Pese al repunte, los italianos todavía se inquietan por sus bolsillos
El fin de la recesión no impide que la mayoría se muestren pesimistas y descontentos con los partidos tradicionales
ROMA.– Siempre se vota con el bolsillo. Y aunque los indicadores macro indican que después de una década de recesión Italia, la tercera economía de la zona euro, ha vuelto a crecer, días antes de su cita con las urnas los italianos perciben todo lo contrario. Deprimidos, sienten que siguen viviendo en un país en crisis profunda, algo que da aire a propuestas populistas, antieuropeístas y xenófobas.
“No puedo llegar a fin de mes, no puedo comprarle a mi hija el par de zapatillas de moda que quiere y ya no puedo irme de vacaciones como hacía antes”, asegura a Fabrizio la nacion Cencelli, carnicero del barrio de Prati, que dice que votará al Movimiento 5 Estrellas, la agrupación antisistema. “Siempre voté a los partidos tradicionales, pero me harté de las promesas. Ahora podré expresar mi descontento absoluto”, explica.
“Me recibí hace dos años en administración de empresas, tengo un trabajo precario donde me pagan 700 euros y estoy pensando en irme al exterior, como todos mis amigos, porque acá es imposible armar un proyecto de vida”, lamenta Francesca Livorni. “No es un país para jóvenes, estamos cada vez peor, todos los políticos prometen de todo, pero al final todos roban y este país se va para abajo”, agrega esta joven romana de 27 años, que dice que votará por Hermanos de Italia, la agrupación de derecha que lidera Giorgia Meloni, a quien considera una mujer “honesta”. Hermanos de Italia forma parte de la alianza conservadora liderada por el ex premier Silvio Berlusconi, que podría ganar este domingo las elecciones, aunque sin la mayoría necesaria para formar gobierno.
Justo ayer, el Istat –el Indec local– confirmó que el PBI creció el 1,5% el año pasado, un dato positivo. También confirmó que la gigantesca deuda pública de Italia, una de las más altas del mundo, bajó: pasó del 132% del PBI al 131,5% del PBI de 2017.
El gobierno de centroizquierda del Partido Democrático (PD) se jacta de haber logrado sacar a Italia del estancamiento económico, de haber creado un millón de puestos de trabajo y de haber logrado bajar la desocupación (del 13% a menos del 11% y la juvenil, del 44% al 42%).
Pero en el PD saben que la gente está lejos de haber visto y sentido en sus huesos esas levísimas mejoras. Es más: saben que, según estadísticas, los italianos sienten que están mucho peor económicamente que sus padres.
“Lo más importante es que Italia ha mantenido bajo control su déficit y su deuda pública, una de las más altas del mundo”, explicó a la nacion el economista Gregorio Lorenz.
Como muchos otros economistas, en efecto, consideró que las promesas electorales realizadas por casi todos los candidatos –reducir impuestos, subir jubilaciones, salarios mínimos garantizados, subsidios y ayudas para ancianos y jóvenes– son irrealizables con una deuda pública tan gigantesca como la italiana.
“Es verdad: la gente, que está desencantada, indignada con los partidos políticos y con la corrupción, vota pensando en el bolsillo –aseguró Lorenz– y no se da cuenta de que las promesas no pueden ser mantenidas y que si son mantenidas, se trasladará todo el peso de la deuda sobre las espaldas de las generaciones futuras”.