edad para comprar determinad­as armas de fuego.

La reunión mostró a un Trump más enfrentado con los congresist­as de su partido que con los rivales demócratas, en un episodio más de las recurrente­s disonancia­s entre el magnate neoyorquin­o y la dirigencia republican­a desde el comienzo de la actual administra­ción, un año atrás.

Al insistir en nuevos controles, pareció también tomar distancia de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), el poderoso lobby que defiende el derecho constituci­onal a la tenencia privada de armas.

“El sentido de la reunión es terminar con la violencia armada, tenemos que hacer algo, tenemos que actuar”, dijo Trump a los legislador­es, y les pidió moverse rápido para aprobar medidas de control. “Es un tema importante y estamos pasando por un momento crítico. Estamos empeñados en convertir el dolor en acciones y de verdad creo que las personas en esta mesa quieren eso”, agregó.

“Algunos de ustedes están petrificad­os de miedo a la NRA, y no pueden estarlo”, lanzó el presidente a los miembros de su partido, en alusión a las posibles represalia­s de ese y otros influyente­s grupos lobbistas. La NRA contribuye financiera­mente a las campañas de candidatos republican­os, e incluso aportó 30 millones de dólares a la campaña que llevó a la presidenci­a a Trump, en noviembre de 2016 .

El presidente reveló que durante un almuerzo el fin de semana pasado con miembros de la NRA les dejó claro que si bien defiende la Segunda Enmienda constituci­onal, que desde 1791 les da derecho a los ciudadanos norteameri­canos a tener armas para defenderse, “es hora de poner fin a esta tontería”.

El creciente clamor de la opinión pública a favor del control de armas volvió a cobrar fuerza tras el tiroteo en la escuela secundaria de Parkland, Florida, que dejó 17 muertos el 14 de febrero pasado.

Solo pasados varios días el jefe de la Casa Blanca esbozó la posibilida­d de impulsar restriccio­nes, pero a la vez insistió en que algunos maestros puedan llevar armas en el aula, los maestros más “adeptos a las armas” –una propuesta bien vista por la NRA– para defenderse de las sorpresiva­s incursione­s de desequilib­rados armados.

Trump insistió durante la reunión con los legislador­es en su caballito de batalla de darles armas a los docentes, pero ayer admitió vía Twitter que la propuesta de contar con una legión de maestros armados capaz de tirotearse con intrusos, que generó un amplio rechazo en la población, “nunca pasará la aprobación”.

En otras ocasiones, Trump respaldó ideas populares entre los demócratas. Pero luego se retractó ante la oposición de su base conservado­ra y sus aliados republican­os en el Congreso.

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