Detienen a un oficial por dar protección a traficantes
corrientes. Tenía en su casa partes policiales y fichas de sospechosos
A las 5.20 del 27 de febrero pasado, en la ciudad de Gobernador Virasoro, Corrientes, efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) subieron por la escalera para llegar hasta el departamento de Maximiliano Daniel de la Cruz, oficial de la Brigada Investigaciones de la policía provincial. El agente dormía cuando la fuerza de seguridad tiró la puerta abajo y lo detuvo apenas entró.
El operativo fue un hito en una investigación que lleva un año y de la que surgió que De la Cruz brindaba protección a una banda que compraba en grandes cantidades cocaína y marihuana para después distribuirlas en Rosario y en la ciudad de Buenos Aires. De su casa se secuestró una carpeta con fichas dactiloscópicas de diferentes personas y partes preventivos de la policía correntina.
Según fuentes judiciales, se corroboró que el oficial le garantizaba protección a la banda presuntamente liderada por Miguel Ángel Ruefli, que está prófugo desde el 15 de diciembre pasado. “Esos elementos encontrados [las fichas y los partes] son de uso exclusivo dentro de una comisaría. No debería tenerlos en su casa. Si le sumamos las escuchas que lo comprometen no hay mucho más que agregar”, dijo a la nacion una calificada fuente de la investigación.
En diciembre, tras una orden del juzgado federal de Paso de los Libres, fueron detenidos Alan Sebastián Ruefli Subizar –hijo del presunto líder de la organización– y Maximiliano Osvaldo Benítez, supuestamente, uno de los socios.
La pesquisa reveló que los Ruefli se trasladaban en auto dos veces por mes hasta Apóstoles, en Misiones. Allí retiraban las sustancias que, según las escuchas, compraban a la banda de Morenita Marín, un traficante que operaba en Itatí y sobre el cual pesa un pedido de captura desde que estalló el entramado narcopolítico en esa ciudad correntina.
Con la mercadería en el baúl del auto, los Ruefli regresaban a Gobernador Virasoro. Se estima que en cada viaje compraban unos 300 kilos de cocaína y al menos otros tantos de marihuana. Luego lo fraccionaban y despachaban con “mulas” hasta la zona oeste de Rosario y el barrio porteño de la Boca. Se estima que traficaban unos 40 kilos de cocaína por vez.
Al ser indagado por la jueza federal Cristina Pozzer Penzo, De la Cruz dijo que era “un agente infiltrado”. Igualmente, quedó detenido en Paso de los Libres.