Justicia. Una tregua en las críticas a los magistrados
El Presidente evitó enfrentarse a los jueces y prefirió impulsar las reformas penales y procesales
Esta vez, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, no sufrió con el discurso de Mauricio Macri. Con el puño contra el mentón, lo escuchó atento, sin sobresaltos.
En octubre pasado, en el Centro Cultural Kirchner, otra había sido la historia, pero ayer el Presidente no acusó a la Justicia de trabajar poco, de ser lenta ni de tener privilegios. Tampoco le recriminó, como el 1º de marzo del año pasado, que no estuviera resuelto el caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman ni le reclamó una transforación para estar “más cerca de la gente”.
La amenaza principal a esta nueva armonía sigue siendo Elisa Carrió, enemiga pública de Lorenzetti, que ayer lo ninguneó y dijo que para ella era “un poste”. Con Macri, en cambio, la relación atraviesa un buen momento. La semana pasada, Lorenzetti lo visitó en Olivos para contarle su plan “sistémico” de reformas para el Poder Judicial, un programa que incluye la promesa de que se revisarán horarios y licencias, dos asuntos de los que el Presidente se había quejado.
Además de Lorenzetti, ayer estuvieron en el Congreso los ministros Elena Highton y Juan Carlos Maqueda. Estaban sentados en un palco ubicado a la derecha del estrado de Macri. Compartían la primera fila con Eduardo Duhalde, invitado por su condición de expresidente.
Ayer, el pasaje de su discurso referido a la Justicia Macri lo dedicó a los dos proyectos en materia penal que están en carpeta desde hace meses: la reforma del Código Penal y la del Código Procesal Penal.
“El centro de la reforma [procesal] es pasar del modelo actual, donde los jueces son los que investigan y deciden, a uno más rápido y oral en el que los fiscales tengan más protagonismo”, anunció Macri. Durante el kirchnerismo se había aprobado el cambio hacia el sistema acusatorio que ahora defiende el Presidente, pero el oficialismo no aceptó que funcionara con Gils Carbó como procuradora y Macri suspendió por decreto su aplicación. Con la renuncia de Gils Carbó, retomó la idea. Hoy tiene consensuado con el peronismo un nuevo Código Procesal, según anunciaron hace tres semanas el ministro de Justicia, Germán Garavano, y el senador peronista Rodolfo Urtubey.
En cuanto al Código Penal, Macri hizo un anuncio: dijo que impulsará un código que “por primera vez introduzca penas fuertes” para los conductores que pongan en peligro a los demás manejando “alcoholizados, bajo efecto de drogas o superando ampliamente las velocidades permitidas”, supuestos que en rigor ya están previstos como agravantes.
Una comisión de especialistas trabaja desde hace un año en un proyecto de código. Macri dijo que espera que esté listo “en pocos meses”. Según fuentes de la comisión, planean elevarlo en abril, a más tardar. Además de un incremento en los castigos, incluye una novedad: fija penas para algunos supuestos graves de manejo a alta velocidad o bajo efecto de drogas o alcohol, aun cuando no haya víctimas.
“Les pido a los legisladores que les den a estos temas la importancia que merecen para cuidar a todos los argentinos”, dijo Macri.Ayer, Urtubey, que preside la Comisión Bicameral de Implementación del Nuevo Código Procesal Penal, mostró que hay disposición en el PJ para tratar los proyectos. “La agenda que planteó el Presidente al Parlamento es positiva en temas jurídicos, como las reformas de los códigos Penal y Procesal Penal”, declaró.
Macri hizo también un llamado a avanzar con políticas de “transparencia”. Afirmó que el Poder Ejecutivo se había autolimitado “como nunca antes”, puso como ejemplo la prohibición de nombrar familiares y dijo: “Les pido a todos los poderes del Estado que se sumen a esta tarea titánica”.